El calvario de los sancionados por Donald Trump
Once juristas del Tribunal Penal Internacional y Francesca Albanese, relatora de la ONU para los territorios palestinos, están entre los damnificados del presidente estadounidense, que ha convertido su vida en una pesadilla
Condenados al ostracismo social. Obligados a pagar todos sus gastos en efectivo ante la imposibilidad de tener tarjetas de crédito u operar en el sistema bancario. Vetados en el uso de servicios digitales como Amazon, PayPal o Airbnb. Son los sancionados de Donald Trump, una nueva categoría de parias modernos. Jueces, fiscales y una alto cargo de la ONU que han visto cómo el presidente de Estados Unidos los incluía de forma arbitraria en una particular lista negra por hacer su trabajo.
Once juristas del Tribunal Penal Internacional —que investiga presuntos crímenes contra la humanidad cometidos por Israel en Gaza, así como los crímenes perpetrados por los distintos actores en la guerra de Afganistán— forman parte de ese grupo de damnificados de Trump. También Francesca Albanese, relatora especial de Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, que lleva meses denunciando el “genocidio” lanzado por Israel y se ha ganado por ello la ira del Gobierno israelí y de su aliado, el estadounidense.
“Es un escándalo internacional”, sostiene Domenico Gallo, exmagistrado del Tribunal Supremo italiano, que subraya que la UE puso el grito en el cielo cuando Trump anunció las sanciones, pero luego no se ha negado a aplicarlas en su territorio. Mientras, el día a día de los sancionados sigue siendo una pesadilla.