La movilización del voto exterior, clave en la victoria de la prooccidental Maia Sandu como presidenta de Moldavia

La mandataria afronta retos fundamentales para la eventual integración en la UE como acelerar la reforma judicial

Una pantalla muestra los resultados preliminares de las elecciones presidenciales de Moldavia, este lunes.DUMITRU DORU (EFE)

La proeuropea Maia Sandu, del partido liberal Acción y Solidaridad (PAS), logró el domingo una victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Moldavia que supone un importante impulso para las aspiraciones de esta antigua república soviética de adherirse a la Unión Europea y una clara bofetada a Rusia. Sandu, que afronta un mandato plagado de retos, repite como presidenta gracias al apoyo qu...

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La proeuropea Maia Sandu, del partido liberal Acción y Solidaridad (PAS), logró el domingo una victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Moldavia que supone un importante impulso para las aspiraciones de esta antigua república soviética de adherirse a la Unión Europea y una clara bofetada a Rusia. Sandu, que afronta un mandato plagado de retos, repite como presidenta gracias al apoyo que ha recibido de los moldavos en el exterior. Sin esos votos, su rival prorruso habría ganado los comicios.

Pese a las fuertes tensiones que han mantenido ambas candidaturas durante toda la campaña, Sandu ha logrado un holgado triunfo —con más de 10 puntos porcentuales de diferencia— frente al ex fiscal general Alexandr Stoianoglo, gracias a la masiva movilización de la diáspora, que ha favorecido la opción de la mandataria: continuar el camino hacia el bloque comunitario. La propuesta de su rival político, que se ha presentado con una candidatura independiente, era una vuelta al pasado como Estado cleptocrático auspiciado por Moscú.

En concreto, Sandu obtuvo 929.964 votos —el 55,33% del total—, mientras que Stoianoglo consiguió 750.644 papeletas —el 44,67%—, según datos de la Comisión Electoral Central publicados este lunes. De los 327.851 moldavos que ejercieron su derecho al voto en el exterior —―hubo colegios electorales abiertos en Italia, Francia, Alemania, España, Canadá, Rumania, Estados Unidos y el Reino Unido―, un 82,3% se inclinó por la candidata prooccidental.

Esta enorme diferencia en el sufragio exterior ha provocado el enfado del prorruso Partido Socialista moldavo, que respaldó a Stoianoglo en los comicios, y le ha llevado a anunciar que no reconocen el resultado del voto de la diáspora. “Sandu es una presidenta ilegítima, reconocida solo por sus patrocinadores y partidarios en el extranjero. El pueblo de Moldavia se siente traicionado y robado”, ha indicado en un comunicado el partido, encabezado por el expresidente Igor Dodon. En el mismo texto, además, han proclamado a Stoianoglo como verdadero vencedor.

Sandu ha respondido con otro mensaje en las redes sociales con la frase “Moldavia, me inclino ante ti” y con la publicación de una fotografía en la que se ve a una multitud de personas concitadas en la Gran Plaza de la Asamblea de Chisináu, la capital de este país de 2,7 millones de habitantes.

Con este triunfo, la política —economista de formación— ha pasado a la historia al convertirse en la primera dirigente de Moldavia que logra dos mandatos presidenciales consecutivos gracias al resultado de las urnas; hasta ahora, el expresidente comunista Vladimir Voronin era el único que había renovado mandatos presidenciales, pero él fue elegido en el Parlamento y no en unas elecciones democráticas, pues Moldavia no volvió hasta 2016 al sistema de elección del presidente por sufragio universal directo, como en los primeros años tras la proclamación de independencia en 1991.

La Unión Europea ha felicitado este lunes a la nueva presidenta electa “por la exitosa celebración de las elecciones, a pesar de la interferencia rusa sin precedentes, incluso a través de esquemas de compra de votos y desinformación”, reza una declaración conjunta del alto representante de política exterior de la UE, Josep Borrell, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. También el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha celebrado su victoria con un mensaje en la red social X: “Los moldavos han tomado una decisión clara: han elegido un camino hacia el crecimiento económico y la estabilidad social. Solo una verdadera seguridad y una Europa pacífica y unida pueden garantizar a cada persona y a cada familia la confianza para afrontar el mañana con esperanza y certeza”.

También Joe Biden, presidente de Estados Unidos, se ha dirigido a Sandu: “Durante meses, Rusia ha intentado socavar las instituciones democráticas y los procesos electorales de Moldavia. Pero ha fracasado. El pueblo moldavo ha ejercido su derecho democrático a elegir su propio futuro y ha optado por seguir un camino alineado con Europa y con otras democracias del mundo”, ha indicado en otro comunicado.

Una guerra aún por ganar

La jefa de Estado ha ganado esta batalla, pero no la guerra, aseguran los expertos. Armand Gosu, analista especializado en las antiguas repúblicas soviéticas, asegura que Rusia ha invertido muchos recursos en las elecciones —el think tank WatchDog estima en casi 100 millones de dólares (92 millones de euros) lo que ha gastado Rusia en propaganda y compra de votos— porque “el objetivo final del Kremlin no es otro que abrir un nuevo frente contra Ucrania, más concretamente en la provincia de Odesa”, indica. Y una victoria prorrusa implica que el ejército ruso podría atacar esta región ucrania desde la vecina Transnistria, región separatista moldava y prorrusa. Por ello, el analista pronostica que la guerra híbrida persistirá: “Moscú pretende desestabilizar Moldavia y preparar el terreno para una victoria prorrusa en las elecciones parlamentarias del próximo año”, vaticina.

La interferencia rusa en las elecciones de Moldavia debería servir de lección para las capitales occidentales, reflexiona Dionis Cenusa, analista del think tank Expert-Grup: “Rusia puede tener éxito [en su injerencia] si se apoya en otros países de ideas afines que puedan ayudar en eso, como Bielorrusia y Turquía, entre otros”, apunta.

Aparte del atosigamiento procedente de Rusia, ahora Sandu debe afrontar los frentes domésticos: necesita acelerar de manera imperiosa la reforma del sistema judicial para mostrar a los ciudadanos que realmente se está luchando contra la corrupción, un capítulo esencial, además, para unirse a la Unión Europea. Sin embargo, para asegurarse un Gobierno con el que pueda trabajar en esa dirección, deberá remodelar el Ejecutivo e intentar alcanzar pactos con partidos que apuesten por la adhesión a la UE aunque no compartan la misma ideología política. Un ejemplo de su voluntad de realizar acercamientos se apreció el pasado viernes antes de las elecciones, cuando la líder compareció ante los medios de comunicación con el alcalde de la capital, Ion Ceban, un antiguo miembro del Partido Socialista que ha fundado su propia formación y está bien considerado entre los ciudadanos por su gestión como regidor.

Ahora, Sandu no tiene tiempo que perder. En junio próximo se vaticina otro arduo combate con la celebración de unas elecciones al Parlamento en las que, si el partido de Sandu fracasa, podría invalidar todos los esfuerzos por entrar en la UE. Cristian Pantazi, periodista del portal G4media.ro, advierte que la presidenta electa cuenta con una ventana de oportunidad de varios meses para adoptar las medidas que piden los ciudadanos. “La diáspora la ha salvado, ahora está obligada a responderles rápidamente; Rusia está preparada para seguir el asalto a la frágil democracia moldava y anular el referéndum proeuropeo aprobado por los pelos el 20 de octubre, junto a la primera vuelta de las presidenciales”, recalca.

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