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La viuda de Navalni asegura que dos laboratorios fuera de Rusia tienen pruebas de que el disidente fue envenenado

Yulia Naválnaya, que no menciona los nombres de los centros, insinúa que no publican los análisis debido al acercamiento de Moscú a algunos países occidentales

El entorno del opositor ruso Alexéi Navalni asegura que dos laboratorios tienen, pero ocultan, unas muestras biológicas del disidente que probarían que fue envenenado. “Exijo que publiquen sus resultados. Basta de apaciguar a Putin por otras consideraciones elevadas”, ha zanjado su viuda, ...

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El entorno del opositor ruso Alexéi Navalni asegura que dos laboratorios tienen, pero ocultan, unas muestras biológicas del disidente que probarían que fue envenenado. “Exijo que publiquen sus resultados. Basta de apaciguar a Putin por otras consideraciones elevadas”, ha zanjado su viuda, Yulia Naválnaya, en un vídeo difundido este miércoles. La opositora insinúa que el acercamiento a Moscú de algunos países occidentales podría haber relegado al olvido la investigación sobre Navalni. Su viuda, que no menciona qué instituciones supuestamente obtuvieron los restos biológicos de su esposo, ha compartido unas fotos inéditas de la celda en la que murió manchada de vómito tras su muerte.

El equipo de Navalni asegura que logró sacar de Rusia unas muestras del opositor, fallecido el 16 de febrero de 2024 en la remota prisión IK-3 de Jarp, situada en la región ártica de Yamalo-Nénets, a unos 1.900 kilómetros de Moscú. Según su versión, al menos cinco empleados de la cárcel han compartido con los opositores las últimas horas del disidente.

Naválnaya no oculta su frustración. “¿Y ahora qué? No lo sé. Un ciudadano ruso fue asesinado en territorio ruso y todas las pruebas están ahí, pero los países occidentales no tienen base legal para iniciar un caso penal”, ha declarado la líder de la Fundación Anticorrupción que creó su marido en 2011.

“Estos resultados son de importancia pública y deben salir a la luz. Todos merecemos saber la verdad”, ha agregado Naválnaya a través de sus redes sociales.

El ultimátum de la Fundación Anticorrupción llega en un momento crítico para la organización. Una serie de polémicas, entre ellas la reciente dimisión de su director por diferencias con el resto del equipo, han agravado su crisis reputacional. Los resultados de esta nueva investigación serán claves en la imagen de la institución.

Las últimas horas de Navalni

La opositora denuncia que en el bloque de la cárcel donde falleció el disidente había 63 cámaras de seguridad. “Pero no hay imágenes de ninguna de ellas [de aquel día]”, sostiene.

Naválnaya cuenta que su esposo se quejaba de un dolor en su pierna derecha. Según el personal penitenciario, el 3 de febrero fue llevado a la consulta médica de la cárcel, donde le tomaron la temperatura y la presión arterial. El 14 de febrero, dos días antes de morir, fue apartado a una celda de castigo.

El día de su muerte, Navalni volvió a quejarse de la pierna, según los testimonios. El personal de la cárcel sirvió la comida a las 11.30 de la mañana, hora local, y 40 minutos más tarde los vigilantes sacaron a pasear al disidente a un pequeño patio. Allí comenzó a sentirse mal y fue llevado de regreso a su celda, donde le dejaron mientras sufría convulsiones y respiraba con dificultad, según su viuda.

El relato de los hechos de Naválnaya prosigue con que el jefe de la unidad médica de la prisión, Alexéi Lisyuk, se encontró a Navalni entre convulsiones a las 13.10 y no se llamó a una ambulancia hasta 15 minutos más tarde, a las 13.25. Los médicos no lograron reanimar a Navalni y certificaron su muerte a las 14.23.

La viuda de Navalni denuncia que el informe médico de su muerte no menciona las convulsiones, pero sí incluye hematomas en codos y rodillas compatibles con un posible envenenamiento.

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