El Constitucional alemán propina un revés a Scholz al anular parte de su reforma para reducir el tamaño del Bundestag

El Ejecutivo aprobó el año pasado una ley electoral que fija en 630 el número de escaños y que recurrieron algunos partidos al considerar que les perjudica

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante su visita este fin de semana a la Villa Olímpica en París.Sarah Meyssonnier (REUTERS)

El Tribunal Constitucional alemán ha anulado parcialmente la reforma electoral que introdujo el Gobierno de Olaf Scholz el año pasado con la intención de reducir el tamaño del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán. Partes de la nueva ley electoral, que debería entrar en vigor en las próximas elecciones federales, el 28 de septiembre del año que viene, son inconstitucionales, han determinado es...

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El Tribunal Constitucional alemán ha anulado parcialmente la reforma electoral que introdujo el Gobierno de Olaf Scholz el año pasado con la intención de reducir el tamaño del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán. Partes de la nueva ley electoral, que debería entrar en vigor en las próximas elecciones federales, el 28 de septiembre del año que viene, son inconstitucionales, han determinado este martes los jueces de Karlsruhe en una sentencia que supone un revés para el Gobierno de coalición formado por socialdemócratas, verdes y liberales. La decisión no invalida la limitación a 630 del máximo de escaños de la Cámara, el principal propósito de la norma.

El Ejecutivo de Scholz se había propuesto poner fin al crecimiento indefinido del Bundestag, que hasta ahora no tenía un número fijo de escaños e iba aumentando con cada nueva elección hasta el punto de llegar a 736 asientos tras los comicios de 2021. Se había convertido en el Parlamento elegido democráticamente más numeroso del mundo y ello había complicado enormemente su funcionamiento, con comisiones con demasiados miembros y falta de espacio físico para albergar a los diputados y a sus equipos.

La reforma electoral aprobada el año pasado fija en 630 la cifra de escaños y acaba con el complicado sistema de votación con asientos extra —los llamados escaños adicionales y de compensación— para asegurar la estricta proporcionalidad. Además exige obtener un mínimo del 5% de los votos para entrar en el Parlamento, un requisito ideado tras la II Guerra Mundial para evitar la fragmentación parlamentaria e impedir la proliferación de partido minoritarios que contribuyó al ascenso de los nazis.

El sistema anterior beneficiaba a partidos pequeños o que solo se presentan en una parte del territorio. Tras aprobarse la ley de Scholz se apresuraron a llevarla ante el Constitucional para intentar frenarla, y lo han conseguido, pero solo en parte. La reforma proponía eliminar la cláusula que permite a las formaciones más pequeñas entrar en el Bundestag a pesar de no obtener ese 5% de los votos necesarios a nivel nacional. Existía una excepción, que consistía en obtener tres o más mandatos directos, y que permitió en 2021 que Die Linke (La Izquierda) tuviera grupo parlamentario. Obtuvo el 4,9% de los sufragios pero tres de sus diputados fueron los más votados en sus circunscripciones.

En las elecciones federales cada alemán tiene dos votos. Con el primero elige al candidato preferido de su circunscripción; con el segundo marca la casilla de un partido político y era esta papeleta la que determinaba el tamaño relativo de cada formación en el Bundestag. Hasta ahora, los candidatos más votados en cada una de las 299 circunscripciones que hay en Alemania siempre tenían asiento por mandato directo. Los otros 299 (teóricos; el número nunca estuvo fijado) salían de las listas cerradas que se presentan en cada land (Estado federado).

Si una formación obtenía más mandatos directos que los escaños que le corresponderían según la proporción del segundo voto, el sistema les asignaba diputados extra (escaños adicionales). A su vez, como la ley electoral vigente hasta ahora garantizaba la estricta proporcionalidad, al resto de partidos se les asignaban más escaños (llamados de compensación) para volver a equilibrar las fuerzas. La Unión Cristianosocial (CSU), el partido hermano de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que solo se presenta en el Estado de Baviera, conseguía así más representación de la que teóricamente le correspondería por el número total de votos.

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Los jueces de Karlsruhe dan el visto bueno a fijar en 630 el número de escaños y eliminar por tanto la asignación de asientos extra. Pero consideran que es inconstitucional eliminar la excepción que permite a los partidos que quedan por debajo del 5% entrar en el Bundestag si obtienen tres o más mandatos directos. El fallo señala que el umbral es correcto para evitar la fragmentación, pero que debe existir alguna salvaguarda para que todos los votos tengan el mismo valor y quienes hayan apoyado a un partido que obtiene menos del 5% estén representados.

Fragmentación del voto

La progresiva fragmentación del voto en Alemania había convertido en inviable el sistema anterior, que funcionó bien durante décadas porque dominaban dos grandes partidos, el SPD y la CDU con la CSU (comparten grupo parlamentario en Berlín). La irrupción de otras formaciones fue complicando el sistema y añadiendo diputados que engordan el coste que supone el Parlamento para las arcas públicas. Hace años que todos los partidos están a favor de una reforma, pero ningún Gobierno había dado el paso de intentarlo.

El presidente bávaro, Markus Söder, acogió satisfacción la sentencia. “Es un claro éxito para la CSU y para Baviera, y una bofetada al semáforo [nombre con el que se conoce al tripartito, por los colores —rojo, amarillo y verde— de los partidos de la coalición]. La manipulación electoral ha sido desenmascarada y rechazada por los tribunales”, aseguró a la agencia DPA, y anunció que si forma parte del próximo Ejecutivo exigirá derogar la norma de Scholz. El Gobierno de Baviera había recurrido la reforma al Constitucional, junto con la CSU, la CDU y Die Linke. “El intento del semáforo de eliminar a los competidores políticos utilizando el derecho al voto ha fracasado”, reaccionó el líder de la oposición, Friedrich Merz, en su cuenta de X.

También el partido de izquierdas se mostró satisfecho. La diputada Gesine Lötzsch calificó de “antidemocrática” la decisión de eliminar la excepción a la regla del 5% y dijo en una entrevista en la televisión pública ARD que el Constitucional “la ha corregido acertadamente”. Pese a ello, consideró que se trata de un “éxito parcial”, puesto que a partir de ahora habrá candidatos que hayan sido los más votados en su circunscripción que se quedarán sin escaño. Ella misma ganó su asiento por mandato directo en el barrio berlinés de Lichtenberg, en el antiguo Berlín oriental, en 2021.

Los socialdemócratas no consideran que el fallo del alto tribunal sea una derrota. Al menos en público, sostienen que la sentencia avala el grueso de su reforma. “Lo más importante queda claro tras esta sentencia: la reducción del tamaño del Bundestag alemán es completa y constitucional”, aseguró el líder adjunto del grupo parlamentario del SPD, Dirk Wiese. “Pone fin a los escaños adicionales y de compensación, que han ampliado continuamente el Bundestag y puesto así en peligro su capacidad de funcionamiento”, añadió.

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