Mar López, pediatra: “Es importante que los hijos sientan que nos pueden contar las cosas. Para ello es fundamental que nosotros también se las contemos”

La divulgadora, con más de un millón de seguidores en redes, publica ‘El monstruo de los abrazos’, un cuento con el que pretende concienciar sobre la importancia de transmitir a los menores que su cuerpo les pertenece y brindarles las herramientas para detectar si se encuentran en una situación de abuso sexual

La pediatra Mar López ha escrito un cuento para prevenir el abuso infantil desde el hogar y el amor.

“Tengo un amigo muy achuchable. Es un monstruo y le encanta dar abrazos, pero a mí… a veces no me apetece.” Así comienza el cuento recientemente publicado por Mar López (Mallorca, 47 años), pediatra y divulgadora con más de un millón de seguidores —cuenta con más de 400.000 en Instagram y más de 680.000 en TikTok—. El monstruo de los abrazos (Beascoa, 2024) es un relato que explica de manera clara y sencilla...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

“Tengo un amigo muy achuchable. Es un monstruo y le encanta dar abrazos, pero a mí… a veces no me apetece.” Así comienza el cuento recientemente publicado por Mar López (Mallorca, 47 años), pediatra y divulgadora con más de un millón de seguidores —cuenta con más de 400.000 en Instagram y más de 680.000 en TikTok—. El monstruo de los abrazos (Beascoa, 2024) es un relato que explica de manera clara y sencilla a los más pequeños qué son los límites y el consentimiento. Su objetivo es brindarles las herramientas necesarias para detectar si se encuentran en una situación de abuso y, en ese caso, tener el valor de comunicarlo.

Aunque el libro está dirigido también a los adultos. En él, la autora pretende concienciar sobre la importancia de transmitir a los menores que su cuerpo les pertenece y que las muestras de afecto deben realizarse solo con aquellos que ellos deseen. “El objetivo principal era elaborar un libro sencillo de leer y sin que les asustara”, explica López. “La educación para prevenir el abuso sexual infantil puede reducir el 50% de los casos”, sentencia.

PREGUNTA. ¿Qué le impulsó a escribir un cuento sobre un tema tan delicado?

RESPUESTA. Principalmente, el hecho de ver que no había información para familias con niños más pequeños. Todos los libros que encontraba mi hija no los entendía y, además, no eran fáciles de leer. Mi idea era que se pudiera empezar a leer desde más o menos los dos años, desde que ya no rompen las páginas, y tratar de que fuera algo divertido y que aprendieran sin darse cuenta. Me especialicé en pediatría social, sobre todo en maltrato infantil y abuso sexual, y vi muchísimos casos sobre esto. Para mí era muy importante poder educar a mi hija en la prevención del abuso.

P. ¿A qué desafíos se enfrentó al escribir?

R. Mi objetivo principal era elaborar un libro sencillo de leer y sin que les asustara. Otra dificultad a la que me enfrenté fue explicar a un niño de dos años que un adulto no puede tocar sus genitales, pero existen excepciones (su profesora le cambiará el pañal, el pediatra requerirá en algún momento examinar sus genitales).

P. ¿Qué espera que los niños aprendan después de leer su cuento?

R. Aprender, sobre todo, qué son los chantajes y cómo reconocerlos, así como la importancia de poder decidir sobre su cuerpo. Poder detectar las situaciones de abuso que pueden comenzar como un juego con alguna persona de confianza. Que tengan una especie de alarma interna que les permita detectar una situación de abuso. Aprender que mamá es una persona a la que se le puede contar todo y hacer entender a los adultos la importancia de no regañar a los niños todo el tiempo cada vez que nos cuentan algo.

P. ¿Cómo surgió la idea de elaborar una canción —titulada Solo mío— que acompañara el cuento?

R. Pensé en la forma en la que mejor aprende mi hija, y con la ayuda de un músico especializado en educación creamos una canción que pensamos que los niños podrían recordar con facilidad.

P. ¿Cómo piensa que los padres pueden empoderar a sus hijos para aprender a decir no o saber poner límites a otras personas?

R. Lo primero dando ejemplo, poniendo límites a los demás, no solo sobre nuestro propio cuerpo. Respondiendo por ellos cuando son muy pequeños, poniendo voz a su malestar si se encuentran en una situación incómoda y aún no saben expresarlo. Involucrar a la familia en esta forma de entender la educación de nuestro hijo, en la que no se aceptan chantajes o se dan besos o abrazos si no apetece. La educación en casa puede prevenir el abuso sexual infantil y reducir hasta un 50 % de los casos.

La familia debe involucrarse en la educación de su hijo y fomentar una crianza en la que no se dan besos o abrazos si no apetece. Westend61 (Getty Images)

P. ¿Qué señales de alarma pueden observar los padres que podrían indicar que un niño ha sido o está siendo víctima de abuso sexual?

R. Algunos de los indicadores pueden ser regresiones, incremento de pesadillas y problemas de sueño, rechazo a querer quedarse con una persona en concreto, ropa interior manchada, infecciones vaginales o ansiedad, sangre en el recto o vagina.

P. ¿Con qué edad cree que se debería empezar a tener conversaciones sobre este tema con los menores y con qué frecuencia?

R. Lo antes posible, hablando con naturalidad y promoviendo una comunicación abierta sobre el amor y el sexo. Poniendo el nombre real a sus partes del cuerpo y a los genitales, saber que las pueden nombrar con naturalidad, de forma que sepan que no deben avergonzarse o esconderse para hablar de ello. También es importante crear un entorno de intimidad con los niños, que sientan que nos pueden contar las cosas. Para ello es fundamental que nosotros también se las contemos, no queremos que guarden secretos con nosotros, pero igual nosotros somos quienes no les contamos nada a ellos. Debemos de ser capaces de contarles historias y vivencias que nos hacen sentir vulnerables.

P. ¿Qué deben hacer los padres y madres si su hijo les comunica que ha sido víctima de abuso sexual?

R. Escuchar sin juzgarlo, pedir ayuda a la policía o, si hay lesiones, acudir a un hospital. Tratar de mantener la calma, aunque sea difícil. Intentar que el niño no tenga que repetir muchas veces lo que ha pasado, cuantas menos, mejor.

Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.

Más información

Archivado En