‘Sharenting’: “A veces publicamos fotos de nuestros hijos en redes sociales de una manera irreflexiva”
En ocasiones, no solo los padres publican instantáneas de sus hijos en sus cuentas, sino que les abren una propia. Debemos saber qué hacen en internet sin ser invasivos para saber qué tipo de contenidos ven o escuchan
La sociedad actual convive con las redes sociales. Y muchos padres, la mayoría mujeres, mantienen un perfil público donde muestran a sus hijos. Unos datos demostrados en 2019 cuando la firma de seguridad informática AVG hizo una encuesta en varios países, entre ellos España, y concluía que el 23 % de los niños aparecía en las redes incluso antes de nacer, con instantáneas de las ecografías. Otro dato que se extraía de este informe es que el 81% de los bebés son expuestos con menos de seis meses de edad. E...
La sociedad actual convive con las redes sociales. Y muchos padres, la mayoría mujeres, mantienen un perfil público donde muestran a sus hijos. Unos datos demostrados en 2019 cuando la firma de seguridad informática AVG hizo una encuesta en varios países, entre ellos España, y concluía que el 23 % de los niños aparecía en las redes incluso antes de nacer, con instantáneas de las ecografías. Otro dato que se extraía de este informe es que el 81% de los bebés son expuestos con menos de seis meses de edad. En el lenguaje de las redes sociales, se habla de este fenómeno como sharenting, que viene del inglés sharing (compartir) y de parenting (criar). Su significado resultaría algo así como “exponer información de los hijos”. También se habla del oversharing, en este caso, cuando hay una sobreexposición de los menores.
En ocasiones, no solo los padres publican instantáneas de sus hijos en sus cuentas personales, sino que les abren una propia. Para Silvia Núñez, experta en comunicación y redes sociales, “la publicación de información e imágenes (en este caso de niños menores en redes sociales), se realiza en numerosas ocasiones de una manera irreflexiva”. Existen prácticas destructivas para los jóvenes, como el ciberacoso o ciberbullying. “Para muchos adolescentes lo importante es aparentar -el “postureo” como se dice coloquialmente- y tener muchos “me gusta” o “seguidores”. No obstante, esa proyección del mundo o de su propia imagen, poco tiene que ver con la realidad. Las consecuencias son claras: frustración, problemas psicológicos e incluso conductas adictivas”, asegura la experta.
Formación y advertir de los peligros en la red
Las redes sociales implican ciertos peligros y las decisiones de los padres pueden suponer serias consecuencias. “Debemos ser conscientes que nuestros movimientos en internet dejan rastro para los ciberdelincuentes. Pueden transformarse en actos delictivos y/o contra la integridad de los menores”, revela Núñez. Mar Regueras, actriz nominada a un Goya, no publicó en sus perfiles fotografías de su hija cuando era bebé: “Quería que ella decidiese cuando tuviese más edad. El niño será adulto y puede no estar de acuerdo o cómodo con el contenido compartido por sus padres o, incluso, más allá, ser blanco de burlas o acoso”. “En la actualidad todo lo mueven las redes. Antes me daban igual, pero ahora lo noto a nivel laboral también. Te das cuenta de que el número de seguidores te asegura trabajar, al menos en publicidad”, introduce Mar Regueras.
Regueras se muestra tajante ante el uso indebido de algunos medios de comunicación en el tema de la privacidad de los niños. “Soy una persona famosa o conocida. Cuando mi hija era pequeña opté por no publicar imágenes suyas ni hacer ningún posado con ella porque me daba miedo “abrir la veda” y que luego coartasen nuestra libertad, que tuviese que dar explicaciones… Yo poso en un photocall o me subo a un escenario y entiendo que me fotografíen. Sin embargo, esto no se extiende a mi parcela íntima”, asevera la actriz. “Ahora mi hija tiene 14 años, conversamos y decide. Tiene redes sociales: sube vídeos a TikTok. Existe supervisión y un cierto control. Si ella me pide o decide posar conmigo, me parece bien. Incluso puede beneficiarla laboralmente dependiendo a lo que quiera dedicarse. Y en esto entiendo que la ley debería endurecerse, porque puedo posar una o dos veces con mi hija, pero si no queremos repetirlo, ni hablar, se nos debe respetar”, subraya.
El mundo digital avanza a pasos agigantados y resulta difícil averiguar cuál será su alcance en los movimientos que se hacen. “Cuando publicamos en las redes sociales, estamos cediendo ciertos derechos de uso de nuestra información sin ser verdaderamente conscientes”, añade la experta. “Los padres tenemos que adaptarnos a la tecnología y colaborar en que nuestros hijos tengan una gestión inteligente respecto a ella”, incide Miriam Díaz-Aroca, actriz, periodista y presidenta de la Fundación Elígete por la igualdad sin maltratos. “No estoy de acuerdo ni en desacuerdo con que los padres publiquen imágenes de sus hijos en las redes sociales. Considero que es una decisión muy personal”, añade Díaz-Aroca. “Comparto con Mar la necesidad de diálogo y formación con los hijos. Pienso que debemos tenerles presentes en nuestras decisiones y deseos. Fomento en mi hija valores que se anteponen a las redes. Le inculco el estudio y la responsabilidad ante todo. Ella es una niña muy madura y reflexiva”, sostiene la actriz.
Supervisión sin invasión
Miriam Díaz-Aroca apuesta por acompañar al hijo y ayudarle: “Como padres hemos de tener un acceso a sus redes sin ser invasivos, para saber qué tipo de contenidos ven, escuchan, qué les gusta y qué no. Y sobre todo, que no estén con el móvil constantemente porque puede contaminar su evolución”. “Esto implica que seamos referentes para ellos”, prosigue, “No podemos decir a nuestros hijos “no estés con el móvil”, cuando a mí me ven continuamente con él. Que sepan que todo se puede cuestionar. Todo lo que sale en las redes no es la verdad absoluta”. Los padres deben estar al día -incluso explicar a los hijos-, del conocimiento y comprensión de las condiciones de uso y políticas de privacidad de las plataformas. “Los niños pequeños no saben discernir ni buscar alternativas a las opiniones que allí descubran”, manifiesta Díaz-Aroca.
El control parental y el establecimiento de horarios, también de contenidos a los que se pueda acceder, es imprescindible para garantizar la seguridad de los niños. “No se trata de prohibir. Es primordial enseñar el valor y la importancia de la intimidad, algo que ayudará a los niños en la gestión de la información que se publique”, explica Nuria García Solivellas, psicóloga infantil y juvenil. “La vida de menores debe ocurrir más allá de una pantalla”, concluye esta experta.
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