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Putin afianza su influencia en los Balcanes tras la victoria electoral de un prorruso en Bosnia-Herzegovina

Milorad Dodik, apartado de la presidencia por la justicia, sitúa a su candidato como sucesor tras una ajustada victoria en la República Srpska

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, juega estos días una partida decisiva en Ucrania. Pero, mientras tanto, no pierde terreno en el corazón de los Balcanes. Su gran aliado en Bosnia-Herzegovina, Milorad Dodik, expresidente de la República Srpska y líder de la Alianza de Socialdemócratas Independientes (SNSD, por sus siglas en inglés), ha conseguido que su delfín, Sinisa Karan, venza en las ele...

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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, juega estos días una partida decisiva en Ucrania. Pero, mientras tanto, no pierde terreno en el corazón de los Balcanes. Su gran aliado en Bosnia-Herzegovina, Milorad Dodik, expresidente de la República Srpska y líder de la Alianza de Socialdemócratas Independientes (SNSD, por sus siglas en inglés), ha conseguido que su delfín, Sinisa Karan, venza en las elecciones celebradas este domingo en la República Srpska (de mayoría serbia), una de las dos entidades del país, junto a la Federación de Bosnia y Herzegovina, de mayoría bosniaca (bosnia musulmana) y croata. Los comicios se celebraron tras la inhabilitación de Dodik por las autoridades electorales el pasado agosto.

Los resultados preliminares no oficiales anunciados en la noche del domingo por la Comisión Electoral de Bosnia-Herzegovina, con el 93% escrutado, otorgaban a Sinisa Karan el 50,8% de los votos, frente a Branko Blanusa, del Partido Democrático Serbio (SDS), que obtuvo el 47,8%. Más de 1,2 millones de personas estaban habilitadas para votar. Pero la participación fue solo del 35,7%, muy inferior al 53% registrado en las elecciones generales de 2022.

La República Srpska abarca el 49% del territorio del país, tal como se acordó hace 30 años en los acuerdos de paz de Dayton, que pusieron fin a la guerra más sangrienta de la antigua Yugoslavia, en la que murieron 100.000 personas entre 1992 y 1995. El mandato de Karan, de 63 años, antiguo ministro del Interior en el Gabinete del expresidente Dodik, está previsto que dure al menos hasta que se celebren el próximo octubre elecciones legislativas y presidenciales.

Milorad Dodik llevaba en el poder desde 2006, como primer ministro y presidente. Ha viajado en numerosas ocasiones a Rusia y ha expresado su apoyo a Putin desde que comenzó la invasión de Ucrania. También ha amenazado con anexionar la República Srpska a Serbia.

En febrero pasado, el Tribunal Constitucional de Bosnia-Herzegovina condenó a Dodik a un año de prisión y seis años de inhabilitación política. Se le acusaba de impedir la publicación de las decisiones del Alto Representante Internacional —el alemán Christian Schmidt— y no acatar las sentencias del Tribunal Constitucional de Bosnia-Herzegovina en el territorio serbobosnio.

Dodik repudió la decisión de la Justicia, pero las autoridades electorales lo destituyeron finalmente el pasado agosto. A pesar de ello, continuó ejerciendo como mandatario de la República Srpska, hasta que el pasado octubre designó a su gran aliado, Sinisa Karan, para que disputara las elecciones de este 23 de noviembre. Días después, Estados Unidos levantó las sanciones económicas que pesaban sobre él y su círculo más estrecho. La pena de cárcel le fue conmutada por una multa y, en la práctica, Dodik seguirá mandando.

El expresidente Dodik declaró tras conocerse los resultados: “Considero esto un apoyo para mí también, en circunstancias casi imposibles. Querían destituir a Dodik mediante un proceso político completamente injusto… y ahora tienen dos Dodiks. Lo verán todos los días”. Hablaba de sí mismo en tercera persona.

Tanja Topic, analista en la República Srpska, indica por correo electrónico que la mera celebración de estas elecciones ha sido importante para “restaurar la esperanza en el Estado de derecho”, siempre frágil en el país, afirma. “Dodik participó en ellas, aunque no reconoce al Tribunal de Bosnia-Herzegovina. Aceptó el veredicto en su totalidad, aunque intenta demostrar a la opinión pública que será el presidente vitalicio”.

La analista serbobosnia hace hincapié en que la estrecha victoria del SNSD, “aún no confirmada totalmente”, revela el estado de ánimo de la ciudadanía respecto al Gobierno de Dodik. Explica que “un candidato prácticamente desconocido”, Branko Blanusa, del Partido Democrático Serbio (SDS), que había sido nominado por una formación “que lleva meses sin liderazgo”, obtuvo un resultado “excelente”.

Topic cree que el resultado expresa el deseo de ver “caras nuevas y frescas” en la política. “La ciudadanía castigó al SNSD por varias razones: corrupción y clientelismo y arrogancia”, señaló en la mañana del lunes. “Aún persisten las sospechas de fraude electoral en algunas ciudades, por lo que la oposición no ha aceptado los resultados”.

Por su parte, Adi Cerimagic, analista bosnio de la Iniciativa Europea de Estabilidad (ESI), subraya desde Alemania que el elemento central de estas elecciones es que Milorad Dodik “ha dado un paso al lado” y que, al hacerlo, “ha reconocido la autoridad de un poder judicial que durante años había tachado de ilegal”. Según los resultados preliminares, “Karan ha ganado por solo unos 8.000 votos”, advierte. Es una ventaja exigua, pero suficiente para que Dodik reclame una victoria política.

Cerimagic recuerda que el resultado no altera la verdadera estructura de poder sobre el terreno. “Dodik ha ocupado múltiples cargos —incluidos la presidencia y la jefatura de Gobierno de la República Srpska—, pero su autoridad real siempre ha emanado del control del partido y de una red empresarial gestionada por intermediarios de confianza. Sigue siendo el líder del SNSD y tanto él como sus aliados han quedado liberados de las sanciones estadounidenses, lo que le permite concentrarse en las elecciones generales de octubre”.

En el plano internacional, según el analista, Dodik ha sido desde 2014 un socio útil para Vladímir Putin “por su capacidad para generar desorden legal, político y de seguridad en los Balcanes”. Lo más alentador, añade, es que la victoria del candidato de Dodik ha sido mínima. “El posible éxito de la oposición en las elecciones del próximo año reduciría la capacidad de Putin de amenazar con la inestabilidad en los Balcanes y utilizarla como contra Occidente”, concluye Cerimagic.

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