El papa Francisco “ha descansado bien toda la noche” tras registrar una mejoría, según el último parte
El boletín médico del lunes mostró señales positivas como la ausencia de nuevas crisis respiratorias asmáticas, la mejoría de algunos análisis y que su insuficiencia renal “no causa preocupación”
El parte de la mañana de este martes sobre la salud del papa Francisco, ingresado en el hospital Gemelli de Roma desde hace ya 11 días, simplemente señala que no hay novedades tras el boletín del lunes, que indicó una “leve mejoría”: “El Papa ha descansado bien toda la noche”. Un comunicado con mayores detalles clínicos llegará hacia las siete de la tarde, salvo imprevistos. Fuentes vaticanas han añadido luego que no...
El parte de la mañana de este martes sobre la salud del papa Francisco, ingresado en el hospital Gemelli de Roma desde hace ya 11 días, simplemente señala que no hay novedades tras el boletín del lunes, que indicó una “leve mejoría”: “El Papa ha descansado bien toda la noche”. Un comunicado con mayores detalles clínicos llegará hacia las siete de la tarde, salvo imprevistos. Fuentes vaticanas han añadido luego que no ha sufrido más crisis respiratorias y continúa con la terapia. Además, la Santa Sede ha comunicado a mediodía que el Papa recibió ayer por la tarde al secretario de Estado, Pietro Parolin, y su mano derecha, el sustituto para Asuntos Generales, Edgar Peña Parra. Es la segunda visita que se admite oficialmente, desde la que realizó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
En su brevedad, como ya es habitual en la primera comunicación de la mañana, significa que prosigue la lenta recuperación de Jorge Mario Bergoglio, de 88 años, que sufre una neumonía bilateral, está en condiciones “críticas” y el sábado atravesó una preocupante recaída. El Papa sufrió una crisis respiratoria prolongada, síntomas de anemia y una insuficiencia renal inicial leve. Pero todas esas complicaciones parecían superadas este lunes, cuando por primera vez el parte médico de la tarde fue abiertamente positivo. Señaló una “leve mejoría”, dentro de su estado “crítico” y su pronóstico reservado. Apuntó varios avances reseñables: no se habían vuelto a registrar crisis respiratorias asmáticas, algunas pruebas de laboratorio habían mejorado y la insuficiencia renal “no causa preocupación”, dijo el comunicado.
Además, la nota indicaba que “la oxigenoterapia continúa, pero con un flujo y porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos”. También subrayó que el Papa había retomado el trabajo, otro síntoma de vuelta a la normalidad, y había realizado una llamada de teléfono, como otros días, a la parroquia católica de Gaza, donde se refugian varios centenares de palestinos cristianos, para mostrarles su apoyo. Este parte reforzó el optimismo que ya había comenzado por la mañana, cuando el Vaticano comentó que el Papa “está de buen humor, no tiene dolor y sigue la terapia”, tras haber pasado una buena noche.
El cuadro general es que la terapia de antibióticos y fármacos contra la neumonía parece estar funcionado, pero aún son posibles recaídas y Francisco necesita tiempo para salir de peligro. “Está como un hombre de 88 años con una infección polimicrobiana: virus, hongos y bacterias”, indicaron los médicos el viernes, que precisaron que el Pontífice no tiene ninguna otra patología y su corazón “está perfecto”.
El Papa, que desde 2023 sufre problemas respiratorios en cuanto llega el frío, fue ingresado el 14 de febrero tras arrastrar durante al menos diez días una bronquitis que no terminaba de curarse. También debido, en parte, a su insistencia en seguir manteniendo su ritmo habitual de trabajo. Él mismo contó en una audiencia pública que padecía la bronquitis; le costaba respirar y en dos ocasiones delegó la lectura de su discurso. El domingo 9 de febrero llegó a presidir la misa al aire libre en la plaza de San Pedro, pese al intenso frío. Finalmente, el 14 de febrero, tras mantener las audiencias programadas y dado que le fatigaba cada vez más respirar y hablar, decidió acudir al hospital Gemelli.