Una de cada dos mujeres se ha escondido para dar el pecho en público y este bebé gigante llorón quiere cambiarlo
La asociación Teta & Teta despliega en Madrid una escultura hiperrealista de un bebé que llorará sin parar hasta conseguir una ley estatal que regule el derecho a la lactancia en espacios públicos, algo que el 85% de mujeres cree necesario
A Raquel López Tamames, madre de cuatro hijos, la increparon en una biblioteca en Burgos por dar el pecho a uno de sus hijos. Fue hace 14 años. “Estaba allí tranquila con mi hija de un mes y el mayor, de dos años, viendo y jugando con unos cuentos infantiles cuando a mi hijo le entró hambre. Me saqué la teta y le di de comer. Es verdad que hasta ese momento no había tenido nunca un problema con la lactancia”, explica esta mujer a EL PAÍS en conversación telefónica. En ese momento, se acercó la...
A Raquel López Tamames, madre de cuatro hijos, la increparon en una biblioteca en Burgos por dar el pecho a uno de sus hijos. Fue hace 14 años. “Estaba allí tranquila con mi hija de un mes y el mayor, de dos años, viendo y jugando con unos cuentos infantiles cuando a mi hijo le entró hambre. Me saqué la teta y le di de comer. Es verdad que hasta ese momento no había tenido nunca un problema con la lactancia”, explica esta mujer a EL PAÍS en conversación telefónica. En ese momento, se acercó la vigilante de seguridad y la reprendió: “Me dijo que no se podía hacer eso allí”. “¿El qué?”, respondió López. “No puedes dar de mamar aquí al niño”, dijo tajante la trabajadora. Una historia que resultará tristemente cotidiana para muchas mujeres y que, este martes, la asociación Teta&Teta trata de empezar a revertir con una poderosa campaña en Madrid para visibilizar y regular el derecho a la lactancia en cualquier lugar.
Según recuerda López Tamames, los argumentos de la mujer le resultaron algo ridículos: “Ella me decía que el niño era muy mayor. Y señaló que mi hijo ya andaba y que debía comer comida. Le dije que sí, a lo que ella me contestó que si hubiese sido con el bebé de un mes, no me hubiera dicho nada. Pero que con el mayor no se podía”. “Es que en la biblioteca no se puede comer”, repitió la vigilante, a lo que esta mujer respondió: “Es que no está comiendo, está mamando”. López reconoce que fue muy desagradable, pero no paró la lactancia, incluso solicitó la norma no escrita que dijera que dar el pecho estuviera prohibido en la biblioteca y preguntó a la gente si les molestaba. Nadie parecía ofendido. “Y desde entonces, no he parado de escuchar historias de mujeres que también lo pasan o lo han pasado mal”, relata.
Efectivamente, como ella, muchas madres han sufrido recelo, acoso o recriminaciones cuando amamantan a sus pequeños en lugares públicos. Exactamente, y según un informe de la asociación Teta & Teta —asociación sin ánimo de lucro, pero con ánimo de desexualizar la teta y el ambiente en el que esta se da—, denominado Estudio sobre la Tolerancia social a la lactancia en público y realizado por LOLA MullenLowe y LinQ Market Research España a finales del 2022, un 52% de las mujeres declara haberse tenido que ocultar o resguardar para dar el pecho en un lugar público. O lo que es lo mismo, uno de cada dos se ha tenido que esconder para dar el pecho en público.
Además, según sus resultados, más de la mitad, un 63,5%, se han sentido juzgadas en este mismo contexto y hasta a un 15% de las mujeres les han llegado a llamar la atención activamente, invitándolas a taparse, a irse a un espacio más reservado, a un rincón, a una sala de lactancia o un baño. Incluso hay madres que han llegado a ser increpadas y vetadas. De esta investigación también se desprende que el 85% cree necesaria una ley que ampare este derecho.
Para terminar con esta tendencia prejuiciosa, la asociación Teta & Teta ha organizado este martes 24 enero una acción impactante. La organización ha desplegado en pleno centro de Madrid una escultura hiperrealista de un bebé, situada en la plaza situada frente a la entrada del Museo Reina Sofía, que llorará sin parar —24 horas, siete días a la semana— hasta conseguir una ley que regule el derecho a la lactancia natural en espacios públicos a nivel estatal sea una realidad.
“Teta & Teta es una asociación sin ánimo de lucro que lo que usa es la creatividad para crear campañas y llamar la atención sobre la figura del pecho femenino”, explica por teléfono Marina García Canedo, su portavoz. “Y esto se cruza”, prosigue, “con el tema del amamantamiento en público”. Según explica, en 2017 ya hicieron un mapa que incluía todos los sitios en el mundo en los que se podía dar el pecho en la calle, locales y similares, pero se han dado cuenta de que no es algo que deban asumir personas, restaurantes, bares o bibliotecas, “sino que tienen que asumir las instituciones”.
Para García Canedo, la iniciativa es necesaria porque las madres necesitan una ley que reconozca el derecho a la lactancia natural en espacios públicos y que ese derecho se cumpla. “Porque, aunque no hay una regulación que la prohíba, tampoco existe ninguna que la proteja y las mujeres son víctimas de situaciones incómodas en las que se han visto juzgadas o increpadas directamente”, puntualiza García.
La realidad, y según explica esta mujer, en definitiva esta regulación protegería no solo los derechos del bebé, sino también la libertad de las madres. La iniciativa, titulada Quien no llora no mama, permite no solo a las madres, sino a la sociedad en general solicitar esta ley en la plataforma Change.org. “La ley evitaría situaciones de discriminación a las madres por las que ninguna mujer debería pasar. El 85% de las mujeres del estudio piensan que la regulación es necesaria. No todas las mujeres han vivido el problema, pero casi todas reconocen que existe”, incide García.
Es 2023 y no hay una ley que proteja la lactancia materna
La realidad es que en 2023, en España, todavía no hay una ley que regule este derecho. De hecho, esta regulación existe ya en otros países e imposibilita expulsar a las mujeres que dan el pecho de cualquier espacio público, ya sean piscinas, cines, transporte público, museos o centros comerciales, entre otros. Por ejemplo, desde 2018 ya es legal en Estados Unidos, en sus 50 Estados (más el Distrito de Columbia, la capital federal). Fue uno de los últimos en legalizarlo y se unió así a Reino Unido, donde la lactancia materna está garantizada en cualquier lugar desde 2010; Italia, que en 2017 comenzó a redactar una ley al respecto, o Australia, donde está legalizada desde 1984.
A pesar de que no existe una regulación estatal, hay comunidades autónomas que son referentes. Dar de mamar en lugares públicos es un derecho solo reconocido en el sistema sanitario vasco desde 2015. Aunque hay regiones que han lanzado iniciativas. Por ejemplo, las Cortes Valencianas aprobaron en 2016 una proposición no de ley que reconoce el derecho a dar el pecho en cualquier espacio público. O el Ayuntamiento de Pamplona declaró en 2017 todas las dependencias municipales, bibliotecas, escuelas, centros culturales, parques, jardines y calles como “espacios de lactancia materna”.
En Castilla y León, Raquel López Tamames consiguió un pequeño pasito. Esta madre retoma que, cuando le ocurrió aquello hace años, salió muy enfadada de la biblioteca y movió todos los hilos que pudo: “Conseguí, después de toda la guerra que di y de transmitir que dar de mamar es lo mismo cuando tu hijo tiene un mes o dos años, que me llamara el consejero de Sanidad. Primero para pedirme disculpas y segundo para decirme que iban a mandar un escrito a todas las dependencias de la Junta para decir que se podía dar el pecho en cualquier lugar tuviera la edad que tuviera el niño”.
“Tengo que reconocer que me da bastante pena tener que exigir una ley que proteja la lactancia. Yo creo que donde tenemos que gastar el dinero y la energía es en educar a los niños y a los adultos, que entiendan que dar el pecho es algo natural, básico, del ser humano”, incide López. “Aunque me dé pena”, prosigue, “entiendo que hay muchas madres que la necesitan”. Según explica, es necesaria porque no todas las mujeres tienen la misma forma de ser ni todas son igual de capaces de enfrentarse a alguien que les increpa.
La lactancia materna, un derecho humano
El 22 de noviembre de 2016, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) emitió un comunicado en el que reconoció la lactancia natural como “un derecho humano para bebés y madres que debe de ser fomentado y protegido” e instó a los países a esforzarse para asegurarlo.
Además, dar el pecho tiene muchos beneficios: por ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda darla en exclusiva durante los primeros seis meses de vida de los bebés y hasta los dos años como alimentación complementaria. La Academia Americana de Pediatría coincide en afirmar que no es una cuestión de estilo de vida de las familias, sino un asunto de Salud Pública que toda la sociedad debe proteger. Y esto, evidentemente, incluye que cualquier madre pueda dar el pecho a su bebé donde quiera con la tranquilidad de estar amparadas por la ley, para que puedan defenderse ante la crítica, la amenaza o el insulto.
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