Meloni carga contra la Comisión Europea por las críticas sobre los ataques a la libertad de prensa en Italia
La primera ministra italiana niega en una carta las llamadas de alerta de Bruselas sobre la independencia de la cadena pública Rai
La primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha cargado contra la Comisión Europea por sus críticas sobre los ataques políticos a la libertad de prensa y la independencia de la cadena pública Rai en el informe de la UE sobre el Estado de derecho en Italia. En una carta enviada el domingo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Meloni asegura que si la legislación sobre la independencia de la radiotelevisión pública ...
La primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha cargado contra la Comisión Europea por sus críticas sobre los ataques políticos a la libertad de prensa y la independencia de la cadena pública Rai en el informe de la UE sobre el Estado de derecho en Italia. En una carta enviada el domingo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Meloni asegura que si la legislación sobre la independencia de la radiotelevisión pública es un problema se debe a los Gobiernos anteriores. La primera ministra italiana acusa además al Ejecutivo comunitario y a ese estudio de no haber estado “a salvo” de los “profesionales de la desinformación y la confusión”.
“Este documento ha sido distorsionado para su uso político por algunos en un intento de atacar al Gobierno italiano”, dice Meloni en la dura misiva a Von der Leyen, según informa la prensa italiana. La ultraderechista italiana asegura que el estudio del Ejecutivo comunitario sobre la situación en Italia, que se hace anualmente a todos los Estados miembros y que mostró asimismo su preocupación por el uso de las demandas para silenciar a los periodistas, ha dado gasolina partidista a los críticos contra su Administración.
La carta de Meloni llega en plena incertidumbre sobre su relación con Von der Leyen y la nueva Comisión. La líder italiana, que ha tenido una buena sintonía con la conservadora alemana —que además la ha cortejado durante meses—, se ha mostrado contrariada por cómo se han llevado a cabo las negociaciones para renovar el Ejecutivo comunitario, en las que se dejó fuera a su familia política europea los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). Además, se abstuvo cuando los líderes votaron para designar a la alemana como presidenta de la Comisión para una segunda legislatura. Su partido Hermanos de Italia, una formación política con raíces neofascistas, votó en contra de Von der Leyen en su reelección en el Parlamento Europeo.
Al Gobierno italiano le ha desagradado el diagnóstico sobre la salud del Estado de derecho que ha hecho el Ejecutivo comunitario, que ha sido muy duro con Hungría y Eslovaquia. Especialmente, la parte sobre la libertad de prensa y los medios de comunicación, un indicativo que preocupa en Bruselas. En 2025 entrará en vigor una nueva regulación europea sobre libertad de medios de comunicación que hará más transparente la financiación, las subvenciones estatales y la propiedad de los medios.
En su informe, la Comisión Europea vuelve a dar un toque de atención a Italia sobre la eficacia del sistema de gobernanza para garantizar la independencia de la radiotelevisión Rai —algo de lo que Meloni culpa en su carta a Matteo Renzi, primer ministro entre 2014 y 2016—. Suma, además, otras preocupaciones nuevas, como la salida de figuras de alto nivel y la cancelación de programas tras el nombramiento de un nuevo consejero delegado, y una reforma sobre la financiación del ente que recortaría su autonomía financiera y podría mermar su independencia. Los trabajadores de la Rai han denunciado “censura diaria” de la ultraderecha y que el Gobierno quiere convertir a la cadena pública en “TeleMeloni”.
En su carta, la primera ministra italiana se escuda en que la salida de trabajadores de la Rai no se debe a ningún cambio editorial, sino a la “dinámica normal del mercado”.
Al Ejecutivo comunitario le preocupa también la protección de los periodistas, su seguridad y sus condiciones de trabajo y la “creciente prevalencia” de casos de demandas estratégicas para silenciarles (las conocidas como SLAPP). “Siguen siendo un problema”, dice el informe sobre el Estado de derecho. “No ha habido avances importantes en la propuesta para reformar el régimen de difamación de la prensa, lo que también genera preocupación”, sigue. Otra regulación europea que entrará en vigor en 2025 protegerá a los periodistas de las demandas para acallarles e impedirles hacer su trabajo.
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