La policía reprime las principales protestas de los campus de Estados Unidos

Biden: “Los estadounidenses tienen el derecho a protestar, pero no el derecho a sembrar el caos”

La policía detiene a una manifestante en el campus de Los Ángeles de la Universidad de California, este jueves.Foto: Mike Blake (Reuters) | Vídeo: AP

La policía ha arrestado a más de 200 personas en la madrugada de este jueves durante el desalojo del campamento propalestino en el campus de Los Ángeles de la Universidad de California (UCLA) después de que los manifestantes desobedecieran la orden de abandonarlo. El Departamento de Policía de la ciudad no ha especificado cuántos de los arrestados eran estudiantes. Mientras se producían forcejeos...

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La policía ha arrestado a más de 200 personas en la madrugada de este jueves durante el desalojo del campamento propalestino en el campus de Los Ángeles de la Universidad de California (UCLA) después de que los manifestantes desobedecieran la orden de abandonarlo. El Departamento de Policía de la ciudad no ha especificado cuántos de los arrestados eran estudiantes. Mientras se producían forcejeos entre fuerzas del orden y manifestantes, algunos de ellos en pijama, en el otro extremo del país, en la costa Este, comparecían ante un tribunal algunos de los activistas arrestados el martes por la noche al evacuar la policía un edificio ocupado en Columbia (Nueva York). En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden defendía la libertad de asamblea pacífica, pero condenaba los actos de violencia, en su comentario más extenso y directo desde que comenzaron las protestas por la guerra en Gaza. “Los estadounidenses tienen derecho a protestar, pero no el derecho a sembrar el caos”, dijo el mandatario, después de días sin pronunciarse al respecto, escudado en sus portavoces.

La represión de las protestas, con un total de 2.000 detenidos desde el 18 de abril, según un conteo de la agencia AP, va en aumento a medida que pasan las horas: en la Universidad Estatal de Portland, en Oregón, la policía empezó a rodear la biblioteca del campus, que los manifestantes ocuparon y fortificaron en los últimos días en previsión de un posible enfrentamiento. Los agentes cerraron varias manzanas alrededor del edificio y pidieron por megáfono a los que están dentro que salgan. Similares escenas se vivieron desde Arizona State a Virginia Tech y desde Ohio a Yale. Solo algunas universidades —como Berkeley, Northwestern y Brown— han conseguido mediante negociaciones evitar enfrentamientos entre policía y estudiantes.

Agentes de policía se enfrentan a manifestantes propalestinos en el campus de la Universidad de California, en Los Ángeles, EE UU. Foto: efe | Vídeo: EPV

La policía desalojó el campamento propalestino de la UCLA este jueves tras concentrar efectivos en el campus durante la noche y producirse algunos forcejeos con manifestantes que desoyeron las advertencias de que se marcharan voluntariamente si no querían ser detenidos. En total, las autoridades detuvieron a 209 personas. La mayoría de ellas ha sido acusada de un delito menor, desobedecer las órdenes para dispersarse, dadas sobre las 18.00 del miércoles. El ultimátum fue parecido al que Columbia dio a los acampados el lunes pasado, horas antes de que un grupo de decenas de personas ocupase un edificio del campus, lo que provocó la intervención policial a petición del rectorado.

El enfrentamiento se venía gestando desde el martes por la noche, cuando las autoridades de una de las mayores universidades de California, que en un principio habían adoptado una actitud tolerante hacia la protesta, declararon el campamento ilegal. La tensión se disparó a última hora del martes y primeras del miércoles, cuando contramanifestantes proisraelíes intentaron entrar por la fuerza en el campamento, derribando las barricadas instaladas por sus rivales y atacando a algunos estudiantes propalestinos. El rector de la universidad, Gene Block, calificó a los contramanifestantes de “instigadores”.

“Las diferencias de opinión son fundamentales para este país, pero en ningún caso deben llevar a disturbios”. Así se manifestaba Biden en una declaración en la Casa Blanca tras los sucesos de la madrugada. El presidente estadounidense, que desde el comienzo de las protestas había evitado pronunciarse y había delegado en sus portavoces para expresar la posición de la Casa Blanca, trató de mostrarse salomónico en su declaración. Defendió el derecho a la libertad de expresión y manifestación pacífica, pero se declaró en contra de los actos violentos.

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“No somos un país autoritario donde silenciamos a la gente o aplastamos la disidencia. Aquí se escucha a la gente. De hecho, las protestas pacíficas forman parte de la mejor tradición de cómo los estadounidenses respondemos a cuestiones polémicas. Pero tampoco somos un país sin ley. El orden debe prevalecer”, afirmó Biden, antes de subrayar de nuevo: “Los estadounidenses tienen el derecho a protestar, pero no el derecho a sembrar el caos. No hay sitio para los discursos de odio o violencia de ningún tipo, sea el antisemitismo, la islamofobia o la discriminación contra los árabes estadounidenses”.

Biden tenía que hilar muy fino. Por detrás de Donald Trump en las encuestas de cara a las elecciones de noviembre, inclinarse del lado de los manifestantes le expone a las críticas del Partido Republicano, que trata de dibujar las protestas como un episodio de caos, extremismo y odio antijudío que la Administración demócrata es incapaz de controlar.

Pero mostrarse crítico con el movimiento estudiantil supone arriesgarse a perder voto juvenil e irritar al ala progresista de su propio partido. Algo que no se puede permitir de cara a noviembre, cuando cuenta con el respaldo de los menores de 30 años como uno de los pilares en su carrera para ser reelegido. Ya le han llovido críticas de esos grupos y la comunidad árabe estadounidense por su apoyo a Israel en la guerra.

Así, Biden contestó con un tajante “no” a la pregunta de los periodistas acerca de si considera necesario el despliegue de los soldados de la Guardia Nacional para desalojar a los manifestantes de los campus. Algunos políticos republicanos han llamado a recurrir a esos cuerpos en sus Estados para mostrar mano dura contra los participantes en las acampadas.

Pese a las intervenciones policiales, la protesta continúa. Casi dos horas después de que miembros de la Patrulla de Carreteras de California desmantelaran el campamento de la UCLA, algunos jóvenes seguían resistiéndose a la orden de desalojo, con una actitud incluso desafiante. A las cinco de la madrugada, hora local (las 14.00 en la España peninsular), decenas de ellos seguían coreando los eslóganes de la protesta (Palestina libre, Revolución Intifada y otros) y algunas tiendas de campaña continuaban en pie, aunque la mayoría fueron desmontadas y arrojadas a una pila de basura. La policía se llevó a más manifestantes, maniatados por bridas de plástico, y dio otro aviso de dispersión a los restantes para que se fueran si no querían ser detenidos. Un grupo de unos 40 jóvenes se reunió en medio del campamento y se negó a abandonarlo. Otros intentaban reforzarlo con barricadas metálicas, palés de madera y conos de tráfico.

Policías y manifestantes propalestinos, enfrentados durante el desalojo del campus de UCLA. ALLISON DINNER (EFE)
Policías antidisturbios rodean a los manifestantes propalestinos durante el desalojo del campus de UCLA. ALLISON DINNER (EFE)
La policía se dispone a cargar contra los manifestantes propalestinos en el campus de UCLA. Wally Skalij (Los Angeles Times/ Getty Images)
La policía detiene a manifestantes propalestinos en el campus de UCLA. Mike Blake (REUTERS)
La policía traslada a un detenido durante el desalojo de la universidad de UCLA. ALLISON DINNER (EFE)
Policias y manifestantes propalestinos se enfrentan en el campus de UCLA. ALLISON DINNER (EFE)
La policía desaloja a los estudiantes que acampaban en el campus de Los Angeles de la Universidad de California (UCLA), en protesta por la guerra en Gaza, este jueves. Jae C. Hong (AP)
La policía detiene a un manifestante propalestino durante la operación de desalojo de la universidad de UCLA este jueves. Mike Blake (REUTERS)
Un agente de policía utiliza un teléfono móvil para identificar a un manifestante detenido en la Universidad de California de Los Ángeles.Mike Blake (REUTERS)
Fila de manifestantes esperan tras ser detenidos por la policía en la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), durante la protesta, este jueves. Mike Blake (REUTERS)
Tres agentes trasladan a un detenido en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), tras el desalojo.Mike Blake (REUTERS)
La policía detiene a una manifestante propalestina durante el desalojo de la universidad de UCLA este jueves. Mike Blake (REUTERS)
Un policía apunta hacia los manifestantes propalestinos durante la operación de desalojo del campus de UCLA. Mike Blake (REUTERS)
Un manifestante lanza el contenido de un extintor sobre los agentes de la policía que han empezado a desalojar el campus de UCLA. Aude Guerrucci (REUTERS)
Policías antidisturbios, rociados con polvo para extinguir incendios, aguardan en formación durante la operación de desalojo de la UCLA este jueves. David Swanson (REUTERS)
Cinco manifestantes esperan sentados tras ser detenidos por la policía durante el desalojo en la universidad este jueves.Ryan Sun (AP/ LaPresse)
La policía detiene a una manifestante propalestina en le campus de UCLA. Mike Blake (REUTERS)
Inicio del desalojo de manifestantes propalestinos por parte de la policía en el campus de UCLA este jueves. Aude Guerrucci (REUTERS)
Agentes de la policía detienen a un manifestante de la UCLA, este jueves en Los Ángeles.Mike Blake (REUTERS)
Antidisturbios rodean a manifestantes durante el desalojo del campus de la UCLA. Aude Guerrucci (REUTERS)
Una barricada en uno de los accesos a un edificio de Universidad de UCLA para evitar el desalojo por parte de la policía. Aude Guerrucci (REUTERS)
Las bengalas lanzadas por manifestantes proisrael explotan frente a la barricada del campamento solidario propalestina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés), este jueves de madrugada.Shay Horse (Getty Images)
La policía toma el campus de la UCLA, en la madrugada del 1 al 2 de mayo. La intervención se produjo después de que grupos de manifestantes proisraelíes vestidos de negro y con máscaras blancas se enfrentaran la noche anterior a los estudiantes instalados en un campamento en el recinto de la universidad para protestar por la guerra de Israel contra Hamás en Gaza.David Swanson (REUTERS)
Un hombre lanza un químico a otro manifestante, en el campus de UCLA, este miércoles.Ethan Swope (AP)
Un joven hace señas obscenas a personas refugiadas tras la barricada del campamento de manifestantes propalestinos en la Universidad de California en Los Ángeles.Wally Skalij (Getty Images)
Los manifestantes y contra-manifestantes se golpearon con palos, se lanzaron objetos y se rociaron con químicos.Wally Skalij (Getty Images)
Unos manifestantes lanzan una valla hacia el campamento por Palestina.Wally Skalij (Getty Images)
Un joven pro-Israel pone leche en la cara de otro luego de que fuera rociado con gas pimienta, el martes por la noche.Michael Blackshire (Getty Images)
Un joven golpeado intenta ponerse de pie.Ethan Swope (AP)
Los agentes de policía se colocan máscaras para evitar ser rociados con gases o líquidos en la cara, antes de enfrentarse con los manifestantes y contramanifestantes en el campus de la UCLA.David Swanson (REUTERS)
Un manifestante encara a un policía.Ethan Swope (AP)
Un manifestante pro Palestina reza a los pies de elementos de la Policía de California.Michael Blackshire (Getty Images)
Un hombre rocía a otro, armado con un monopatín, con gas pimienta.Ethan Swope (AP)
Un hombre lastimado es atendido al interior del campamento pro-Palestina, el martes cerca de la medianoche.Ethan Swope (AP)
Luego de los altercados durante la noche, docenas de policías permanecieron en el campus durante el día.CAROLINE BREHMAN (EFE)
Estudiantes, miembros de la facultad y ciudadanos muestran su apoyo a Palestina, en el contexto del conflicto en la franja de Gaza, este miércoles 1 de mayo.CAROLINE BREHMAN (EFE)
Un manifestante observa el campamento, este miércoles por la tarde. Las autoridades universitarias han avisado a lo largo del día a sus habitantes que aquellos que no desalojen podrán ser arrestados por la policía.Ethan Swope (AP)
La policía aguarda para entrar al campamento y desalojarlo por la fuerza, en el campus de la UCLA, al caer la noche del 1 de mayo.Mike Blake (REUTERS)
Los manifestantes se reúnen al interior del campamento pro Palestina, este 1 de mayo por la tarde.David Swanson (REUTERS)
Unos estudiantes construyen una barricada en las puertas de un edificio de la universidad, antes de la entrada de los policías al campamento.Jae C. Hong (AP)

Mientras, al menos 20 personas comparecieron ante un tribunal de Nueva York durante la noche, del total de 282 detenidas en la Universidad de Columbia y en el City College de Nueva York (CUNY, universidad pública) en el desalojo de sus respectivos campus. Según el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), que intervino en la noche del martes a petición de la rectora de Columbia, casi la mitad de los arrestados (134) no tienen relación con las universidades, lo que abonaría las denuncias de las instituciones y hasta del propio alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, sobre la participación de personas ajenas a los campus. Uno de los detenidos, un hombre de 40 años que permanecía en el edificio ocupado por los manifestantes en Columbia, ha sido imputado por arrebatar a un joven una bandera israelí durante una protesta de signo contrario.

Los campamentos se mantienen en más de 40 universidades de todo el país, a pesar del desalojo del que fuera su epicentro, Columbia ―al que se suma ahora el de la UCLA―, así como de las detenciones generalizadas y las amenazas de suspensión o expulsión académica que arrostran los estudiantes. Sus principales reivindicaciones son, además del alto el fuego en Gaza —un reclamo insistente desde que empezó la guerra tras el ataque de Hamás el 7 de octubre—, que las universidades retiren sus inversiones de empresas vinculadas a Israel y la completa transparencia de su cartera de inversiones y, en el caso de Columbia —donde la policía desalojó un primer campamento el 18 de abril, prendiendo la mecha de la movilización nacional—, la readmisión inmediata del centenar de detenidos entonces.

Algunos alumnos de Columbia recibieron entonces una carta de la administración en la que se les declaraba “persona non grata” debido a su “comportamiento alarmante y preocupante”. Mediante la misiva, la universidad recordaba a los destinatarios que, si eran “hallados dentro del recinto propiedad de Columbia sin la debida autorización [que debía ser solicitada al menos tres días hábiles antes], serán considerados unos intrusos y sujetos a inmediato arresto”.

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