Uno de los primeros policías en entrar en el Bataclan la noche del ataque terrorista: “Lamento no haber podido salvar más vidas”
Un agente cuenta la intervención contra los terroristas y para sacar a la gente de la sala de conciertos de París en el décimo aniversario de los mayores atentados terroristas que ha vivido Francia
El 13 de noviembre de 2015, Michel Caboshe y una decena de policías de la BAC 75N, la brigada anticrimen nocturna de París, hacían un poco de deporte antes de comenzar su turno. “Solemos hacerlo antes de empezar. Recibimos una llamada. Se nos solicitaba en la zona de Bataclan. No estábamos aún...
El 13 de noviembre de 2015, Michel Caboshe y una decena de policías de la BAC 75N, la brigada anticrimen nocturna de París, hacían un poco de deporte antes de comenzar su turno. “Solemos hacerlo antes de empezar. Recibimos una llamada. Se nos solicitaba en la zona de Bataclan. No estábamos aún de servicio, pero nos preparamos, nos uniformamos y salimos. Aunque oficialmente aún no estábamos de servicio”, subraya.
Caboshe y los compañeros de su unidad fueron los primeros en entrar en la sala Bataclan la noche de los atentados terroristas del 13 de noviembre, antes incluso de que lo hiciera la BRI, la Brigada Rápida de Intervención de la policía, más especializada en una toma de rehenes. En realidad, la BAC actúa para delitos más comunes, no es una unidad de élite, así que aún no tenía el permiso de la prefectura para intervenir.
Sin embargo, los policías entraron. Como no sabían exactamente lo que se iban a encontrar, Caboshe envió un mensaje a su familia de despedida “por si acaso”. “Nos fuimos a Bataclan sin pensarlo, los terroristas aún estaban dentro. No sabíamos dónde estaban ni cuántos eran, y rápidamente constituimos la unidad por grupos. Yo estaba en segunda posición, la luz del proyector de la escena me dificultaba la visión. Enseguida percibí el olor a pólvora, los cargadores que estaban por el suelo. Había un mar de sangre”.
Este agente recuerda aquella noche ante un grupo de periodistas en la puerta de la sala de conciertos Bataclan diez años después, poco antes de que comience la ceremonia oficial de homenaje a las 90 personas que perdieron la vida en el establecimiento. Cuando ellos llegaron, uno de los comisarios de la BAC, Guillaume Cardy, ya estaba dentro. Fue el agente que mató a uno de los tres terroristas que atacaron la sala a partir de las 21.40 disparando a los asistentes a un concierto.
“Una parte de la unidad estaba en línea frente al escenario. Cada grupo tomó su posición. Yo estaba en el lado de la derecha de la pista. Otros estaban en la parte izquierda y algunos frente a la pista. Nuestra intervención se desarrolló desde las diez de la noche hasta la liberación completa de la pista, horas más tarde”, explica este agente, junto con otros dos compañeros que participaron en el dispositivo.
Fueron sacando a la gente como pudieron y es en ese punto donde, 10 años después, aún se cuestiona su intervención, si “podía haber hecho más”. “Tuvimos que tomar decisiones que marcan para siempre. Había que hacer una criba, diferenciar entre los heridos y los muertos, ir evacuándolos y hacer primeros auxilios en el momento. Es como medicina de guerra. ¿Quién está por encima de la vida humana? Nadie. Por eso me reprocho haber tenido que elegir entre la vida y la muerte, entre los heridos graves y urgentes, pero había que tomar decisiones. Aún me pregunto: ¿Las que hice fueron las buenas?”.
La operación en la sala Bataclan se hizo en varias fases: los policías de la BAC entraron en la pista y trataron de sacar a la gente tras abatir a uno de los yihadistas, y los agentes de la BRI y la RAID, otra unidad de élite, accedieron a los pisos superiores, donde estaban los otros dos terroristas con 11 rehenes. Alrededor de las 22.20, más de 70 agentes de las unidades de élite de la policía (BRI y RAID) estaban en la sala. Los rehenes fueron finalmente evacuados, y los dos terroristas murieron al activar sus cinturones de explosivos.
Guillaume Cardy, el comisario de la BAC que entró de los primeros y aniquiló a uno de los terroristas, ha sido ascendido y ahora dirige la RAID, la unidad de élite más prestigiosa de la policía nacional. Caboushe dejó la policía y ahora tiene una empresa de seguridad. Se les ofreció apoyo psicológico, que él rechazó. El tiempo “ha servido para curar heridas”.
En la ceremonia de homenaje a las víctimas de Bataclan se han leído los nombres de las 90 personas que fallecieron en la sala. La lectura ha durado unos diez minutos. Había más de 1.000 asistentes, entre ellos muchos supervivientes y familiares, con los que estos agentes han podido hablar, y que les recuerdan que sí, que tomaron las decisiones correctas. “Algunas nos lo han reconocido, con el tiempo me doy cuenta de que he podido tener dudas desde el punto de vista operacional, pero que lo hicimos lo mejor que pudimos”, añade Caboushe.