Orbán eleva la tensión con la UE al fijar una reunión con Trump tras sus citas con Putin y Xi
La UE cree que el húngaro puede haber violado los tratados europeos con su supuesta “misión de paz” para Ucrania
Lejos de bajar el tono y agachar las orejas, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, sigue desafiando a la UE, ahora con una reunión con el magnate republicano Donald Trump, tras visitar al ruso Vladímir Putin y el chino Xi Jinping, como parte de su supuesta “misión de paz” para Ucrania. El nacionalpopulista húngaro, que ostenta la presidencia semestral del Consejo de la UE, ha fijado un encuentro este jueves en Florida con Trump, según fuent...
Lejos de bajar el tono y agachar las orejas, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, sigue desafiando a la UE, ahora con una reunión con el magnate republicano Donald Trump, tras visitar al ruso Vladímir Putin y el chino Xi Jinping, como parte de su supuesta “misión de paz” para Ucrania. El nacionalpopulista húngaro, que ostenta la presidencia semestral del Consejo de la UE, ha fijado un encuentro este jueves en Florida con Trump, según fuentes diplomáticas. El republicano —que como Orbán se percibe como mucho más cercano a Putin que al ucranio Volodímir Zelenski— aspira a volver a la Casa Blanca tras las elecciones que EE UU celebrará en noviembre, y ha cargado contra la política estadounidense y de la OTAN de apoyo a Ucrania. La visita a Trump, que se prevé tras la clausura de la cumbre de la OTAN en Washington, eleva la tensión aún más con la UE.
El malestar ha crecido durante los últimos días. El miércoles, ante las quejas de los representantes del resto de Estados miembros (excepto Eslovaquia, que apoya a Hungría), los servicios jurídicos de la UE apuntaron que, con estas visitas, Orbán ha podido violar los tratados europeos al romper la unidad, la lealtad y la solidaridad con el resto de socios en política exterior. Se trata de un análisis demoledor para el líder húngaro, aunque no es el servicio jurídico quien dicta si se ha producido esa vulneración de las reglas y además el tribunal europeo no tiene competencias en política exterior, remarcan fuentes comunitarias.
Es un toque de atención político, una especie de tarjeta amarilla que tiene difícil recorrido, reconoce una alta fuente europea. Pero el movimiento avanza que la Unión tratará de buscar algún tipo de represalia o respuesta, aunque sea diplomática, contra Orbán, el verso libre de la UE y su mayor polemista. Las visitas a Putin, Xi —y una reunión con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país actuó como mediador en primavera de 2022—, tras reclamar en Kiev al Gobierno del país invadido por Rusia un alto el fuego, han causado una gran preocupación y enfado en la UE.
Bruselas y una inmensa mayoría de Estados miembros acusan a Orbán de instrumentalizar la presidencia rotatoria del Consejo de la UE y de usar de forma ambigua esa institución en su supuesta “misión de paz” y en sus comunicaciones sobre ella. El húngaro ha pedido al club comunitario que lance una propuesta para iniciar conversaciones que traten de poner fin a la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, que está a punto de cumplir 900 días.
En Washington, donde participa en la cumbre de la OTAN, el alto representante para Política Exterior y Seguridad de la UE, Josep Borrell, ha dejado claro que el único plan de paz que maneja la Unión es el que ha puesto sobre la mesa el presidente Zelenski. También, que no se puede hablar de Ucrania sin Ucrania. Orbán no tiene ningún mandato europeo para negociar en nombre de los Veintisiete, como han dejado claro tanto Borrell como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Los El canciller alemán, Olaf Scholz, también ha insistido este jueves en que Orbán “no representa a la UE”, una opinión compartida por el resto de Estados miembros. Tampoco tiene mandato de Ucrania, que ha recalcado que solo EE UU, China y la UE (en su conjunto), pueden hablar de conversaciones de paz. El líder húngaro asegura que solo habla en nombre de su país, que las visitas que hace son bilaterales y que no ha negociado nada.
La visita que prevé Orbán a Florida para ver a Trump en su residencia de Mar-a-Lago, adelantada por Bloomberg, es otro encuentro muy controvertido para Europa. El húngaro, que como Trump ha cargado contra la política de EE UU, la UE y la OTAN de apoyo a Ucrania y asegura que ese sostén solo alimenta la guerra, vuelve a actuar por libre. Y lo hace, además, con uno de los líderes más críticos hacia Ucrania y hacia el presidente Zelenski, con quien el magnate republicano tiene un contencioso histórico. Cuando Trump era presidente, fue una llamada al líder ucranio —en la que le reclamó que abriera una investigación judicial contra el hijo del demócrata y hoy presidente Joe Biden, Hunter Biden, que tenía negocios en Ucrania— la que motivó su primer impeachment. Trump amenazó a Zelenski con congelar la ayuda a Ucrania, que entonces luchaba contra las tropas manejadas por Rusia en la región de Donbás.
Orbán ha lanzado la presidencia europea con el lema “hagamos a Europa grande de nuevo”, en un claro guiño al conocido lema de Trump (“hagamos América grande de nuevo”). El húngaro, que tiene un procedimiento de infracción de la UE por sus vulneraciones contra el Estado de derecho y que está llevando a cabo una política contra los derechos de las personas LGTBI en Hungría y de control de los medios de comunicación y las organizaciones civiles, tiene buena relación con el republicano, con el que comparte parte de su discurso populista y conservador. Ambos se reunieron el pasado marzo en una cita que ya entonces causó preocupación en la Casa Blanca.
El líder húngaro apoya a Trump en su camino hacia la Casa Blanca. En los informes sobre sus polémicos viajes a China y a Rusia enviados a los Estados miembros, Orbán cuenta que conversó con Xi sobre las elecciones estadounidenses y le dijo, sin mencionar al republicano, que un nuevo presidente electo iniciaría conversaciones de paz para Ucrania “rápidas e intensas”, según los documentos adelantados por EL PAÍS. Rusia y Ucrania asumen que mantendrán una reunión (la primera en la que participan los dos) antes de final de año, explicó el húngaro. Algunas fuentes, no obstante, apuntan que Kiev busca que sea antes de las elecciones en EE UU, previstas para el 5 de noviembre.
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