La salud mental de los niños en tiempos de la covid: “Debemos dejar de un lado lo urgente y dar tiempo a lo importante”
Debido a estos meses de confinamiento, de cambio en los hábitos y de medidas restrictivas derivadas de la crisis sanitaria, bastantes menores, uno de cada cuatro, presentan problemas depresivos y ansiosos
Se acercan fechas navideñas, tras un año irregular. Todas las personas han sufrido alteraciones en sus vidas. Los niños se han visto afectados también en un intento de no perder la esperanza. Recientemente se ha informado que un porcentaje bajo, concretamente el 8%, de los menores han sido trasmisores de la covid-19, según un estudio del Hospital la Vall d´Hebron (Barcelona). Ellos no son los que más están padeciendo a n...
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Se acercan fechas navideñas, tras un año irregular. Todas las personas han sufrido alteraciones en sus vidas. Los niños se han visto afectados también en un intento de no perder la esperanza. Recientemente se ha informado que un porcentaje bajo, concretamente el 8%, de los menores han sido trasmisores de la covid-19, según un estudio del Hospital la Vall d´Hebron (Barcelona). Ellos no son los que más están padeciendo a nivel físico. Sin embargo, en el espacio psicológico y emocional son grandes damnificados. Los expertos aseguran que han recibido en consulta a niños con cambios de actitud en diversos aspectos. Las alteraciones no solo han sido con sus progenitores, sino también en el modo de relacionarse socialmente.
María Vicente Crespo, madre de un niño de cinco años, denota orgullo hacia su hijo y hacia el resto de niños, afirmando que “nos han dado una gran lección” y da testimonio del cambio que ha identificado en su hijo: “Les hemos subestimado. Pero también pienso que los padres observamos en ellos más cuadros de miedo, apatía y ansiedad. Veo la angustia con la que mi hijo se separa de la gente porque “no podemos juntarnos” o la pena que le invade cuando no puede abrazar a su abuela debido a la situación tan compleja que estamos viviendo”. Y considera que se deben “invertir recursos y energía para procurar su bienestar, empezando por los que lo han tenido más difícil”.
Debido a estos meses de confinamiento, cambio en los hábitos, medidas restrictivas y de seguridad…, con origen en el coronavirus, bastantes niños, uno de cada cuatro, según unas afirmaciones vertidas en conferencia por la doctora Abigaíl Huertas Patón, psiquiatra infantil y juvenil del Hospital General Universitarios Gregorio Marañón, presentan problemas depresivos y ansiosos. Mario Navarro, psicólogo infantil y director de Psicología Sierra, asegura haber observado un ligero aumento de casos en esta línea en los últimos meses: “Parece que los últimos estudios alertan de este aumento en un futuro cercano. En los próximos meses confirmaremos si esta tendencia es cierta. Lo que sabemos es que las condiciones a las cuales nos estamos enfrentando y exponiendo son factores de riesgo potencial para la salud mental de niños y adultos”.
Tabú en cuanto a los problemas psicológicos en los niños
Las personas no siempre dan suficiente importancia a la hora de tratar los problemas de tipo psicológico o emocional. Según el experto, “por no reconocerlos o por escepticismo y tabú hacia los trastornos mentales”. Y añade: “Las familias deben hacer un esfuerzo y estar alerta para hallar diferencias en el comportamiento de sus hijos y tratar los problemas en los profesionales competentes”. Al decir “hallar”, se equipara a “no restar importancia a lo que le suceda al niño”, subraya. Es decir, si el niño llora sin motivo aparente, se encierra en su habitación, no come, se enfada…, y no se le pregunta, se ignora su estado anímico, sus sentimientos y no se presta atención a algo que le sucede. Esto podría ser el inicio de un problema más severo. Para Navarro, “debe ponerse el foco en los factores de tipo social, ya que pueden trabajarse”.
Los centros educativos también han de poner todo de su parte, más en esta etapa, para descubrir alteraciones mentales en los niños y comunicarlo a los padres. “Hablar con los padres y los profesionales de la salud como los psicólogos debe producirse de un modo fluido. El número de psicólogos en los centros escolares y en centros sanitarios es limitado con lo cual, la detección de casos no siempre es la correcta”, declara el experto.
Los profesionales de la psicología y los psicoterapeutas deben buscar el origen del problema. “Había niños que llegaban a consulta por problemas con los estudios y detrás se evidenciaban duelos no resueltos o factores de estrés y ansiedad, por situaciones familiares donde perciben malestar”, asegura el profesional. “Hay cambios en los hábitos de sueño, alimentación y humor”, incide Navarro.
La salud mental en niños y jóvenes no está reconocida en nuestro país como especialidad. El psicólogo considera que no hay una adecuada atención a los aspectos psicológicos en los niños “al menos no es tan acertada ni accesible como debiera”. “Se va al psicólogo, pero no lo suficiente. Falta la cultura de tratar los aspectos mentales en nuestro país”, resalta el experto.
Vivimos en una sociedad que siempre quiere dar la cara A, la buena, la perfecta: “Las redes sociales muestran viajes, cenas, vidas glamurosas y es lo que la sociedad espera de nosotros. Parece que es lo normal”. Navarro lo denomina “perfección obligada”. Son falsas creencias que llevan a vivir vidas alejadas de la realidad. “El problema aparece cuando esto no es compatible con sufrir ansiedad o depresión. Entonces se oculta o se niega”, sostiene.
La importancia que se dé al problema puede evitar serias consecuencias
La educación en la familia es esencial para el progreso del niño. El entorno del hijo con el padre debe acaecer con una base de comunicación, “con espacios en los que hablar de cómo hemos pasado el día; que hay días buenos y otros malos y es algo natural; y que todo puede mejorar”, explica. “Debemos dejar de un lado lo urgente y dar tiempo a lo importante”, añade Navarro.
Cuando una persona sufre a diario para desempeñar sus rutinas y actividades (sirva como criterio evaluativo) “con un malestar subjetivo”, define un trastorno mental. “Vivir con un trastorno como la ansiedad puede suponer que la relación con mi entorno, relaciones sociales, exposición a los exámenes del colegio o al simple hecho de tener que hablar en público sean un verdadero problema. Las oportunidades que puedo perder por no saber afrontar estas relaciones son incalculables”, asevera el psicólogo. “La calidad de vida de una persona con un trastorno mental se ve mermada siempre”, afirma.
En palabras del especialista, la labor de los adultos es proteger a los niños para lograr un óptimo desarrollo en ellos. “Los niños están expuestos a factores que pueden determinar su evolución futura hacia un camino u otro”, manifiesta. “Un clima familiar cercano y estable ayudará al niño a caminar con calma. Padres y familiares deben dar a los niños herramientas para que sepan enfrentarse a esta incierta situación”, concluye Navarro.
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