Claves para practicar senderismo con niños
Los padres tienen que tener en cuenta la preparación física y mental de sus hijos, elegir rutas que se ajusten a su nivel para que puedan disfrutar de la excursión y planear pausas cada cierto tiempo para descansar, hidratarse y comer algo
La madrileña sierra de Guadarrama está atravesada por multitud de rutas para disfrutar de recorridos en llano, algunos paralelos a riachuelos y otros que serpentean entre árboles que ocultan al paseante del sol que empieza a apretar a media mañana. Senderos frecuentados por personas de todas las edades que buscan en esta actividad una ocasión para hacer ejercicio, disfrutar de la naturaleza, tener un momento de introspección o una oportunidad para compartir momentos con padres, hermanos o amigos. Una práctica, el senderismo, adecuada para realizar con niños y adolescentes.
Invertir tiempo en este tipo de actividad es una experiencia saludable, sostenible y económica. En contacto directo con la naturaleza, acompañados de familia o amistades, es recomendable para mantener la salud, además de una opción para conocer nuevos lugares haciendo turismo activo. “Se trata de una actividad que sirve para concienciar del cuidado del medio ambiente y de la necesidad de preservarlo. Eso significa respetar la fauna y la flora, no tirar al suelo basura, etcétera”, sostiene Carles González Arévalo, profesor del Departamento de Educación Física del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC). Aprendizajes que serán útiles para la vida cotidiana. “Además, el senderismo es una actividad gratuita”, añade.
Pero esta también es una actividad que es esencial que esté bien programada, sobre todo si se realiza con menores. “El niño tiene que sentirse seguro y divertirse para que pueda repetir la experiencia”, sostiene González. Uno de los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de practicar senderismo es la meteorología: “Si hay previsión de mal tiempo, hay que posponer la actividad para otro día. En la montaña, especialmente, el cambio de tiempo de manera repentina suele ser habitual y es necesario ir preparado”, apunta. La edad de los integrantes del grupo es otro factor a la hora de elegir ruta. “El grado de dificultad, el tiempo y el recorrido de los itinerarios se deben adaptar a las características de los niños y adolescentes para que la experiencia sea un éxito”, sostiene este experto del INEFC.
La práctica de esta actividad ofrece múltiples beneficios porque mejora la salud cardiovascular, fortalece los músculos y huesos, fomenta la coordinación y el equilibrio y promueve un estilo de vida activo. “Además, el senderismo ayuda a los niños a desarrollar habilidades de trabajo en equipo y resolución de problemas. Y, hecho en familia, refuerza el vínculo familiar y multiplica la mejora de hábitos saludables en los niños, puesto que el ejemplo de los padres tiene gran importancia para ellos”, afirma Augusto García Zapico, miembro de Grupo Investigación ImFINE-UPM.
Eso sí, cuando se trata de un ejercicio intenso se desaconseja en quienes tienen problemas de salud graves. “Aquellos que padecen problemas cardíacos, respiratorios o metabólicos deben consultar a un médico antes de participar en actividades físicas vigorosas”, añade García Zapico. A ello hay que añadir que en determinadas épocas del año estos entornos son causa de alergias. “Hay que evitar la exposición a niños con alergias graves, poco controladas o en épocas de máxima circulación de alérgenos concretos”, apunta. Por último, aquellos que hayan sufrido alguna lesión reciente o tengan reducida su capacidad motora “requerirán de adaptaciones para poder realizar la actividad”.
Los adultos tienen que tener en cuenta la preparación física y mental de los niños, elegir rutas adecuadas a su nivel de condición física y hacer pausas cada cierto tiempo para descansar, hidratarse y comer algo. También hay que valorar el equipamiento que se va a utilizar. “Vestir con un calzado cómodo y adecuado para esta actividad, ropa apropiada para el clima cambiante en la montaña, y una mochila ligera en la que transportar suficiente agua, comida y equipo de emergencia. Además, hay que enseñarles normas de seguridad en la montaña: mantenerse en los senderos señalizados, conocer las marcas GR que indican el tipo de recorrido que es o conocer las señales existentes en el camino”, insiste el especialista de ImFINE-UMP.
Durante la época estival, hay que prestar especial atención a la hidratación, que debe ser constante, protegerse del sol con gorras y utilizar un protector solar. “Los niños se deshidratan más fácilmente que los adultos. La actividad debe hacerse en las horas de menos calor del día e incluir una nutrición sana alta en carbohidratos. Y, sobre todo, planificar la ruta con antelación: localización de fuentes, zonas de sombra, tipo de sendero, etcétera”, agrega García Zapico. En la práctica del senderismo es conveniente llevar un mapa de la ruta impreso y un teléfono móvil cargado. “Informarse sobre las particularidades del terreno antes de salir y avisar a amigos y/o familiares de la ruta y horarios, por si surgiera cualquier problema”, reitera este especialista.
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