Trump amenaza a la BBC con una demanda de 1.000 millones por el documental que ha acabado con la cúpula del ente
El presidente de EE UU exige una retractación a la corporación británica y compensaciones por los daños tras el controvertido montaje de un programa emitido ocho días antes de las presidenciales de 2024
La dimisión del director general de la BBC, Tim Davie, y de la jefa de la división de Noticias, Deborah Turness, por el controvertido montaje en un documental de un discurso de Donald Trump en las horas previas a los disturbios en el Capitolio de Washington en enero de 2021 no ha sido suficiente para el presidente de Estados Unidos. El equipo legal de Trump ha enviado una carta a la corporación pública británica en la que le amenaza con una denuncia de “no menos” de 1.000 millones de dólares (870 millones de euros) si la BBC no accede a una “retractación completa y justa”.
La grabación, emitida ocho días antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, contenía un fragmento sesgado que parecía sugerir que Trump había alentado activamente los altercados.
El mandatario estadounidense reaccionó con euforia al anuncio de este domingo de la salida de Davie y Turness. “Las personas más arriba en la BBC están dimitiendo/han sido despedidas porque fueron pilladas ‘manipulando’ mi muy buen (¡PERFECTO!) discurso del 6 de enero”, dijo en su red social, Truth Social. Ahora, Trump da a la BBC de plazo hasta el próximo viernes alas 22.00 horas en el Reino Unido (una más en la España peninsular) para su rectificación.
Según la misiva, a la que tuvo acceso primero la prensa de Estados Unidos, “si la BBC no cumple, al presidente Trump no le quedará más alternativa que ejercer sus derechos legales y equitativos”, entre los que se incluye la multimillonaria demanda por daños. “La BBC está avisada”, dice la carta, que añade, en letras mayúsculas: “POR FAVOR, TOME LAS MEDIDAS OPORTUNAS”.
La exigencia de retractación afecta al documental de dos capítulos titulado Trump, ¿segunda oportunidad? (Trump, second chance?), producido por la compañía October Films para el programa Panorama, uno de los espacios de referencia de la BBC. El equipo legal de Trump exige también una disculpa por lo que considera “declaraciones falsas, difamatorias, desdeñosas, engañosas e inflamatorias” sobre el presidente estadounidense, así como una compensación adecuada por los daños causados. La BBC se ha comprometido a responder, pero, pese a la creciente presión doméstica y de la Casa Blanca, ha reivindicado que no había habido intención de “engañar” (mislead, en el término empleado por la corporación).
El problema estuvo originado por un corte contenido en el documental en el que Trump parecía apelar a los disturbios, que provocaron cinco muertos y más de 300 detenidos. El vídeo editado mostraba al presidente diciendo: “Vamos a ir al Capitolio y estaré con vosotros y luchamos. Luchamos como el demonio y si no luchas como el demonio, vas a perder tu país”. En la intervención real, sin embargo, el mandatario estadounidense decía que acompañaría a sus simpatizantes al Capitolio para “animar a los valientes congresistas” y “pacífica y patrióticamente” hacer que se escuchasen sus voces. La referencia a “luchar como el demonio” (“fight like hell”) había sido pronunciada 50 minutos después, al final de su discurso.
La BBC ha admitido que la edición del corte “dio la impresión de que Trump había hecho una apelación directa a la acción violenta” y ha expresado su “disculpa por ese error de juicio”. Sin embargo, ha dejado claro que la intención era sintetizar las claves del mensaje en un “formato condensado”, para ilustrar lo que había ocurrido el 6 de enero de 2021.
Según la prensa de Estados Unidos, los abogados de Trump han amenazado con presentar la demanda en el Estado de Florida, por lo que tendrán que demostrar que el episodio concreto de Trump, ¿segunda oportunidad? fue accesible para los espectadores del Estado y evidenciar que el presidente sufrió daños considerables por esa emisión.
De acuerdo con la legislación de Florida, cualquier acción legal cuenta con un plazo de dos años, el doble de la que otorga la normativa británica. Puesto que el documental se emitió ya hace más de un año, el presidente no ha podido demandar a la BBC en Londres, ya que el plazo ha expirado.