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Jóvenes iraníes bailan y cantan en el ‘miércoles rojo’, la primera fiesta del año nuevo persa

Los participantes en el festival Chaharshanbe Suri, de origen preislámico, aprovechan para dar rienda suelta a celebraciones y actos prohibidos en Irán

Un grupo de jóvenes soltaba faroles hacia el cielo este martes en Teherán, la capital de Irán. Foto: ABEDIN TAHERKENAREH (EFE) | Vídeo: EPV

Jóvenes iraníes bailaron, cantaron y saltaron sobre hogueras este martes en las calles en la milenaria fiesta zoroástrica del Chaharshanbe Suri, en la única ocasión al año que pueden dar rienda suelta a este tipo de libertades en la República Islámica de Irán. El Chaharshanbe Suri —traducido como la fiesta del miércoles y miércoles rojo, en lengua persa— es una festividad de purificación popular con 3.000 años de antigüedad, que se celebra el último martes del calendario iraní y es el primero de los festejos del año nuevo persa, Noruz, que comienza este jueves, 20 de marzo.

Se trata de un festival de origen zoroástrico y preislámico, en el que se salta sobre hogueras para purificarse, pero muchos jóvenes lo aprovechan para bailar y cantar en las calles, algo prohibido en la República Islámica de Irán. “Hoy es nuestro día. Es el único día que se puede hacer algo así”, dijo Medina, una joven barista de 18 años en el barrio de Saadat Abad de Teherán en medio de explosiones de petardos y bajo la luz de fuegos artificiales.

A su alrededor, cientos de chicos y chicas sin velo, juntos y revueltos, bailaban en público, algo prohibido para las mujeres, en un ambiente que no aprobarían los clérigos que rigen los destinos de Irán, en un signo de cambio de los tiempos. “Salimos a la calle a celebrar esta fiesta histórica. A pasar buen rato”, explicó Medina. Más dura se mostró Tanaz, una traductora de ingles de 38 años, quien aseguró que “aquí [en Irán] está prohibida la felicidad”.

“Como hay muchas prohibiciones la gente aprovecha estas fiestas para disfrutar”, contó la mujer, que explota petardos sin parar y explica que se trata de un festival milenario. No le falta razón ya que el Chaharshanbe Suri tiene raíces zoroástricas, la religión dominante en Persia antes de la llegada del islam, y se remonta a unos 1.700 años antes de Cristo.

En esta jornada se salta sobre hogueras para purificarse ya que en la tradición zoroástrica el fuego y la luz representan la bondad, y por ello se salta sobre el fuego para deshacerse de las cosas malas y pedir energía para el año nuevo. También se hacen volar las llamadas “linternas del deseo” que al ascender al cielo con fuego en su interior cumplen los anhelos que se piden, según la tradición iraní.

Todo ello, el carácter preislámico de la fiesta y las libertades que se toman muchos jóvenes, hace que las autoridades no vean con buenos ojos esta jornada. El Poder Judicial iraní advirtió este mismo martes que quien alterase “el orden y la paz pública con alboroto, tumulto o movimientos inusuales será condenado a prisión y latigazos”. Y la Policía llamó a la población a no lanzar petardos contra las patrullas.

Todos los años las festividad deja un alto número de víctimas por accidentes por la manipulación por petardos y explosivos y en esta ocasión en los días previos a la fiesta murieron al menos seis personas y más de 600 resultaron heridas. En 2024, al menos 15 personas fallecieron y más de 5.000 resultaron heridas en accidentes durante la celebración de la tradicional fiesta, un descenso pronunciado respecto a 2023 cuando hubo 27 muertos.

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