Bardella promete poner “orden” en Francia y un “big bang de autoridad” desde las escuelas

El candidato a primer ministro de la extrema derecha anuncia mano dura contra los delincuentes reincidentes, eliminar el derecho a la nacionalidad para hijos de extranjeros y una disciplina fuerte en el sistema educativo

Rueda de prensa del candidato de la extrema derecha a primer ministro, Jordan Bardella, con la líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, en primer plano.Foto: MOHAMMED BADRA (EFE) | Vídeo: EPV

A una semana de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, Jordan Bardella se siente “listo” para gobernar y se considera “la única alternativa creíble” al macronismo en Francia. Y si su formación, el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN), logra la mayoría absoluta, lo hará con mano dura para volver a poner “orden” —una palabra que repite insistentemente— “en las calles y en las cuen...

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A una semana de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, Jordan Bardella se siente “listo” para gobernar y se considera “la única alternativa creíble” al macronismo en Francia. Y si su formación, el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN), logra la mayoría absoluta, lo hará con mano dura para volver a poner “orden” —una palabra que repite insistentemente— “en las calles y en las cuentas públicas”. Para ello, propone medidas inmediatas drásticas, como la eliminación de la obtención de la nacionalidad mediante el histórico derecho de suelo, y retoma también ideas de gobiernos conservadores anteriores.

“Jamás me resignaré a que el miedo y la violencia tengan la última palabra en la calle”, ha subrayado este lunes durante la presentación formal de su programa de gobierno, en una rueda de prensa en París a la que ha acudido la plana mayor del RN: desde su líder, Marine Le Pen, al nuevo aliado electoral, el todavía presidente nominal del partido de la derecha tradicional Los Republicanos, Éric Ciotti. “Seré el primer ministro que ponga la autoridad en el núcleo de la acción de gobierno, que actuará para descartar a los depredadores y proteger a todos los franceses, especialmente las mujeres”, ha asegurado al desgranar su programa, cuyas principales medidas ya anunció la semana pasada en diversas entrevistas. La seguridad, junto al “control” de la inmigración, es uno de los pilares de la política del RN.

Ante la “capitulación de Macron en todos los dominios” y el “asalvajamiento” del país (un término también usado frecuentemente por el Gobierno macronista), Bardella ha fijado como una de sus prioridades —“urgencias”, las llama— el “restablecimiento del orden republicano y el regreso de la seguridad en todas partes y para todos los franceses”. Para ello, promete un “big bang de autoridad” ahí donde haga falta, como en las escuelas, así como tolerancia cero con la delincuencia y medidas desde el mismo momento en el que llegue al poder para contener una inmigración que identifica repetidamente como uno de los factores de inseguridad del país. En su programa no hay rastro de un cálculo económico que estime el coste de sus medidas.

Bardella ha reiterado este lunes que solo gobernará si logra la mayoría absoluta, pero no ha dejado claro qué hará si se queda a apenas un puñado de diputados de los 289 escaños que se ha fijado como objetivo, como señalan algunas encuestas. En cualquier caso, ha indicado que, si es primer ministro, será “respetuoso con la institución” que encarna el presidente Macron, pero que no será jamás “colaborador” del jefe de Estado. Este, por su parte, ha asegurado en una “carta” publicada en la prensa regional que, pase lo que pase tras la segunda vuelta del 7 de julio, tiene previsto acabar su mandato y ejercer de “protector” de la República. “Pueden confiar en mí para actuar hasta en mayo de 2027 como presidente”, asevera Macron, cuyo propio campo ha criticado duramente su decisión de adelantar las elecciones y hace lo posible para desligar su campaña de su imagen.

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, y el líder contendiente del partido conservador francés Les Republicains, Eric Ciotti, antes de la rueda de prensa de Bardella.Gonzalo Fuentes (REUTERS)

El candidato del RN quiere marcar dos momentos de acción: uno de “urgencias”, con medidas a aplicar en cuanto asuma el poder, y otro de “reformas”, a emprender a partir del otoño con proyectos de ley e incluso reformas constitucionales si fuera necesario. Entre las urgencias ha fijado la eliminación del derecho de suelo, es decir, el derecho de nacionalidad a quienes nazcan en territorio francés, pese a requerir de una ley para ello. Se trata, según subrayó el historiador y politólogo Patrick Weil en una tribuna en Le Monde, de un derecho vigente en el país desde 1515 y que “ni el régimen de Vichy [la Francia colaboracionista con la Alemania de Hitler] quiso cuestionar”. Pero para Bardella, se trata de un derecho automático que “no se justifica en un mundo de 8.000 millones de personas”, sobre todo ante la “incapacidad de integrar” en Francia a esas personas.

Otras de las medidas migratorias prioritarias son el reemplazo de las ayudas médicas a los migrantes por una mera “ayuda para emergencias”; el “endurecimiento” de las condiciones de reagrupación familiar, la suspensión de todas las regulaciones de inmigrantes irregulares —“clandestinos”, los califica en su programa— por parte de los prefectos o ampliar los periodos de detención administrativa. Bardella también promete facilitar la expulsión de delincuentes extranjeros mediante el restablecimiento del delito de “residencia ilegal”. “No podemos violar con impunidad las leyes francesas y la hospitalidad de nuestros conciudadanos”, justificó.

Referéndum para revisar la Constitución

Según ha explicado, de convertirse en primer ministro, intentará “convencer al presidente”, Emmanuel Macron, para que organice un referéndum para revisar la Constitución y hacer “intocables por la jurisprudencia europea o internacional” las medidas de restricción de inmigración que propone su partido, que promueve una cerrazón nacional contraria a los principios europeos, incluido el de solidaridad migratoria que estipula el recién aprobado Pacto Migratorio de la UE.

Siempre en materia de seguridad, Bardella quiere volver a instaurar, como medida disuasoria, la imposición de penas mínimas para “delincuentes reincidentes, ataques contra funcionarios públicos o para delitos de tráfico de droga” que fueron eliminadas durante el Gobierno socialista de François Hollande, por considerarlas inefectivas, y que ya se propuso reimplantar hace un año, sin éxito. Se trata de asegurarse de que los que cometan este tipo de delitos o reincidan reciban una condena mínima, en vez de dejar la cuestión a discreción del juez de turno. Del mismo modo, Bardella sugiere eliminar las ayudas públicas a los padres de menores de edad delincuentes reincidentes.

Rueda de prensa del candidato de la extrema derecha a primer ministro, Jordan Bardella.Christophe Ena (AP)

Pero Bardella, de 28 años y que siempre reivindica como lección el haber crecido en un barrio conflictivo en los alrededores de París, considera, según ha destacado este lunes, que una de las claves para luchar contra esa “descivilización” y creciente inseguridad en el país es combatirla desde muy pronto. Por ello, su plan propone, como ha dicho, un “big bang de la autoridad” en las escuelas, con la prohibición de teléfonos móviles, la reimplantación de “penas mínimas en consejos disciplinarios” y la creación de centros especializados para “alumnos acosadores o que causan perturbaciones” al orden en clase. También ha defendido la reinstauración de la denominada “Ley Ciotti” de 2010, que proponía la suspensión de ayudas familiares y becas escolares para los alumnos que causaran incidentes reiterados en la escuela. Bardella también ha mencionado la posibilidad de implantar los uniformes en primaria y secundaria.

Tampoco son ideas nuevas. La restauración de “la autoridad a todos los niveles, en la familia, en la escuela, en las calles” forma parte de un plan anunciado por el ahora primer ministro saliente, Gabriel Attal, en abril. Poco antes, en enero, Macron había defendido la experimentación con el uniforme en un centenar de colegios y el aprendizaje del himno de La Marsellesa. En ese discurso, de enero, el presidente acusado ahora por la extrema derecha de no haber mostrado suficiente mano dura para restaurar el orden, esa palabra, orden, igual que la de autoridad, se repitieron una y otra vez en boca de Macron, en lo que la izquierda denunció como una muestra más del giro autoritario y a la derecha de su gobierno en los últimos años.

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