La flotilla con ayuda para Gaza se prepara para una posible intervención del ejército de Israel en aguas internacionales
La misión afronta previsiblemente las últimas horas de su travesía tras las señales que han recibido de que las fuerzas israelíes les impedirán acercarse más Gaza
La flotilla que lleva ayuda para Gaza por vía marítima afronta sus últimos días de travesía. Menos de 350 millas (unos 560 kilómetros) separan los barcos de la Franja palestina. Ha pasado casi un mes desde que zarparon los primeros navíos desde de Barcelona y las próximas 72 horas serán decis...
La flotilla que lleva ayuda para Gaza por vía marítima afronta sus últimos días de travesía. Menos de 350 millas (unos 560 kilómetros) separan los barcos de la Franja palestina. Ha pasado casi un mes desde que zarparon los primeros navíos desde de Barcelona y las próximas 72 horas serán decisivas. Este martes está previsto que al menos 41 de las 47 embarcaciones que continúan la misión ―en torno a una decena se han quedado en el camino por problemas variados― lleguen a lo que la organización denomina como “zona de posible interceptación” por parte de los militares israelíes.
Una calma tensa impera entre los 530 participantes, procedentes de 44 países, según datos de la Global Sumud Flotilla. La que será su última semana ha comenzado con complicaciones. El Captain Nikos, el barco en el que va a bordo EL PAÍS, perdió uno de sus dos motores recién entrada la madrugada. Horas después, la electricidad del navío dejó de funcionar. En paralelo, dos veleros, el Fair Lady y el Johnny M, también sufrieron problemas graves.
Ante esta situación, la organización detuvo la misión cuando apenas comenzaba a amanecer. Alrededor de las 10 de la mañana, cuatro horas después del parón, se dio la orden de retomar el rumbo a Gaza. Sin embargo, el último de los veleros mencionados no pudo continuar debido a una fuga de agua que le obligó a lanzar un mayday. Parte de su tripulación fue reubicada en otros navíos, algunos de ellos ya con una superpoblación notable. Esta pérdida de embarcaciones se compensa con las dos que zarparon de Turquía y que planean unirse a la flotilla este lunes.
Mientras se resolvía el enésimo imprevisto de la flotilla, comenzaban a circular las noticias entre los tripulantes sobre los planes de Israel para evitar que sus navíos depositen la ayuda humanitaria en Gaza. El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha reiterado que tomará las medidas necesarias para frenar esta misión, con la advertencia de que la flotilla se dirige a una zona en conflicto, lo que justifica la intervención del ejército israelí.
Algunos medios, como la televisión i24news o el canal 12 israelí, ofrecen más detalles y se hacen eco de un informe que señala que soldados llevan días practicando cómo sería la intervención sobre las embarcaciones. Ese documento apunta que la interceptación se producirá “esta semana” y que todos aquellos que se nieguen a firmar el documento en el que admiten que han entrado ilegalmente a Israel serán detenidos durante varios días. En el caso de los firmantes, serán deportados en 24 horas.
La dirección de la flotilla prevé que esta intervención se produzca en la noche del martes o la del miércoles. Si no hay nuevos imprevistos, para entonces los barcos deberían estar a unas 150 millas de la costa de Gaza (a unos 240 kilómetros), por lo que, como ya ha sucedido en otras misiones de este estilo, las detenciones se producirán en aguas internacionales, un extremo que viola el derecho internacional.
Rima Hassan, eurodiputada franco-palestina que estuvo a bordo del Madleen, el barco con ayuda humanitaria que fue intervenido en junio por Israel, viajaba en esta flotilla en el Family, pero, tras los problemas de motor de este buque, se subió al Captain Nikos. La representante de la formación de izquierdas La Francia Insumisa da veracidad a las informaciones que llegan sobre la interceptación porque, recuerda, también en junio recibieron avisos el día previo a lo que califica como “secuestro de los militares israelíes”. Por ello, asegura que está “concentrada”, porque considera que “los riesgos son muy altos”, pero tiene la esperanza de que la interceptación de la flotilla provoque movilizaciones populares que supongan un “equilibrio de poder”. Movimientos estudiantiles, estibadores y sindicatos de diversos países ya han anunciado que saldrán a las calles cuando esto suceda.
En este sentido, Hassan recuerda que ella nació en un campo de refugiados sirio cuando sus padres fueron forzados a irse de Palestina, en la Nakba (catástrofe en árabe) de 1948. Esta condición, sumada al hecho de que sea la segunda vez que intente llegar a Gaza en tres meses, le supone un “riesgo adicional” que está dispuesta a asumir. Además, no tiene demasiadas esperanzas en que su condición de eurodiputada le vaya a ayudar: “Las instituciones europeas son cómplices de lo que está haciendo Israel. Los derechos humanos de los palestinos están siendo sacrificados en la UE por defender a un estado genocida. No puedo confiar en esas instituciones”.
Cuando cae la noche, se disparan todas las medidas de precaución. Cada milla que avanza la flotilla hacia Gaza se traduce en un aumento de los riesgos. A bordo se celebran reuniones diarias para recordar los protocolos de actuación y seguridad. La recomendación ahora es dormir con la ropa puesta, una vestimenta preparada para aguantar el frío de la noche a la intemperie. Incluso con zapatos. Las llamadas con los familiares se multiplican.
Una de las dudas entre los tripulantes es cómo actuarán los buques militares que acompañan a la flotilla. Sus embarcaciones han hecho contacto visual este lunes con el Furor, el navío enviado por el Gobierno de España, que se suma al de Italia. Además, un navío militar turco se ha unido también a la flotilla, pero por el momento se ha limitado a ayudar a la evacuación del Johnny M que no ha podido seguir y a trasladar la ayuda humanitaria que llevaba el barco a otros navíos.
Ninguna de las embarcaciones militares actuará en caso de interceptación o ataque, ya que solo están para realizar rescates, han afirmado las autoridades española e italiana. “Entonces, ¿para qué han venido?”, se preguntan muchos de participantes a bordo del Captain Nikos.