Macron, tras la caída del Gobierno de Barnier: “Ejerceré mi mandato hasta el final”
El presidente de la República comparece para atacar a los extremos ideológicos que, según él, han tumbado al Ejecutivo y asegura que no piensa renunciar a los 30 meses de presidencia que le quedan
Emmanuel Macron, el maestro de los relojes, como le gusta verse apodado en la prensa, volvió a las 20.00 a los hogares de los franceses, en un discurso televisado, para explicar la situación crítica en la que se encuentra el país. Quien pudiera esperar del jefe del Estado una asunción de culpas, análisis constructivos o soluciones, deberá esperar a otro discurso. El presidente de la República Francesa salió al ataque y denunció al que den...
Emmanuel Macron, el maestro de los relojes, como le gusta verse apodado en la prensa, volvió a las 20.00 a los hogares de los franceses, en un discurso televisado, para explicar la situación crítica en la que se encuentra el país. Quien pudiera esperar del jefe del Estado una asunción de culpas, análisis constructivos o soluciones, deberá esperar a otro discurso. El presidente de la República Francesa salió al ataque y denunció al que denominó como frente “antirrepublicano” que tumbó al ex primer ministro, Michel Barnier, y aseguró que no piensa “asumir las responsabilidades de otros”. Pero, sobre todo, mandó un mensaje a quien pide su dimisión: “El mandato que me disteis democráticamente es de cinco años y lo ejerceré responsablemente hasta el final”.
Macron, en un discurso grabado desde el palacio del Elíseo, explicó que había elegido a Barnier para buscar consensos, pero que se encontró con un grupo de “diputados que hicieron caer el Gobierno y el presupuesto a pocos días de Navidad”. “La ultraderecha ha votado una moción que dice lo contrario que su programa. Han elegido el desorden, que es lo único que les une a la extrema izquierda”, señaló en referencia al hecho de que el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen votase el texto de la moción de censura que había redactado La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. “Esos diputados solo piensan a las elecciones presidenciales. Votaron la [moción de] censura para provocarlas, prepararlas, con cinismo, con un cierto sentido del caos. Pero la realidad de nuestra Constitución es otra. El calendario que me importa no es el de las ambiciones, sino el de la nación. Nos quedan 30 meses para que el Gobierno pueda actuar”, señaló Macron, cerrando de nuevo la puerta a su posible dimisión y en referencia a la fecha prevista para las elecciones presidenciales, en 2027.
La idea de Macron para el nuevo Ejecutivo no está clara, pero aseguró que intentará conformar un “Gobierno de interés nacional”. Como si el resto de gobiernos no lo fueran. Se refería, probablemente, a intentar incluir a formaciones como el Partido Socialista o los Ecologistas en la nueva mayoría, pero eso será muy complicado. Más después de su discurso. “Ninguna coalición puede tener mayoría. Y esto exige una nueva organización política”, apuntó dando algunos detalles más. Será un Gobierno con todas las fuerzas que quieran participar. La prioridad será el presupuesto”.
El presidente de la República también se refirió a la disolución de la Asamblea y a las elecciones legislativas anticipadas que convocó el pasado junio, origen de los males que atraviesa hoy Francia. Algunos pensaban que después del bloqueo y el fracaso de este Gobierno el presidente habría asumido que no fue una buena idea. Pero Macron insistió en que era una decisión inevitable: “Las elecciones europeas habían colocado a los extremos en cabeza y había una necesidad de clarificar”, defendió. “Esa decisión no fue comprendida, muchos me la reprocharon entonces y me la reprochan ahora. Pero es mi responsabilidad. Era necesario daros la palabra”.
Horas antes, el primer ministro de Francia, Michel Barnier, había acudido por la mañana al Elíseo para presentar su dimisión al presidente de la República. Pasadas las tres de la tarde, la jefatura del Estado emitió un comunicado donde señalaba que se había tomado nota de la renuncia, pero que seguirá al frente de los asuntos corrientes hasta que se nombre a un nuevo Gobierno. Terminaba así un mandato de apenas tres meses —el más fugaz de la V República— marcado por la moción de censura doble de la ultraderecha y de la izquierda contra su Ejecutivo. El jefe del Estado volvía así al centro del tablero político y deberá encontrar una solución rápida para evitar que Francia se adentre en la inestabilidad política y económica.
La caída de Barnier, entre otras consecuencias, deja al país sin una ley de presupuestos en el momento en el que más lo necesitaba. Francia necesitaba generar un ahorro de 60.000 millones de euros para evitar que el déficit se siguiera disparando y frenar, al mismo tiempo, su colosal deuda pública. Macron adelantó en su discurso que prevé una prórroga de los presupuestos actuales.
La salida de la crisis es complicada porque los equilibrios en la Asamblea Nacional son los mismos que había en el momento de la censura de Barnier. Macron no parece abierto a la posibilidad de nombrar a un primer ministro salido de una propuesta de la izquierda y continúa pensando en alguien que no sea censurado por el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. Es decir, vuelve exactamente al mismo lugar que hace tres meses. El presidente maneja dos nombres que podrían contar con el visto bueno implícito de Le Pen: el del actual ministro de Defensa y colaborador muy cercano, Sébastien Lecornu, y el del veterano centrista François Bayrou.
El presidente de la República, de hecho, invitó a almorzar a Bayrou, (presidente del partido MoDem, Movimiento Demócrata), quien fue brevemente ministro de Justicia en mayo de 2017 antes de dejar el Gobierno debido a un caso judicial, según Le Parisien. Bayrou ha dejado claro en varias ocasiones, desde entonces, que no rechazaría una eventual nominación como primer ministro.
El Nuevo Frente Popular, el artefacto electoral bajo el que se encuentra la mayoría de partidos de izquierda y que ganó las elecciones legislativas del pasado julio, ya ha advertido que no apoyará a ningún candidato que no salga de su universo.
La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, pidió este jueves a Macron en la emisora France Inter que nombre “rápidamente” a un primer ministro para evitar que se instale un “periodo de incertidumbre”. Antes que nada, el presidente de la República debe “tranquilizar a los franceses”, ha dicho Braun-Pivet sobre el discurso previsto. “Las instituciones son sólidas, se mantienen firmes. El presidente debe decir eso primero”, ha proseguido.
La presidenta de la Asamblea ha calificado la censura al Gobierno como un “fracaso colectivo”. “No logramos construir lo suficiente juntos, [pero] esta Asamblea tiene que funcionar, no tenemos otra opción,” ya que una disolución no es posible antes de julio de 2025. Por ello, Braun-Pivet ha pedido “encontrar los medios para aportar estabilidad y dotar al país de un presupuesto”. Para la presidenta de la Asamblea, es importante incluir en sus consultas a “todos los líderes de los partidos,” incluidos los del Reagrupamiento Nacional. Pero advierte: “Escuchar lo que los franceses nos han dicho al votar por al RN no significa negociar con ellos”.