La autoestima: la voz interior que crea jóvenes felices

El amor propio en los adolescentes suele ser inestable: en ocasiones es robusto e infranqueable, otras es frágil y vulnerable. Para ayudarles en esta etapa incierta, los adultos deben animarles a mejorar sin miedo a equivocarse y tener una mirada carente de juicios y reproches

Una buena autoestima proporciona al joven confianza en sí mismo y sentido de valía personal.martin-dm (Getty Images)

Ser adolescente en esta sociedad sumamente exigente, donde todo va demasiado de prisa, es complejo. Entender y aceptar todos los cambios físicos, cognitivos, psicológicos, emocionales y sociales que se experimentan en este período de desarrollo es una tarea ardua. Abandonar la etapa de la infancia supone un duelo que crea mucha incertidumbre y recelo. Para un joven no es nada fácil h...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ser adolescente en esta sociedad sumamente exigente, donde todo va demasiado de prisa, es complejo. Entender y aceptar todos los cambios físicos, cognitivos, psicológicos, emocionales y sociales que se experimentan en este período de desarrollo es una tarea ardua. Abandonar la etapa de la infancia supone un duelo que crea mucha incertidumbre y recelo. Para un joven no es nada fácil hacerse mayor y enfrentarse a todos los nuevos retos que le regala la vida a diario: aprender a modular correctamente las emociones, tomar buenas decisiones, responsabilizarse de sus conductas y asumir los errores.

El adolescente necesita construir una autoestima fuerte porque esta desempeña un papel fundamental en su desarrollo y en la formación de su nueva identidad. La autoestima es el aprecio o consideración que uno tiene de sí mismo, un proceso dinámico que depende de múltiples factores cognitivos, psicológicos, emocionales y sociales y que está condicionado por el entorno, el acompañamiento familiar y educativo y las experiencias vividas por el joven. Además, está muy relacionada con la forma en la que se ve el adolescente y cómo se valora. Esta imagen influirá directamente en sus emociones, pensamientos y decisiones. Tener una buena autoestima durante este período evolutivo es relevante para que el joven crezca sano y se convierta en una persona adulta con una buena salud mental. Es también clave para poder conseguir un bienestar emocional y tener una buena imagen de uno mismo.

Una buena autoestima proporciona al adolescente confianza en sí mismo y sentido de valía personal sin la necesidad de que sean los demás quienes tengan que validar sus capacidades o conductas. En esta etapa tan convulsa y repleta de cambios, una autoestima sólida le ayudará a prevenir conductas adictivas, potenciará su capacidad para hacer frente a los desafíos y superar los contratiempos. Será clave para que sepa aceptar bien las críticas y se sienta seguro, valorado y feliz.

Cuando un adolescente tiene baja autoestima, se siente incomprendido y abrumado por los cambios que experimenta y las emociones que siente. Mostrando dificultades para establecer buenas relaciones, hacer frente a los problemas y asumir responsabilidades. Es probable que este tenga conductas inapropiadas en casa y en la escuela, se muestre muy desafiante con los adultos que le acompañan y demuestre poco interés por marcarse metas.

La autoestima en la adolescencia suele ser inestable, como una montaña rusa que oscila a gran velocidad. En ocasiones parece ser robusta e infranqueable y, en cambio, en otras, frágil y muy vulnerable. Por esta razón, es tan importante que las familias le ayuden a construir una buena autoestima para que esta sea el pilar de su desarrollo. Una voz que aliente al joven a mejorar sin miedo a equivocarse, que le verbalice sus mejoras, valore los esfuerzos y le ofrezca el espacio y el tiempo que necesita para hacer las cosas con autonomía.

Claves para ayudar a un adolescente a erigir una sólida autoestima

  1. Los adultos que le acompañan deben mostrar afecto con gestos y palabras, y no pasarse el día criticando sus tropiezos, sermoneándole, etiquetándole de forma despectiva o comparándole con los demás. Tienen que compartir y celebrar sus éxitos.
  2. El joven necesita saber lo que esperan de él desde la calma y el respeto. Que sus padres ajusten correctamente las expectativas que elaboran sobre él sin agobiarle ni provocarle estrés. Que le muestren su confianza y potencien su autonomía.
  3. El adolescente quiere que le ayuden a reconocer sus virtudes y potencialidades y a tomar conciencia de sus debilidades. Un buen autoconocimiento será clave para que pueda establecer objetivos realistas y tenga ganas de conseguir sus metas. Que en casa se consensúen los límites desde el respeto, unos límites que le aporten seguridad, confianza y protección.
  4. También sería adecuado potenciar en casa una comunicación fluida y respetuosa donde el adolescente pueda expresar cómo se siente o qué necesita sin miedo a ser ridiculizado. Un lugar en que se valore sus opiniones, ideas o propuestas, lo que le hará sentir que desempeña un papel importante dentro de la familia.
  5. Además, los progenitores deben proporcionarle oportunidades para que se sienta útil y capaz haciendo las cosas de forma autónoma sin sentir miedo a equivocarse. Ayudándole a educar esa vocecilla interna que, en ocasiones, le hace sentir frustrado o incapaz y enseñándole la importancia de hablarse de forma respetuosa.

Para que un adolescente construya una autoestima robusta necesita del adulto que le acompañe con una mirada carente de juicios y reproches. Un acompañamiento desde el respeto y el amor incondicional, un referente que le anime a esforzarse y a mirarse con dulzura ante el espejo para que pueda lograr construir una autoestima fuerte que le permita ser feliz. Como dice el escritor y psicólogo argentino Bernardo Stamateas: ”Estar sano emocionalmente no significa depender de otros para ser feliz, sino del amor que uno se tiene a sí mismo en primer lugar”.

Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.

Más información

Archivado En