Ucrania intensifica sus ataques contra objetivos rusos lejos de sus fronteras
Dos drones han golpeado este martes una base aérea en Rusia y el domingo fue saboteada una corbeta en Kaliningrado, en el mar Báltico
Las fuerzas especiales ucranias están elevando la presión sobre infraestructuras militares y estratégicas rusas lejos del frente de guerra. Los ataques con drones bomba son desde 2023 el pan de cada día en territorio ruso, pero desde el mes de marzo, los bombardeos han entrado en una nueva fase de intensidad y extensión geográfica. Dos drones han impactado este martes contra una base aérea en la provincia rusa de Vorónezh...
Las fuerzas especiales ucranias están elevando la presión sobre infraestructuras militares y estratégicas rusas lejos del frente de guerra. Los ataques con drones bomba son desde 2023 el pan de cada día en territorio ruso, pero desde el mes de marzo, los bombardeos han entrado en una nueva fase de intensidad y extensión geográfica. Dos drones han impactado este martes contra una base aérea en la provincia rusa de Vorónezh y el domingo, en Kaliningrado, fue saboteada una corbeta lanzamisiles.
La acción en Kaliningrado fue confirmada este lunes por los Servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR). En un comunicado a través de sus redes sociales, el GUR mostró un plano de la corbeta Serpujov y un vídeo corto en el que se identifica el inicio de un incendio dentro de la embarcación. El GUR asegura que destruyó los sistemas de comunicaciones de la Serpujov. Se trata de la primera acción ucrania en Kaliningrado, región rusa desde el final de la II Guerra Mundial y separada del resto del país, ubicada entre Lituania y Polonia. Estas operaciones lejos de las fronteras ucranias son responsabilidad del GUR y de los Servicios de Seguridad del Ministerio del Interior (SSU).
En lo que va de 2024 ya se contabilizan 17 acciones contra la industria petrolera rusa, sobre todo, contra refinerías
No es el primer golpe ucranio en el Báltico. Una terminal petrolera fue atacada con un dron bomba en enero en San Petersburgo, a 1.250 kilómetros de la frontera ucrania. Fue la primera acción de la campaña que el GUR y el SSU están llevando a cabo este año contra la industria petrolera rusa. El último ataque se produjo el 6 de abril, cuando una explosión dañó un oleoducto en la provincia rusa de Rostov que transporta petróleo al mar de Azov. El GUR informó sobre una explosión, mostrando un vídeo, pero no indicó con qué armamento realizó la misión. En lo que va de 2024 ya se contabilizan 17 acciones contra la industria petrolera rusa, sobre todo, contra refinerías.
También en la provincia de Rostov, los servicios de inteligencia ucranios afirmaron el 5 de abril haber destruido seis aviones militares en la base aérea de Morozovsk con un bombardeo mediante drones. Analistas independientes han descartado, a partir de imágenes satélite, que los daños causados fueran relevantes. Las autoridades rusas confirmaron que hubo ocho heridos, pero no revelaron qué desperfectos sufrió el aeródromo.
Estados Unidos ha insistido este marzo y abril en que no respalda la ofensiva ucrania en suelo ruso. Washington ha advertido a Kiev de que debe detener la campaña contra el sector petrolero ruso, por miedo a que cause una escalada de precios global en el mercado de la energía. Los servicios de inteligencia británicos han estimado que Rusia ha perdido por lo menos un 10% de la capacidad de producción de combustible. Fuentes de la OTAN indicaron el 4 de abril que la cifra probablemente se acercaba al 15%. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha reconocido el malestar estadounidense, pero ha reiterado que su país tiene derecho a utilizar su armamento para castigar al invasor en su territorio, de la misma manera que Rusia está bombardeando periódicamente el sistema energético ucranio.
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