Bruselas estudia relajar las reglas fiscales para que los Estados gasten más en defensa

La Comisión trata de llevar el debate de la inversión en seguridad a los presupuestos nacionales ante la cercanía de las elecciones en Alemania, que por ahora rechaza una deuda conjunta para financiarla

El canciller alemán, Olaf Scholz, observa la conversación entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro croata, Andrej Plenkovic, de espaldas, el 3 de febrero en Bruselas.Yves Herman (REUTERS)

El debate ya no es si gastar más en la defensa europea, sino cómo. En pleno terremoto geopolítico global, la Comisión Europea sondea relajar aún más las reglas fiscales —e incluso algún tipo de suspensión extraordinaria, como sucedió con la covid-19— para dar a los Estados más margen en su gasto militar, sin ser sancionados por déficit excesivo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteó esta medida a los lí...

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El debate ya no es si gastar más en la defensa europea, sino cómo. En pleno terremoto geopolítico global, la Comisión Europea sondea relajar aún más las reglas fiscales —e incluso algún tipo de suspensión extraordinaria, como sucedió con la covid-19— para dar a los Estados más margen en su gasto militar, sin ser sancionados por déficit excesivo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteó esta medida a los líderes de los 27 Estados miembros de la UE como una de las opciones sobre la mesa para impulsar la (durante años descuidada) industria de la defensa europea y el refuerzo de las capacidades militares. Todo ello cuando la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania va a llegar a su tercer aniversario, y al otro lado del Atlántico, el presidente estadounidense, Donald Trump, empuja a los aliados europeos a gastar más en defensa.

“Si se mira a los presupuestos nacionales, están constreñidos. Han sido constreñidos hasta ahora a través de las nuevas reglas del pacto de estabilidad y crecimiento. Para tiempos extraordinarios, es posible tener medidas extraordinarias también en el pacto de estabilidad y crecimiento, y creo que vivimos en tiempos extraordinarios”, remarcó la jefa del Ejecutivo comunitario el lunes por la noche, tras una reunión con los Veintisiete dedicada a la defensa organizada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa.

Buscar mecanismos para que los presupuestos nacionales tengan más margen de gasto es también una forma de ganar tiempo ante otro debate que en la Unión está muy presente desde hace meses: ¿cómo financiar de forma conjunta al menos una parte de la ingente inversión en defensa que hace falta? En Bruselas pocos creen que se pueda abrir ese debate abiertamente hasta después de las elecciones legislativas en Alemania (el 23 de febrero). “La Unión Europea no tiene la perspectiva de asumir una deuda común”, remarcó el canciller alemán, Olaf Scholz, el lunes por la noche, tras la cita en la capital comunitaria. Sin embargo, esta vez Berlín no cuenta con muchos de sus aliados frugales tradicionales. Finlandia, Dinamarca o las tres repúblicas bálticas se alinean con Polonia, máxima defensora de esta salida.

Una anécdota durante la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo demuestra el cuidado con el que se trata el tema para no enojar a nadie en Berlín. El primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo tener la impresión de que en la cita el canciller había sido “más positivo” ante sus planteamientos al comienzo de una de sus intervenciones. Al acabarla pidió a los periodistas que fueran “precisos” con sus palabras “porque hay elecciones en Alemania”.

Donald Tusk, durante la rueda de prensa en Bruselas este martes.Johanna Geron (REUTERS)

Pero no hay tiempo que perder, como recordó Costa. “Todos estamos de acuerdo en que tenemos que gastar más, pero también mejor y rápido”, apostilló el portugués. Las prisas llegan, entre otras cosas, porque 23 de los 27 Estados comunitarios son también aliados de la OTAN. Diecisiete de los socios europeos de esa organización militar han alcanzado el compromiso de gastar un 2% del PIB en defensa; seis no, entre ellos España (que con el 1,28% está a la cola) e Italia. Pero ahora, a la vez que se debate sobre cómo impulsar la defensa, dando prioridad a las protecciones aéreas, los misiles, las municiones y el transporte militar, la Alianza Atlántica discute un nuevo techo de gasto que podría superar el 3%.

Llegar a esas cifras requiere mucho dinero y mucho esfuerzo fiscal en una UE que anda inmersa en la casi imposible tarea de soplar y sorber. Por un lado, se trata de reducir la montaña de deuda pública que se acumuló durante las tres crisis sistémicas sufridas en los últimos 15 años (la financiera, la pandemia y la energética); por otro, buscar recursos para invertir centenares de miles millones en la transición gemela ―ecológica y digital― y en defensa, necesidad perentoria desde que Rusia invadió Ucrania. En este contexto se diseñaron unas reglas fiscales mucho más flexibles que las anteriores y de las que ahora se pondrá a prueba la predicada elasticidad. Ahí hay que enmarcar la frase de Von der Leyen de los “tiempos extraordinarios”, como lo fueron los de la covid-19.

Los portavoces de la Comisión no han querido concretar este martes a qué se refería la presidenta con esas palabras. Pero tampoco han descartado echar mano de la cláusula de escape, siquiera parcialmente. “La cláusula de escape forma parte del marco [regulatorio del Pacto de Estabilidad y Crecimiento] y si se cumplen una condiciones muy específicas, como con la pandemia, existe la posibilidad teórica de activarla”, han apuntado.

Antonio Costa, Ursula von der Leyen y Donald Tusk, este martes en Bruselas. OLIVIER MATTHYS (EFE)

Sí que parece que con los líderes la alemana se extendió algo más. Puso sobre la mesa esa interpretación flexible de las reglas y eso fue bien recibido por los Estados miembros, algo que admitió el propio canciller Scholz al acabar el encuentro. “Tenemos que crear más flexibilidad para cada uno de los países. Esa es la tarea para el futuro próximo”, comentó el socialdemócrata, que también puso sobre la mesa que deberían cambiar las reglas de competencia para facilitar las reglas de compra y dar un espaldarazo a la industria de defensa, en la que Alemania tiene grandes activos.

Los líderes de la UE respaldaron mayoritariamente el lunes, en la reunión en la capital comunitaria —en forma de “retiro”, con pocos asesores y una conversación menos encorsetada que las cumbres generales—, la fórmula de flexibilizar el pacto fiscal que planteó Von der Leyen como una de las hipótesis. Y se podría hacer a través de ampliar el marco general de la llamada cláusula de escape, que no es más que una suspensión de las normas, para aplicar algún tipo de trato especial al gasto en defensa. Aunque como dejan claras las respuestas de los portavoces oficiales, la idea parece que no ha pasado todavía de ese estadio: “No creo que estemos en condiciones de compartir más detalles técnicos en este punto del proceso”.

Además, también han recordado que Von der Leyen no solo habló de un nivel de gasto estatal. También lo hizo de uno compartido, con proyectos que pueden ser financiados por el Banco Europeo de Inversiones, y de la iniciativa privada.

En cualquier caso, la necesidad de desembolso es enorme, multimillonaria, remarcan varias fuentes europeas al corriente de los debates. Y aunque a corto plazo la medida más sencilla es que los Estados miembros gasten más, cada uno por su lado, y quizá sin ese corsé del pacto de estabilidad, Bruselas no descarta ninguna opción. No hay líneas rojas. Ni siquiera los préstamos conjuntos (como eurobonos) para financiar esas inversiones millonarias. Incluso pese al rechazo de Alemania, muy pendiente de las elecciones del 23 de febrero.

La Comisión Europea presentará a los líderes sus propuestas a mediados de marzo. El sentimiento general es que hay que tomar medidas lo antes posible. Aunque el tema lleva rondando las mesas de la cúpula europea durante meses. En marzo del año pasado, la Comisión Europea y el Servicio de Acción Exterior presentaron la nueva estrategia de defensa europea y poco se ha avanzado desde entonces.

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