Rusia se enfrenta a la mayor incursión en su territorio desde el inicio de la invasión de Ucrania
Zelenski apunta a la autoría ucrania de la operación al decir que los rusos deben “sentir lo que han hecho”. Los analistas creen que el avance hasta 10 kilómetros dentro de la provincia rusa de Kursk alivia la presión del frente de Donetsk
El pasado martes, Rusia acusó a las Fuerzas Armadas de Ucrania de penetrar en su territorio a través de la provincia de Kursk con un millar de soldados y con vehículos blindados en una acción que el presidente Vladímir Putin calificó como “una provocación a gran escala” y que le llevó a convocar a su consejo de seguridad. En tres días, Ucrania ha ocupado 11 aldeas o asentamientos y 45 kilómetros cuadrados de terreno, tomado al m...
El pasado martes, Rusia acusó a las Fuerzas Armadas de Ucrania de penetrar en su territorio a través de la provincia de Kursk con un millar de soldados y con vehículos blindados en una acción que el presidente Vladímir Putin calificó como “una provocación a gran escala” y que le llevó a convocar a su consejo de seguridad. En tres días, Ucrania ha ocupado 11 aldeas o asentamientos y 45 kilómetros cuadrados de terreno, tomado al menos 40 prisioneros de guerra, dejando cinco muertos y 31 heridos, según datos del Ministerio de Defensa ruso. También provocó la declaración del estado de emergencia en la región y la evacuación de “varios miles de habitantes”, según el Kremlin.
Tres días después de la apertura de esta grieta en la frontera ucranio-rusa, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, escribió un mensaje en su página web que apunta a la autoría ucrania de la operación: “Rusia trajo la guerra a nuestra tierra, y debe sentir lo que ha hecho. Nos esforzamos por alcanzar nuestros objetivos lo antes posible en tiempos de paz, en condiciones de paz justas. Y así será”. Por su parte, Mijaílo Podoliak, portavoz del presidente, insinuó la veracidad de la incursión en un mensaje en la red social X. “La causa fundamental de cualquier escalada, bombardeos, acciones militares, evacuaciones forzadas y destrucción de formas normales de vida, incluso en los propios territorios de la Federación Rusa, como las regiones Kursk y Bélgorod, es únicamente la agresión inequívoca de Rusia, que incluye intentos de apoderarse de territorios extranjeros”, escribió. “Es asunto del ejército decir qué está pasando allí”, comentó después en declaraciones a la televisión. “A día de hoy tenemos una guerra que gradualmente está avanzando hacia el interior de la Federación Rusa. ¿Les asustará? Sí. ¿Reaccionan a otra cosa que no sea el miedo? No”, afirmó.
La operación militar abrió inicialmente el interrogante de si realmente fue el ejército ucranio —y no los grupos paramilitares de opositores al Kremlin, que han llevado a cabo este tipo de acciones en zonas fronterizas durante la guerra— el que protagonizaba la mayor incursión en territorio ruso desde que comenzó la invasión de Ucrania, en febrero de 2022. La segunda incógnita era qué pretenden conseguir con ello; y una tercera: ¿por qué ahora?
Los analistas y expertos militares consultados dan por buena la información el reputado think tank estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW por sus siglas en inglés), que este jueves ha confirmado los movimientos ucranios en su informe diario, basándose en imágenes geolocalizadas y fuentes internas rusas.
El reputado analista militar Mijailo Samus sostiene que el objetivo de Ucrania sería presionar a los comandantes rusos para que tengan que decidir hacia dónde enviar sus recursos militares, pues buena parte de ellos están en la región de Donbás, controlada parcialmente desde 2014 por Moscú a través de separatistas prorrusos. “Putin lleva 10 años intentando ocupar Donetsk y Lugansk; quiere terminar de hacerlo antes de las elecciones norteamericanas de noviembre y va a invertir todos los recursos posibles para conseguirlo”, enfatiza.
Efectivamente, las tropas rusas han pisado el acelerador este verano en la provincia de Donetsk, con importantes victorias estratégicas en varias direcciones gracias al abundante envío de infantería, munición y armamento. Estos movimientos se producen en un contexto de cierta urgencia, ya que el expresidente de Estados Unidos y candidato republicano a las elecciones del 4 de noviembre, Donald Trump, ha avisado de que, si gana, pretende poner fin a la guerra. Y Putin quiere tener en su poder ese territorio ucranio de cara a un escenario de negociaciones. Con una acción como la de Kursk, Ucrania pone en un dilema al ejército ruso, sugiere Samus. “Pueden parar la ofensiva en Donbás para defender Kursk o pueden destinar menos recursos y arriesgarse a perder algún territorio”.
Zelenski también se ve apremiado por la situación global, pues resistir al invasor —y el dinero y armamento necesarios para ello— depende mucho de quién gane las elecciones en EE UU, ya que Trump es contrario a seguir financiando la guerra.
A Kiev, por tanto, también le conviene ganar posiciones de cara a unas futuras negociaciones de paz. Según Oleksii Melnik, del Centro Razumkov de Kiev: “Si Ucrania ocupa una parte de territorio ruso, puede proponer un intercambio. Es muy ambicioso, pero es un claro objetivo político”.
Melnik hace hincapié en lo estratégica que resulta la provincia de Kursk, pues allí hay una central nuclear en funcionamiento y, además, en la ciudad de Sudzha —donde se siguen sucediendo los combates— se encuentra la última estación operativa de distribución de gas natural ruso que va a Europa a través de Ucrania. El gasoducto Urengoy–Pomary–Uzhhorod transportó alrededor de 14.650 millones de metros cúbicos de gas en 2023, aproximadamente la mitad de las exportaciones de gas de Rusia a Europa, según Reuters.
De momento, el operador de transmisión de gas de Ucrania ha informado de que el combustible está transitando hacia los consumidores europeos con normalidad, pero en el mercado europeo se ha notado la inquietud, pues este miércoles registró un aumento del precio de un 4,5%, el nivel más alto desde diciembre, según Bloomberg. En cuanto a la central nuclear, a solo 60 kilómetros de donde se desarrolla la ofensiva, por ahora la Guardia Nacional rusa ha informado de que han reforzado la seguridad en torno a las instalaciones.
Las acciones como la de Kursk son denominadas en la jerga militar como operaciones asimétricas, es decir, aquellas que se gestan con un pequeño número de fuerzas, pero son efectivas. Samus se atreve a predecir otra: “Las fuerzas ucranias pueden iniciar nuevas operaciones en dirección a Crimea con las nuevas armas aéreas que han obtenido, porque ahí Ucrania tiene información de la OTAN, así como aviación, y puede destruir bases rusas”, pronostica.
Ucrania ha recibido recientemente los primeros cazas F-16 comprometidos por los socios occidentales, así como partidas de ayuda económica provenientes de Estados Unidos (2.300 millones de euros para defensa aérea y armas antitanques) y de la Unión Europea, que a finales de julio anunció la aportación de 1.500 millones de euros provenientes de activos rusos congelados.
Según este experto, Ucrania puede plantearse destruir el corredor terrestre que une Rusia con la península ocupada de Crimea y bloquear el acceso y la entrada de suministros. “No tiene por qué ser una gran operación terrestre, sino solo bloquear el corredor. Esto tendría un gran impacto porque enviaría el mensaje de que Rusia no puede controlar Ucrania, y Ucrania quedaría en una posición más fuerte de cara a futuras negociaciones”, razona Samus.
El silencio por respuesta
Desde Ucrania, las autoridades guardan silencio acerca de los sucesos de los últimos días en Kursk. Zelenski no los mencionó en su mensaje diario a la nación, más allá de animar a los soldados a “presionar y debilitar al bando enemigo”. La actualización diaria que hace el Estado Mayor de Ucrania sobre la situación en el frente menciona tan solo que los combates se han intensificado en la región ucrania de Sumi, fronteriza con la rusa de Kursk, donde se ha ordenado la evacuación de 6.000 personas, y que el enemigo estaba usando aviones, helicópteros y artillería, pero sin lograr progresos y con “pérdidas significativas”.
El think tank ISW da credibilidad a las afirmaciones del observador militar ucranio Konstantin Mashovets, quien sostiene que son las Fuerzas Armadas de Ucrania las que han penetrado en territorio ruso. Según Mahosvets, una unidad no especificada del 71º Regimiento de Fusileros Motorizados con base en Chechenia se había desplegado directamente en el distrito ruso de Sudzhenski. Esta información “coincide con algunos informes de fuentes ucranias y rusas sobre la presencia de unidades chechenas en el área de Sudzha desde hace más de una semana”, asegura el informe del ISW.
Estados Unidos asegura que no tenía información anticipada de los supuestos planes transfronterizos de Kiev. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, anunció el miércoles que Washington había pedido a Ucrania conocer los “objetivos” de la incursión, y apoyó las acciones de “sentido común” de Ucrania para detener los ataques de las fuerzas rusas. “Vamos a ponernos en contacto con el ejército ucranio para conocer más sobre sus objetivos”, afirmó.
En cuanto a la información que suministra Rusia, el ISW sostiene que la respuesta del Kremlin está siendo hasta ahora controvertida, ya que los funcionarios rusos “luchan por lograr un equilibrio entre presentar estos esfuerzos como una escalada notable por parte de Ucrania y evitar exagerar sus posibles consecuencias y arriesgarse al descontento interno”, dice su informe del 7 de agosto. Incluso diversos blogueros prorrusos con mucho predicamento criticaron el miércoles a los líderes del ejército del país por no haber logrado frustrar la incursión.
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