Macron comunica a los partidos que nombrará un primer ministro en las próximas horas
Los jefes de los partidos se han reunido con el presidente francés y creen que el elegido no saldrá de la izquierda, algo que conduciría a elecciones legislativas
La convocatoria llegó a las dos de la mañana. Todos lo partidos, menos La Francia Insumisa y el Reagrupamiento Nacional, debían acudir al Palacio del Elíseo para verse con el presidente francés, Emmanuel Macron. Reunión de urgencia. Improvisada, vistas las horas del correo que recibieron. Pasadas las cinco de la tarde, tras más de dos horas de reunión, la única conclusión es ...
La convocatoria llegó a las dos de la mañana. Todos lo partidos, menos La Francia Insumisa y el Reagrupamiento Nacional, debían acudir al Palacio del Elíseo para verse con el presidente francés, Emmanuel Macron. Reunión de urgencia. Improvisada, vistas las horas del correo que recibieron. Pasadas las cinco de la tarde, tras más de dos horas de reunión, la única conclusión es la que ya se conocía: Macron nombrará a un primer ministro en las próximas horas. Y según algunos de los participantes, no pertenecerá a la izquierda.
La reunión se centró en la reforma de la ley de pensiones, principal reivindicación de la izquierda, explicó la líder de Los Ecologistas, Marine Tondelier. Pese a ello, la líder verde está segura de que “el elegido no saldrá del bloque de izquierdas”. “Si vuelve a nombrar a alguien de su entorno, ocurrirá lo mismo de siempre. Y nos habrá hecho perder el tiempo a todos”, insistió. Lo mismo intuyeron los representantes socialistas y del Partido Comunista. Una circunstancia que estrecharía enormemente el margen de negociación y abriría de nuevo la puerta a unas elecciones legislativas.
El presidente de la República, Emmanuel Macron, había convocado a los jefes de los partidos en el Elíseo a las 14.30 para darles cuenta de la decisión que se comprometió a tomar antes de esta noche respecto al nombramiento de un nuevo primer ministro. La excepcional convocatoria, que reunió a los jefes de los partidos simultáneamente, era también un reflejo de la gravedad del momento y de la delicada situación que atraviesa el país. También de la improvisación, del caos y de la decadencia política que reina en las decisiones que toma Macron, que decidió esta reunión en plena madrugada.
A las dos de la mañana, concretamente, fue cuando los partidos recibieron un correo electrónico de la secretaría de la Presidencia. “La reunión debe ser un momento de responsabilidad colectiva”, indicó el Elíseo dos horas antes de un encuentro que estaba ya levantando inquietud entre los invitados, sublevados contra los primeros nombres que circulaban.
El jefe del Estado, después de las negociaciones llevadas a cabo por el primer ministro dimisionario, Sébastien Lecornu, cree que hay un espacio común entre todos los partidos que permitiría llegar a una acuerdo. Sin embargo, está convencido también Macron, y eso no necesariamente tiene que coincidir con la realidad ahora mismo, que ese espacio no incluye al RN y LFI, que ya han manifestado su voluntad de que se convoquen elecciones legislativas o de que el presidente dimita. A la misma hora, Marine Le Pen, con un 33% de apoyos en las encuestas, se paseaba tranquilamente en un congreso de bomberos. “Es un honor que no nos haya convocado. Nosotros la reunión la tenemos con la gente”, colgaba en sus redes. La ultraderechista, visto el espectáculo de las últimas horas, solo tiene que esperar a que, de una manera u otra, todo vuelva a descarrilar.
La reunión puede considerarse la última oportunidad de Macron para proteger su mandato sin pasar por elecciones legislativas, algo que el jefe del Estado está convencido de que querrían evitar sus invitados al Palacio del Elíseo. De ahí su empeño todavía por recurrir a nombres impopulares para el cargo de primer ministro.
Dos opciones cogieron fuerza en las últimas horas: la que invita a la continuidad de Lecornu, que debería ser renombrado en otro salto mortal de la política de Macron, o la opción de Jean-Louis Borloo, cuyo nombre siempre aparece en tiempos de crisis. Lecornu, por ahora el primer ministro más efímero de la V República, aseguró en la entrevista televisada del pasado miércoles que no está “corriendo tras el puesto” y que ha “terminado” su “misión”. Pero también dijo que es “un soldado”, y que haría lo que le fuera encomendado. En cambio, varios actores apoyan pública o discretamente la opción de Jean-Louis Borloo, ministro durante los mandatos de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.
La idea de un Lecornu bis no entusiasma a nadie y generaría una rebelión difícil de sofocar. Incluso figuras del Gobierno como Agnès Pannier-Runacher, ministra dimisionaria de Transición Ecológica y de Biodiversidad, lo han rechazado esta mañana. “Hace falta una ruptura tendiendo la mano a la izquierda. Las matemáticas son tercas: para evitar una moción de censura, deben tender la mano a los diputados del Nuevo Frente Popular. Mientras se mantengan alejados de La Francia Insumisa, podemos entendernos, porque son republicanos…“.
Otro de los nombres que suena en las últimas horas es el del ex primer ministro socialista, Bernard Cazeneuve, que ya formó parte de un gobierno bajo la presidencia de François Hollande. Otra figura de la izquierda que planea en las últimas horas sobre el cargo -el peor empleo del mundo, según lo definió The Wall Street Journal- es el presidente del Tribunal de Cuentas, Pierre Moscovici. El socialista, excomisario europeo, precisamente, alertó en la mañana de este viernes de la grave situación que atraviesa el país. “Vivimos una crisis política y democrática sin precedentes”, ha dicho. “No hemos conocido algo así bajo la V República”, ha asegurado en BFMTV/RMC. “Tenemos una gran inestabilidad gubernamental, unas instituciones que están realmente bajo presión, una efervescencia social innegable, unas cuentas públicas verdaderamente desordenadas”, así como “la incertidumbre económica”, ha resumido.