Rafa Guerrero, psicólogo: “La crianza con apego seguro es saber cuándo debes proteger a tu hijo y cuándo ya no te necesita”
El doctor en Educación publica el cuento ‘Me acompañas’, dirigido a niños pero también a sus padres, en el que habla de vínculos emocionales y miedos y da pautas para resolverlos en familia
Acompañar a los niños cuando sientan miedo y hacerlo de forma sana. Este es el objetivo del nuevo cuento de Rafa Guerrero (Madrid, 41 años), psicólogo y doctor en Educación, titulado Me acompañas (B de Blok) y cuya protagonista, la pequeña Sira, es una niña muy valiente a quien le encanta probar cosas nuevas, aunque, a veces, le intimida lo desconocido. Y es ahí cuando sus padres deben estar para calmarla y darle confianza. “Cuando Sira se siente protegida y segura no hay nada que...
Acompañar a los niños cuando sientan miedo y hacerlo de forma sana. Este es el objetivo del nuevo cuento de Rafa Guerrero (Madrid, 41 años), psicólogo y doctor en Educación, titulado Me acompañas (B de Blok) y cuya protagonista, la pequeña Sira, es una niña muy valiente a quien le encanta probar cosas nuevas, aunque, a veces, le intimida lo desconocido. Y es ahí cuando sus padres deben estar para calmarla y darle confianza. “Cuando Sira se siente protegida y segura no hay nada que se le resista”, explica Guerrero. “Aunque el cuento está dirigido a los niños, siempre trato de lanzar un guiño a los padres; en este caso haciendo preguntas que son muy cotidianas, de temores muy comunes en los menores, y a la vez doy pautas a las familias para que sepan cómo resolverlos”, añade.
Efectivamente, en las páginas del libro aparecen unas ilustraciones que representan un miedo común y, a su derecha, un pequeño recuadro con algunas pautas que pueden ayudar a resolver el problema. “La intención es que cuando padres y profesores lo lean también sean partícipes de la historia de Sira”, asegura su autor.
Pregunta. Parece que hay un auge de cuentos que se centran en la importancia de tener buena relación entre padres e hijos, de cómo mejorar el vínculo, ¿es solo una percepción?
Respuesta. Es cierto que últimamente se está hablando mucho de los buenos tratos y de la importancia de cuidar la infancia y los vínculos en la familia. Y es una gran noticia. El objetivo, en mi opinión, es dejar de lado los castigos y apostar por comprender y entender a los niños. De esta forma les acompañamos. Creo que es buen momento porque estamos muy sensibles, en el buen sentido, y muy dispuestos a escuchar este tipo de mensajes.
P. ¿Que estemos más sensibles tiene alguna relación con todo lo que hemos vivido en los últimos años: pandemia, guerra, volcanes…?
R. Efectivamente, hemos vivido en primera persona lo que antes parecía algo muy lejano, y nos ha desbordado. Hemos visto a madres y padres multiusos, teniendo que cuidar la casa, trabajando, siendo profesores y cuidando a sus hijos... Ha sido como una bomba mental, digamos. El hecho de vivirlo, de ser conscientes y protagonistas del sufrimiento, nos ha hecho más sensibles. Afortunadamente, creo que estamos respondiendo muy bien.
P. ¿En qué nota que estemos respondiendo muy bien?
R. Nos hemos dado cuenta de que somos seres dependientes, que nos tenemos que preocupar los unos de los otros, que somos vulnerables y que no podemos con todo. No somos supermanes. Además, ha sido muy bueno el tiempo de calidad que hemos podido pasar con nuestros hijos, algo que nos ha hecho preocuparnos más por nuestro vínculo con ellos, que habíamos dejado de lado por la celeridad que llevaba, que lleva, consigo la rutina diaria.
P. ¿Qué preguntas se hacen ahora los padres y madres que antes no se hacían?
R. El pararnos más que antes hace que los progenitores se cuestionen temas como si están haciendo algo mal o bien o si lo que ocurre se lo están explicando bien a su hijo y, por supuesto, si lo pueden hacer mejor. También se cuestionan si la relación no era buena y cómo hacerla mejor. Creo que ha despertado la conciencia de lo que implica la crianza y de lo mal que lo hemos pasado, y queremos ponerle remedio y protegernos de lo que pueda venir en el futuro.
P. ¿Se concilia mejor ahora?
R. Estamos en esa lucha, tratando de darle un poquito más de tiempo y cariño a la infancia, sin que ello suponga renunciar al trabajo. Pero es complicado.
P. Dar más cariño y tiempo a la infancia va de la mano de vincularse con ella mediante un apego seguro, que los niños se sientan protegidos y queridos, ¿qué debe suceder para que este se dé?
R. El apego seguro es una relación que tiene el niño con su cuidador principal, que normalmente es la madre, y yo diría que tiene tres características principales. En primer lugar, la presencia, que este cuidador esté siempre presente; en segundo, que esta figura sea capaz de proteger; y, por último, que sea capaz de permitir y acompañar la autonomía. Eso significa que el cuidador sepa cuándo necesita el menor ser protegido, abrazado, que sea capaz de legitimar esa emoción. Y, por otro lado, que sepa cuándo su hijo ya no le necesita y puede saltar él solo del trampolín, por poner la analogía que sale en el cuento.
P. Volviendo al cuento, ¿por qué decidió que la protagonista fuera una niña?
R. Siempre tuve claro que quería que la protagonista fuera niña. Quería empoderarla, ya que una niña tiene que ser capaz de dar protección, pero la autonomía en ella no se fomenta tanto.
P. Y, además, Sira es hija única. ¿Es más fácil asentar un apego seguro solo con un hijo?
R. No tiene por qué. Siempre digo que hay familias que tienen cinco niños y son capaces de desarrollar un apego seguro y conozco también algunas que tienen un hijo único y no pueden. Si eres capaz de crearlo, da igual los hijos que tengas. Cuando hablamos de apego no es tanto la cantidad, sino la calidad. A lo mejor tener solo uno te lleva a prestarle mucha atención, lo que también puede derivar en sobreprotección; vamos, que todo tiene su lado malo y bueno. El objetivo es que los padres y madres sean capaces de tener las habilidades para vincular de manera sana sin tener en cuenta la cantidad de niños que puedan tener. Y después, lo suyo sería dar a cada cual lo que necesita.
P. ¿Entonces, los padres y madres deberían tratar a todos sus hijos por igual?
R. No, no deberían hacerlo, porque cada persona, cada hijo, es diferente. Y si son distintos no tendría sentido que les tratásemos de la misma manera. Mi consejo es que no lo hagan. No tratas por igual a tus amigos o a tus familiares, pues aquí lo mismo.
P. ¿Cuál sería el mensaje más importante que tendrían que percibir los padres con este cuento?
R. El objetivo principal del cuento es que todos los niños y niñas tengan un apego seguro. Pero también enseñarles a los papás y mamás que las necesidades de la infancia tienen que ser cubiertas si queremos desarrollar este vínculo. Y no solo en términos de presencia, protección y autonomía. En el libro menciono hasta 16 emociones a trabajar para conseguirlo. Por ejemplo, la importancia del error dentro del aprendizaje, la frustración y cómo tolerarla, entender las emociones para comprender las conductas y cómo es esencial practicar la escucha activa para respetar y valorar los sentimientos de los niños.
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