La Fiscalía Anticorrupción de Ucrania registra el domicilio de Andrii Yermak, la mano derecha de Zelenski
El jefe de la oficina del presidente aparece en la investigación de una red de fraude en el círculo próximo del líder ucranio
Ucrania se ha levantado este viernes con una noticia que sacude los cimientos del poder político del país. Los agentes de la Agencia Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Anticorrupción (SAPO) han irrumpido esta mañana en el domicilio en Kiev de Andrii Yermak, jefe de la oficina del presidente y mano derecha de Volodímir Zelenki. Los organismos contra el fraude han acudido con una orden de registro, como parte del caso Midas, una red de comisiones y blanqueo de dinero que afecta al círculo directo de Zelenski.
La NABU ha confirmado que el registro está en marcha solo en el domicilio de Yermak y no en su despacho. Ambos se encuentran en el barrio gubernamental de la capital ucrania. “Los inspectores de la NABU y la SAPO han tenido pleno acceso a mi apartamento”, ha escrito Yermak en sus redes sociales, “mis abogados están trabajando con ellos y, por mi parte, cuentan con toda mi cooperación”.
La NABU y la fiscalía advertían desde hace días que habría nuevas acciones en torno al caso Midas. Los medios de comunicación daban por hecho que el próximo afectado sería Rustem Umerov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional, exministro de Defensa, y hombre de confianza de Zelenski. Umerov fue interrogado por la NABU el pasado miércoles en calidad de testigo. La sorpresa ha sido que los organismos anticorrupción han ido primero a por Yermak. Se desconoce todavía si la mano derecha del presidente pasará a ser formalmente investigado.
La base de la operación del caso Midas son decenas de horas de grabaciones en los teléfonos de Timur Mindich, socio junto a Zelenski de la productora audiovisual Kvartal 95, la compañía que le proyectó a la fama como actor. El domicilio de Mindich fue registrado el 10 de noviembre, pero el ahora acusado huyó del país pocas horas antes.
Mindich sería el cerebro de una red de cobro de comisiones y de blanqueo de dinero en varios ministerios del Gobierno. El principal ministerio afectado hasta la fecha es el de Energía. La SAPO estima que a través de Mindich y altos cargos del Gobierno fueron robados del presupuesto de la empresa de energía atómica Energoatom más de 85 millones de euros.
Las grabaciones que han hecho públicas los organismos anticorrupción también apuntan a que Mindich maniobró para amañar contratos en el ministerio de Defensa cuando lo lideraba Umerov.
Se desconoce qué medidas puede tomar Zelenski respecto a Yermak. El presidente ordenó el 12 de noviembre el cese de otro de sus hombres de confianza, el exministro de Justicia y de Energía, German Galushchenko, tras haber sido registrado su domicilio. Galushchenko no está todavía formalmente investigado. El único antiguo miembro del Gobierno que sí está acusado es el ex vice primer ministro Oleksii Chernishov.
El partido opositor Golos y medios de comunicación como Censor.net apuntan a que Yermak aparece en las grabaciones de Mindich con el seudónimo de Alibaba. Este Alibaba, según los audios, se debía encargar de bloquear las investigaciones de los organismos anticorrupción.
El poder de Yermak en Ucrania es casi absoluto, solo superado por el de Zelenski. Para el presidente, su amigo y máximo hombre de confianza actúa como consejero, líder en negociaciones determinantes, pero también como pararrayos en decisiones controvertidas, porque causarán malestar o porque forman parte del juego sucio del poder.
Todo empezó en julio
La tormenta empezó de hecho el pasado julio, cuando los Servicios de Seguridad de Ucrania (el SSU, dependiente del Ministerio del Interior) llevaron a cabo una redada contra una veintena de agentes de la NABU y la SAPO. Pocos días después, Zelenski presentaba por sorpresa ante la Rada (el Parlamento ucranio) una ley que suspendía de facto la independencia de los organismos anticorrupción. El presidente retiró la ley tras recibir un alud de críticas desde la Unión Europea y sufrir las primeras manifestaciones populares durante la guerra. La NABU y la SAPO, que cuentan con el apoyo de la UE, filtraron que aquellas maniobras buscaban frenar la investigación sobre Mindich. Estas instituciones operan bajo la protección de los aliados occidentales de Ucrania porque se consideran fundamentales para aplicar las reformas necesarias para que el país forme parte de la UE.
El malestar social en torno al presidente se ha disparado a raíz del caso Midas. Los tres principales partidos de la oposición están recabando apoyos entre la mayoría parlamentaria del partido de Zelenski, Servidor del Pueblo, para presentar una moción de censura que expulse al Gobierno y cree un ejecutivo de unidad nacional. La situación es tan difícil para Zelenski que el 20 de noviembre se reunió con su grupo parlamentario para afrontar la presión. Nombres de peso entre sus filas le pidieron que tomara una decisión drástica para cortar el malestar, el cese de Yermak. El presidente lo descartó, como también descartó cambios en el Gobierno.
La relevancia de este caso de corrupción para Zelenski lo demuestra que aquel 20 de enero fue el día que oficialmente recibió el llamado “plan de paz” propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este documento era en su forma original una lista de concesiones a Rusia inaceptable para Ucrania. Pero el líder ucranio no se reunió con su grupo parlamentario para discutir el plan de paz, únicamente para debatir con sus diputados sobre el escándalo político en ciernes.
Descontento popular
El descontento popular va en aumento en un momento en el que las fuerzas flaquean ante el invasor ruso. Una encuesta de este noviembre del centro de estudios demoscópicos Sociopolis asegura que un 70% de la ciudadanía quiere la destitución de Yermak.
“Al principio, en 2022, teníamos tanta fuerza, una unidad nacional que nunca habíamos sentido, pero la sociedad hoy no está unida con nuestros líderes. Y así es difícil continuar”, valoraba el jueves en EL PAÍS Svitlana Biuhova, una empresaria hotelera de Bucha. “Le voy a decir algo que suena muy fuerte”, explicaba también este jueves Anastasía Kucherieva, bibliotecaria del centro de Kiev, “pero creo que ahora odio más a nuestro Gobierno que a Putin, mientras que vivimos cada día sin electricidad por culpa de los rusos, ellos roban recursos. Por lo menos con los rusos sabemos quién es el enemigo”.
Kucherieva se refiere a los cortes diarios de más de 12 horas en el suministro eléctrico en Kiev por los bombardeos del invasor contra la red energética ucrania. La principal fuente de electricidad que queda en el país es la que produce Energoatom.