Los nuevos documentos de Epstein arrojan más dudas sobre el expríncipe Andrés de Inglaterra
El hijo de Isabel II imploraba en un correo de 2011 que se mantuviera su nombre al margen del escándalo
Andrés Mountbatten-Windsor, que ha llevado los títulos de príncipe Andrés y duque de York hasta su reciente caída en desgracia, tardó en cortar sus lazos con el multimillonario pedófilo estadounidense Jeffrey Epstein y su conseguidora, la británica Ghislaine Maxwell, y cada nueva revelación sobre el asunto lo salpica irremediablemente. En el lote de más de 20.000 documentos entregados por la familia de Epstein al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, hechos públicos el miércoles, surgen nuevas pruebas de cómo el hijo de Isabel II mantenía el contacto con Epstein y Maxwell mucho después de la fecha en la que aseguró, durante su catastrófica entrevista al programa Newsnight de la BBC, que la relación había desaparecido.
Maxwell, amiga de Andrés y la mujer que puso en contacto al entonces príncipe con el financiero, mantenía informado al entonces duque de todas las indagaciones de la prensa respecto a la red de tráfico sexual de menores organizada por ella, y de las alegaciones que surgieron contra el aristócrata por el caso de Virginia Giuffre, la víctima que lo acusó de haber abusado sexualmente de ella en al menos tres ocasiones cuando tenía 17 años. Giuffre acabó suicidándose el pasado abril.
En marzo de 2011, la socialité británica reenvió a Andrés el correo electrónico que había recibido del diario Mail On Sunday, en el que se le ofrecía el derecho de réplica frente a las informaciones que vinculaban al príncipe con Giuffre. “¡Hola! ¿Qué es todo esto? ¡No sé nada! Por favor, déjalo claro. Esto no tiene NADA que ver conmigo. No puedo soportarlo más”, respondió el príncipe a Maxwell, presa de los nervios ante unas informaciones que comenzaban a acorralarle.
Ese intercambio de mensajes tuvo lugar cuatro meses después de la fecha en la que, según aseguró Andrés en 2019 en la entrevista en la BBC, había cortado todo tipo de comunicación con la pareja.
En un segundo correo electrónico de Mountbatten-Windsor a su amiga, este insiste en exigir que se le mantenga apartado de las pesquisas periodísticas: “Por favor, asegúrate de que cada declaración o documento jurídico establezca claramente que yo NO estoy implicado, y que no sabía NADA de todas estas acusaciones”, reclama.
Giuffre, que se suicidó el 25 de abril de este año, asegura en sus memorias póstumas —Nobody´s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice (La Chica de Nadie: Memorias de Supervivencia ante Abusos y de Lucha por la Justicia)— que Andrés abusó sexualmente de ella en al menos tres encuentros.
El hijo de Isabel II cerró un multimillonario acuerdo extrajudicial con su presunta víctima en febrero de 2022, aunque jamás admitió oficialmente su culpabilidad. Durante la desastrosa y arrogante entrevista con la BBC, en noviembre de 2019, en la que Andrés intentó sin éxito explicar su relación con el millonario estadounidense pedófilo, sostuvo incluso que la foto en la que agarra por la cintura a la joven, tomada por el propio Epstein en el apartamento londinense de Maxwell, era un montaje.
El entorno del entonces príncipe llegó a sugerir que los dedos que asomaban por el talle de Giuffre no eran los de Andrés, que se había utilizado Photoshop para manipular la instantánea e incluso, en una disparatada teoría que propagó en Instagram Victoria Hervey, una exnovia del príncipe, que el cuerpo era el de un doble irlandés al que se había insertado después la cara del duque.
Finalmente, ha sido el propio Epstein, que se quitó la vida en prisión en agosto de 2019, el que a través de sus documentos confirma la autenticidad de la foto. En un correo que envió a un periodista, en el que el nombre de Giuffre está suprimido pero cuyo contexto deja claro que está hablando de la joven, el financiero se muestra tajante en su respuesta: “Por supuesto que viajó en mi avión. Y claro que se hizo una foto con Andrés, como se la han hecho muchos de mis empleados”, asegura.
Los vínculos con el laborista Mandelson
Los nuevos documentos hechos públicos el miércoles en Washington salpican también al expolítico laborista Peter Mandelson, a quien el actual primer ministro británico, Keir Starmer, destituyó como embajador en Estados Unidos después de que saliera a la luz el mensaje de ánimo que envió a su amigo Epstein en 2008, poco después de que el financiero admitiera su culpabilidad en un delito de acoso sexual a una menor. Mandelson, uno de los hombres más sagaces y conflictivos de la era del Nuevo Laborismo de Tony Blair, había asegurado que en 2010 tuvo su último contacto con el multimillonario estadounidense. Era entonces ministro de Comercio y Empresas y le solicito asesoramiento sobre un acuerdo bancario.
Ahora se ha sabido que el 6 de noviembre de 2016 Epstein le mandó un mensaje de felicitación por su cumpleaños, al que Mandelson no dudó en responder. “63 años. Lo lograste”, le dice el millonario. “Casi. He decidido prolongar mi vida yéndome a vivir a Estados Unidos”, responde el político británico. A lo que su amigo replica: “A la Casa Blanca de Donald”. Una semana más tarde se celebraron las elecciones presidenciales en las que Trump, en contra de todas las encuestas, obtuvo su primer mandato presidencial.