Trump exhibe músculo en la recaudación de fondos mientras Biden le adelanta por primera vez en los sondeos

La campaña del republicano ingresó en mayo más dinero que la del demócrata tras el veredicto de culpabilidad del expresidente por el ‘caso Stormy Daniels’. Un solo donante aportó 50 millones al día siguiente del fallo

El candidato republicano Donald Trump, este sábado en una conferencia política en Washington.Evelyn Hockstein (REUTERS)

Más allá de los programas electorales, si los hay —el de Donald Trump es más un ideario autócrata, el llamado Proyecto 2025—, la campaña de las presidenciales de noviembre se mide en datos contables: los de la recaudación de fondos y los porcentajes de intención de voto de los candidatos. Esta semana, por primera vez en lo que va de año, el demócrata Joe Biden ha adelantado a su rival republicano en los sondeos, según la media nacional de encuestas de FiveThirtyEight. El demócrata ha ganado 1,8 puntos desde el 30 de mayo, cuando se conoció el veredicto de culpabilidad de Trump por el caso Stormy Daniels. Pero, a la vez, y también por vez primera desde que la justicia le señalara como convicto, el expresidente ha superado a su adversario en recaudación, drenada durante los últimos meses por el desvío de fondos para cubrir sus desorbitantes gastos legales. Si Biden recibió hace una semana, en una sola noche, 28 millones de dólares de sus partidarios en Hollywood, el cheque de 50 millones que el republicano registró el 31 de mayo —un día después del fallo— de manos del millonario Timothy Mellon ha saneado las finanzas de su campaña, al tiempo que ha propulsado su imagen como candidato.

La campaña de Trump superó la recaudación del presidente Biden en más de 60 millones de dólares el mes pasado, según los registros federales publicados el pasado jueves, que detallan la explosión de adhesiones tras el veredicto del jurado popular de Manhattan. Gracias a esa inyección de 50 millones, pero también a las pequeñas contribuciones de miles de donantes anónimos, muchos de ellos neófitos movidos por el fallo del jurado, Trump ha conseguido cerrar la brecha de fondos con su rival. Biden ha mantenido una considerable ventaja durante meses y sigue recaudando, pero las cuentas indican ahora una demostración de fuerza política por encima, incluso, de la justicia.

En total, la campaña de Trump recaudó 141 millones de dólares en mayo, casi el doble de los 85 millones registrados por los comités de acción política (PAC, en sus siglas inglesas; principal motor de las campañas) del demócrata. El súper PAC de Trump recaudó casi 69 millones de dólares en mayo, incluido el medio centenar de millones del banquero Mellon, justo el día después del veredicto. En total, las arcas republicanas cuentan hoy con 170 millones de dólares, frente a los 212 millones de los demócratas.

Los últimos datos de la Comisión Federal Electoral sugieren que los demócratas aún pueden mantener una ventaja en efectivo de cara a noviembre. Pero las tornas parecen cambiar rápidamente —igual que las volátiles encuestas— precisamente cuando los votantes empiezan a prestar atención a las elecciones. Una mayor recaudación de fondos para Trump significa más poder e influencia en los Estados bisagra, aquellos en los que realmente se decide la batalla para decidir al próximo presidente de EE UU.

Wall Street toma partido

El carácter contable de las campañas en EE UU se mide también en la inversión publicitaria, por ejemplo los 50 millones gastados por Biden para su último y agresivo anuncio, una forma de calentar motores de cara al primer debate televisado de los dos contendientes, del que el candidato independiente Robert F. Kennedy ha quedado descolgado por no reunir los requisitos (por una conspiración en su contra, según asegura Kennedy). Tampoco se ha quedado corta la inversión publicitaria de la campaña de Trump: tras recibir el cheque de 50 millones de dólares, contrató 100 millones en anuncios hasta el Día del Trabajo, que en EE UU se celebra el primer lunes de septiembre. Otro indicador de que las elecciones, como casi todo en el país, es cuestión de dólares, más que de ideas: el éxito en noviembre puede depender en parte de cuál de las dos partes seguirá contando con patrocinadores multimillonarios.

El posicionamiento de las grandes fortunas es otro factor reseñable: buena parte de Wall Street apoya más abiertamente a Trump. Incluso los que recelaron del republicano por instigar el asalto al Capitolio en enero de 2021 han cerrado filas, algunos tan notorios como el responsable de Blackstone, Stephen Schwarzman, que entonces denunció las maniobras de Trump y ahora asume sus ideas sobre economía, inmigración y política exterior.

El horizonte que proyecta un nuevo mandato de Trump favorece al mercado, en especial el de los combustibles fósiles, con una batería de desregulaciones para desmantelar los controles impuestos durante la presidencia de Biden: uno de los pilares del Proyecto 2025 es precisamente anular a las agencias reguladoras del Gobierno federal. Entre los apoyos de Trump figuran también destacados representantes del negocio de las criptomonedas.

Los donantes de Biden mantienen mientras tanto el pulso. El multimillonario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg donó recientemente casi 20 millones de dólares a la campaña de reelección del presidente. La filántropa Melinda French Gates rompió su tradicional discreción para pronunciarse por primera vez en favor de un candidato, el demócrata. “Las elecciones serán muy importantes para las mujeres y las familias y, esta vez, no puedo quedarme callada”, publicó en la red social X.

Para animar a sus seguidores ante el vendaval Trump, el equipo de Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, se ufanaba esta misma semana de haber recaudado “el total más grande de cualquier candidato demócrata en la historia para este momento del ciclo” electoral, los citados 212 millones en efectivo disponibles, de un total de 558 millones cosechados desde el lanzamiento de la campaña. Como siempre que se manejan estadísticas, o proyecciones de voto, lo difícil resulta averiguar si se trata de una foto fija o de una panorámica.

La clave de la recaudación para ser elegido 'número dos'

La capacidad de hacer caja también parece orientar la elección de quien acompañe a Donald Trump como vicepresidente, una incógnita que teóricamente se resolverá en Milwaukee durante la convención nacional republicana, a mediados de julio.

Varios de los principales aspirantes a ser su número dos —el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum; el senador republicano Tim Scott, y el senador republicano de Ohio, J. D. Vance, que gana puntos por momentos— han forzado sus respectivas maquinarias de recaudación. El equipo financiero del comité nacional republicano evalúa cada miércoles sus logros, según fuentes del partido citadas por el portal informativo Axios. Congeniar con Trump —en eso lleva ventaja el popular Vance, convertido casi en hagiógrafo del expresidente— y su especial telegenia son otros factores a tener muy en cuenta.

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