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Los bombardeos rusos se ceban con Odesa para interrumpir el comercio marítimo de Ucrania

Putin prometió represalias por los ataques ucranios contra los petroleros que transportan crudo de Rusia

Drones ucranios bombardearon la semana pasada en el mar Mediterráneo un petrolero dedicado al transporte de petróleo ruso. El Qendal es un mercante que forma parte de ...

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Drones ucranios bombardearon la semana pasada en el mar Mediterráneo un petrolero dedicado al transporte de petróleo ruso. El Qendal es un mercante que forma parte de la llamada flota fantasma, los navíos que exportan crudo de Rusia saltándose las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania. El Qendal era el sexto petrolero de la flota fantasma atacado por las fuerzas ucranias en el último mes.

El 19 de diciembre, cuando Ucrania hizo público el ataque al Qendal, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió desde Moscú que estas acciones comportarían represalias. Y la represalia está siendo un bombardeo periódico sobre la ciudad de Odesa, el principal puerto de salida del tráfico mercante ucranio por el mar Negro y el río Danubio. El día en el que Putin habló, ocho personas fallecieron y 27 resultaron heridas tras el impacto de misiles balísticos rusos en el puerto de Odesa.

Cada día, desde el 19 de diciembre, las infraestructuras portuarias y logísticas de Odesa han sufrido bombardeos. La peor jornada en daños materiales se produjo el 20 de diciembre, cuando en 10 ocasiones, los drones bomba de largo alcance rusos provocaron la suspensión del tráfico en el puente Mayaki, el que cruza el río Dniéster. Los depósitos de cereales del puerto Sur, en la provincia de Odesa, también fueron severamente dañados ese día.

El 14 de diciembre sucedió algo similar en el puente de Zatoka, cuando 20 drones rusos suspendieron el tráfico rodado. Esta infraestructura y Mayaki son estratégicas porque permiten el transporte por carretera de mercancías entre Ucrania, Moldavia y Rumania.

Decenas de miles de ciudadanos de Odesa están sufriendo además este diciembre la interrupción del suministro eléctrico, del agua caliente y de la calefacción por la actividad militar rusa. En el último bombardeo, en la madrugada de este lunes, una subestación eléctrica quedó destruida. 120.000 hogares de la tercera mayor ciudad de Ucrania están sin luz. Unas horas después, a última hora del día, un nuevo ataque dañó el puerto de la ciudad y un barco.

En la noche del 19 de diciembre, coincidiendo con la comparecencia de Putin en Moscú, el fuego ruso también provocó la pérdida de electricidad para 75.000 viviendas, además de dejar a 85.000 viviendas sin calefacción.

La Fiscalía General ucrania investiga estos ataques como crímenes de guerra. Tanto los drones como los misiles rusos que están castigando Odesa son disparados desde la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014. Las fuerzas ucranias también están golpeando desde otoño las infraestructuras energéticas rusas en Crimea, no solo el sector petrolero, también centrales y subestaciones eléctricas.

Rusia también ha atacado en las últimas semanas por lo menos cuatro mercantes con productos agrícolas ucranios en el mar Negro. Pese a ello, el país invadido ha conseguido mantener desde 2024 un flujo creciente de transporte marítimo siguiendo rutas que recorren aguas de países vecinos miembros de la OTAN: primero Rumanía, luego Bulgaria y, finalmente, Turquía.

El Gobierno ucranio informó el domingo que en la semana anterior, 500 misiles y drones de largo alcance rusos habían tenido como objetivo Odesa. Esto supondría un 40% del total de este tipo de armamento disparado contra todo el territorio ucranio en esas fechas.

La fase de castigo de la región de Odesa tiene un componente más político que militar. Esto quedaría demostrado por la mejor situación en la que se encuentra Kiev coincidiendo con la mala situación de la ciudad portuaria. Los esfuerzos de destrucción rusos han dejado a la capital ucrania en un segundo plano tras haber sido su principal objetivo en otoño.

Kiev no está recibiendo casi ningún bombardeo en las dos últimas semanas, lo que está permitiendo restablecer el suministro eléctrico. Si los ciudadanos de Kiev tenían a principios de diciembre cortes de luz de 14 horas de media diaria, a finales de mes las interrupciones se han reducido a 8 horas, según la compañía eléctrica Dtek. No obstante, este martes, Rusia volvió a golpear el sector energético con más de 600 drones y una treintena de misiles. Al menos tres personas perdieron la vida entre Yitómir y las afueras de Kiev.

Cuentas prorrusas en redes sociales como Telegram insisten en que esta fase de bombardeos precede a un desembarco del invasor sobre Odesa. Una operación así sería de una envergadura extraordinaria, difícil de creer. Pero la presión de esta propaganda ha llevado al Consejo de Seguridad Nacional ucranio a tener que desmentir su veracidad. “No hay fundamento para esta amenaza, Rusia no tiene la capacidad para llevar a cabo una operación marítima de este calibre. Todo está bajo control de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, aseguró el 20 de diciembre Andrii Kovalenko, miembro del Consejo de Seguridad Nacional.

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