Turquía e Irán acuerdan reactivar el diálogo entre los valedores del régimen sirio y la oposición para detener la escalada bélica
Milicias chiíes de Irak entran en Siria para defender al régimen de Bachar el Asad mientras los rebeldes apoyados por Turquía conquistan territorio en manos de las milicias kurdas
Ante la escalada militar en la guerra de Siria, que vive los combates más duros desde inicios de 2020, los ministros de Exteriores turco, Hakan Fidan, e iraní, Abás Araqchi, acordaron este lunes reactivar el llamado Proceso de Astaná y reunir en el periodo más breve posible a los jefes de la diplomacia de los países valedores ...
Ante la escalada militar en la guerra de Siria, que vive los combates más duros desde inicios de 2020, los ministros de Exteriores turco, Hakan Fidan, e iraní, Abás Araqchi, acordaron este lunes reactivar el llamado Proceso de Astaná y reunir en el periodo más breve posible a los jefes de la diplomacia de los países valedores del régimen de Bachar el Asad (Rusia e Irán) y de la oposición (Turquía).
Tras un fin de semana de constantes contactos diplomáticos entre Rusia, Irán, Siria, Turquía y Estados Unidos, Araqchi llegó este lunes a Ankara procedente de Damasco, donde se había reunido el domingo con su homólogo sirio y con el presidente El Asad, de quienes se supone que llevó mensajes a Turquía. Fuentes oficiales han reconocido que Ankara estaba al tanto de los preparativos de la ofensiva iniciada el pasado miércoles por el grupo salafista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y otras fuerzas rebeldes —que les han llevado a tomar Alepo y todo el noroeste de Siria— y aseguran que trató de detenerla mediante la mediación diplomática.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan también llevaba meses ofreciendo la mano a Asad para retomar un diálogo al más alto nivel, pero este había exigido que Turquía se retirara de los territorios que sus fuerzas militares ocupan en el norte del país como condición previa al inicio de las negociaciones. Esto, sin embargo, es algo que las autoridades de Ankara no están dispuestas a cumplir, ya que pretenden que el territorio dominado por las facciones rebeldes a las que apoyan sirva para alojar a los refugiados actualmente en su territorio, y prácticamente ningún refugiado está dispuesto a regresar a territorios bajo control gubernamental.
Problemas sin solución desde hace 13 años
“La razón por la que el conflicto a gran escala se ha reanudado es porque los problemas del país siguen sin ser solucionados desde hace 13 años”, criticó el ministro turco Fidan, denunciando la negativa del régimen a entablar un diálogo con la oposición durante los últimos años y sus constantes ataques en áreas civiles, que se habían intensificado en los meses previos a la ofensiva rebelde y que suponen una violación de los acuerdos alcanzados en el formato de Astaná.
Con todo, el titular de Exteriores turco aseguró que no está a favor de que continúe una escalada que podría sumir al país vecino en la inestabilidad —un reconocimiento tácito de que Ankara quizás no esperaba un desmoronamiento tan rápido del régimen en el norte del país— e instó a que el Gobierno y la oposición sirios busquen un “compromiso”, para lo que se ofreció como mediador.
“Hemos decidido organizar el próximo encuentro del Proceso de Astaná a nivel de ministros de Exteriores lo más pronto posible. Apoyamos este proceso y creemos que es necesario no bloquearlo”, afirmó Araqchi por su parte. Probablemente, tampoco los gobiernos ruso e iraní esperaban un avance rebelde tan rápido y el nerviosismo de ambos países se ha hecho patente en los últimos días, acelerando los contactos diplomáticos y buscando la cooperación de Turquía para que eche el freno a sus protegidos. Medios en Rusia han asegurado que, además, el Kremlin ha sustituido al general a cargo de sus operaciones en Siria.
Este lunes, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Irán, Masud Pezeshkián, trataron la situación por teléfono y expresaron su “apoyo incondicional” a El Asad, si bien insistieron en la necesidad de volver al proceso de Astaná y al diálogo con Turquía. También China y varios países árabes se han puesto en contacto con Damasco en las últimas 48 horas para expresar su apoyo. Y, desde Irak, al menos 300 combatientes de las milicias chiíes han cruzado la frontera para ayudar al régimen a sostener el asalto rebelde, informó la agencia Reuters.
En Estambul, el líder de la oposición siria en el exilio, Hadi al Bahra, aseguró que está dispuesto a iniciar las negociaciones con Damasco “mañana mismo” y advirtió de que “si el régimen no responde a las demandas del pueblo, la operación militar continuará”.
Control de los rebeldes de aldeas en Hama
Sobre el terreno, la ofensiva dirigida hacia el sur por HTS tomó el control de varias aldeas en el norte de la provincia de Hama, acercándose a la capital provincial, donde se concentran las líneas defensivas del régimen y que los rebeldes bombardearon con drones y lanzacohetes matando a 8 civiles, entre ellos un niño, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En el sur del país, donde se iniciaron las protestas en 2011 que culminaron en la guerra civil actual, también se han producido algunos movimientos: en Sweida ha habido manifestaciones en apoyo a la ofensiva del norte y en varias localidades de la provincia de Daraa, los rebeldes han asaltado comisarías y puestos militares haciéndose con sus armas.
Pero los mayores cambios en el frente se localizaron en el norte del país, en el que las milicias sirias apoyadas por Turquía avanzaron hasta Tel Rifat, arrebatándosela a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por milicianos kurdos. Su líder, Mazlum Abdi, afirmó que las milicias kurdas se están coordinando con “todas las partes relevantes” para organizar la evacuación desde esta zona y de las bolsas todavía bajo su control en barrios de Alepo y del extrarradio hacia el noreste de Siria.
“Los kurdos de Siria tienen todo el derecho a vivir con dignidad y en libertad, como todo el pueblo sirio. Afirmamos nuestro absoluto rechazo a las prácticas bárbaras cometidas por el Estado Islámico contra los kurdos”, afirmó en un comunicado el mando militar de la operación rebelde, dominado por HTS, que insta a la población kurda a permanecer en sus localidades. Sin embargo, muchos kurdos temen a las facciones rebeldes más cercanas a Turquía, contra las que llevan años combatiendo. Por ejemplo, en la zona de Tel Rifat, buena parte de su población son desplazados que fueron expulsados del cantón kurdo de Afrin tras ser conquistado por el Ejército turco y milicias afines en 2018. Medios kurdos han informado de que cerca de 3.000 personas han sido evacuadas desde esta zona y de Alepo tras el acuerdo con HTS. Según el OSDH, el grupo salafista protegió el inicio de la evacuación, pero en algunos puntos fueron atacados por otras facciones rebeldes proturcas, matando al menos a tres individuos.
De parte del régimen de El Asad continuaron los bombardeos de sus cazas y de la aviación rusa sobre Idlib, donde fue alcanzado el hospital universitario. Al menos 11 civiles murieron, que se unen a los 56 civiles muertos (20 de ellos niños) y más de 200 heridos bajo bombardeos sirios y rusos desde el pasado miércoles y hasta el domingo, según un cómputo de la Defensa Civil de las zonas rebeldes. En las zonas bajo control gubernamentales han muerto al menos 12 civiles, según el OSDH, si bien la ONU rebaja la cifra total de víctimas civiles a 44, una docena de ellos niños.