Xavier Becerra, el abogado que emergió del sueño americano sembrado en México
El político, hijo de inmigrantes mexicanos y el primero en su familia en ir a la universidad, es la apuesta de Biden para el Departamento de Salud
A lo largo de su vida Xavier Becerra (Sacramento, 62 años) ha tenido que escuchar comentarios que menosprecian el origen de su familia: mexicanos e inmigrantes llegados a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. “Que te digan constantemente que tu padre es solo un albañil y que tu madre ni siquiera nació aquí, se ha vuelto personal”, contaba el político de California en 2016 en el escenario de la Convención Nacional Demócrata, al mismo tiempo que defendía que el avance de su ca...
A lo largo de su vida Xavier Becerra (Sacramento, 62 años) ha tenido que escuchar comentarios que menosprecian el origen de su familia: mexicanos e inmigrantes llegados a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. “Que te digan constantemente que tu padre es solo un albañil y que tu madre ni siquiera nació aquí, se ha vuelto personal”, contaba el político de California en 2016 en el escenario de la Convención Nacional Demócrata, al mismo tiempo que defendía que el avance de su carrera política no era más que el fruto del llamado sueño americano. “La promesa es simple: trabaja duro, sigue las reglas y puedes triunfar en Estados Unidos. Es lo que mis padres hicieron”. De los barrios pobres de México a los campos de verduras en California, los Becerra labraron la infancia de quien alcanzó a ser el congresista hispano más influyente en Washington, fiscal del Estado de California, y que ahora se perfila como la apuesta del presidente electo, Joe Biden, para ser secretario de Salud en medio de la peor pandemia en un siglo.
María Teresa y Manuel Becerra llegaron a Estados Unidos cuando apenas se habían casado a los 18 años. Ella era una secretaria, originaria de Guadalajara (Jalisco), que no hablaba inglés. Él un albañil nacido en Sacramento, que creció en Tijuana (Baja California) y que dejó la escuela en el sexto grado para trabajar y ayudar a su familia. La pareja inmigrante hizo todo lo posible para mantener económicamente a sus cuatro hijos en un tiempo en el que Estados Unidos necesitó de las manos de los recién llegados. El padre de Becerra construía zanjas y acueductos en los nuevos caminos que se hacían en California durante los veranos y en los inviernos viajaba a los campos de siembra a recolectar verduras. “Éramos humildes, pero siempre comíamos bien”, recordaba el fiscal de California. Su madre dedicaba las tardes a aprender inglés. “Ella era la jefa”, bromeaba.
Con jornadas maratonianas, los padres de Becerra aún buscaban que sus tres hijas y su hijo no dejaran los deberes escolares. Xavier Becerra desarrolló un interés por la ciencia –aprendió a jugar golf por su cuenta– y se graduó con notas sobresalientes del instituto, lo que le permitió entrar en la Universidad de Stanford para estudiar Economía. Fue el primer miembro de su familia en conseguir un título universitario. “Mis padres no fueron a la universidad, pero nos animaron a hacerlo. Entendían que la educación abre puertas”, dijo en 2016. Luego se quedó cuatro años más en la escuela de Leyes para graduarse como abogado. En la Universidad de Stanford conoció a Carolina Reyes, una doctora obstetra también hija de inmigrantes mexicanos que recolectaban fruta en el Valle de San Joaquín, con quien tuvo tres hijas: Clarisa, Olivia y Natalia.
Becerra se abrió camino en la política de California trabajando como asistente de algunos legisladores locales. Su origen mexicano le sirvió para conseguir apoyos y sumar simpatías entre los latinos de segunda y tercera generación que abundaban en el Estado sureño. Sus mensajes en perfecto español y con acento marcadamente tapatío (de Jalisco, como el de su madre) –con una entonación descendente y alargada al hablar– le sirvió en su primera apuesta por un cargo público en 1990. Y solo tres años después llegó a Washington como congresista por el Estado de California. Allí se mantuvo durante 24 años y se presentó como un legislador que impulsaba las iniciativas en favor de la clase trabajadora y los inmigrantes. En Washington, encabezó el liderazgo de los congresistas latinos a medida que su presencia en la Cámara de Representantes fue creciendo y fue mentor de otros demócratas sobresalientes como Joaquín Castro, de Texas. En 2010, pugnó por la aprobación en el Congreso del Affordable Care Act, conocido también como Obamacare, que ampliaba el acceso a la sanidad entre los estadounidenses con menos recursos. En 2017, asumió como fiscal de California en reemplazo de la senadora Kamala Harris.
Ha sido en la Fiscalía de California donde ha llamado nuevamente la atención de los demócratas al crear una oficina para atender los asuntos de justicia medioambiental, así como por el lanzamiento de una ofensiva legal que incluye más de 100 denuncias contra las políticas de la Administración de Donald Trump: la construcción del muro, la introducción de preguntas sobre ciudadanía en el censo, el hostigamiento hacia los inmigrantes indocumentados y la suspensión del Obamacare que ha llegado hasta el Supremo. Su perfil es el más improbable para un secretario de Salud. El equipo de trabajo de Biden ha confiado a The New York Times que el presidente electo optó por Becerra por considerarlo un “hombre de familia de clase trabajadora hecho a sí mismo”, por su historia familiar de inmigración, y por su imbatible defensa del acceso a la sanidad para los estadounidenses. El nuevo encargo para Becerra también será personal.
Suscríbase aquí a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos