La UE pide a la sociedad prepararse para afrontar “todos los peligros” y un “panorama de amenazas cambiante”
Los líderes debaten en una cumbre en Bruselas la emisión de eurobonos para financiar el rearme ante la agresión de Rusia a Ucrania
Los ecos sobre las amenazas que afronta la Unión Europea son cada vez más sonoros. Ahora, cuando las tropas rusas proyectan otra gran ofensiva sobre Ucrania, los líderes de la Unión llaman a preparar a la sociedad para afrontar “todos los peligros” y crisis. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros de la UE debaten en una reunión en Bruselas cómo financiar el rearme europeo —sobre la mesa está una propuesta estonia de emitir eurobonos— y las fórmulas para poner en ...
Los ecos sobre las amenazas que afronta la Unión Europea son cada vez más sonoros. Ahora, cuando las tropas rusas proyectan otra gran ofensiva sobre Ucrania, los líderes de la Unión llaman a preparar a la sociedad para afrontar “todos los peligros” y crisis. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros de la UE debaten en una reunión en Bruselas cómo financiar el rearme europeo —sobre la mesa está una propuesta estonia de emitir eurobonos— y las fórmulas para poner en marcha ese refuerzo militar e impulsar la industria de defensa, que sigue la senda de una metamorfosis marcada por la invasión rusa, por las amenazas de Vladímir Putin al club comunitario y por un tablero global convulso. La guerra va más allá del lanzamiento de misiles y la sociedad debe ser consciente, advierten en un cambio de lenguaje claro. Los riesgos no están solo en los peligros militares, sino que abarcan una dimensión más amplia, como las crisis de salud pública, como ha reclamado España. Hablar de la preparación de la sociedad civil marca un cambio de patrón en la UE.
“El Consejo Europeo subraya la necesidad imperativa de mejorar y coordinar la preparación militar y civil y la gestión estratégica de crisis en el contexto del cambiante panorama de amenazas”, dicen los líderes en la declaración de la cumbre de este jueves y viernes en la capital comunitaria.
“Debemos lanzar un mensaje contundente a Rusia”, ha lanzado el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. “Necesitamos fortalecer nuestra capacidad de disuasión, reforzar la industria de la defensa y articular una estrategia europea de la defensa”, ha comentado al llegar a la cumbre de Bruselas. “La seguridad es un bien público europeo. Europa es un proyecto de paz y para garantizar esa paz necesitamos aumentar nuestra capacidad de disuasión, para que no haya tentaciones por parte de regímenes autoritarios como el de [Vladímir] Putin que pongan en cuestión ese espacio de libertades y democracia que representa Europa”, ha añadido el jefe del Ejecutivo español en un claro cambio de tono.
No obstante, España, como otros países geográficamente lejanos a Rusia, discrepa del uso del concepto más belicista de que la UE debe pasar a una “economía de guerra” —que ha lanzado, entre otros, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel— y también de la escala de ese esfuerzo económico para defensa, y aboga por dedicar fondos no tanto para un rearme como tal sino más a investigación y desarrollo y ciberseguridad. De hecho, Sánchez ha reclamado no vincular la preparación de la sociedad civil para las amenazas solo a elementos militares, en una lección aprendida de la pandemia de covid-19.
Avanza el tercer año de la invasión rusa de Ucrania y cunde la inquietud ante la posibilidad de que Estados Unidos deje de sostener a Kiev, de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca y que con él flaquee la protección de Washington a sus aliados europeos. En ese escenario, los Veintisiete llaman a proponer “acciones para reforzar la preparación y la respuesta a las crisis” con un enfoque que incluya a toda la sociedad y “todos los peligros”. Los líderes de la UE buscan sentar las bases de una “futura estrategia de preparación”, según el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Informe sobre cómo prepararse
El olor a Guerra Fría es cada vez más intenso. La Comisión Europea ha encargado al expresidente de Finlandia Sauli Niinisto un informe sobre cómo mejorar la preparación civil y de defensa de Europa. Su país, que comparte más de 1.000 kilómetros de frontera con Rusia, tiene cimentada una estrategia de defensa civil desde hace décadas que incluye la preparación para crisis militares, amenazas híbridas y desastres naturales.
La UE, consciente de su vulnerabilidad, teme ciberataques que paralicen los servicios, agresiones a infraestructuras civiles —como instalaciones energéticas o cables de telecomunicaciones—y campañas masivas de desinformación. Los servicios de inteligencia de Alemania han advertido de que Rusia puede atacar a un país de la UE en 2026; una advertencia similar —aunque con distintos escenarios temporales— que también han hecho Suecia, Estonia o Dinamarca, donde se empezará a llamar a mujeres al servicio militar. Otros países, como Bélgica, se plantean volver al sistema de reservistas.
La UE avanza en su rearme y apuntala una nueva estrategia para financiar su industria de defensa, que había descuidado desde hace años. Pero en un contexto de presupuestos ajustados, debate cómo pagar el mayor rearme del continente desde la Guerra Fría. Los líderes han acordado explorar “todas ls opciones de financiación”. Estonia ha propuesto emitir eurobonos conjuntos —100.000 millones de euros— para apoyar a Ucrania y la industria de defensa. Esta propuesta de endeudamiento conjunto cuenta con el respaldo de Francia, en términos más genéricos y vinculados a la industria de defensa, y de Polonia. Pero de momento la rechazan Alemania, Países Bajos o Dinamarca.
También el presidente del Consejo Europeo ha abrazado la idea de los eurobonos lanzada por Estonia y respaldada por Francia. “Otra manera eficiente de reforzar nuestra base tecnológica, industrial y de innovación puede ser la emisión de obligaciones europeas en el ámbito de la defensa con el fin de recaudar fondos para comprar material o invertir en nuestra industria”, planteó en un artículo en este diario. Pero la propuesta de los eurobonos no está madura, incide una alta fuente comunitaria. “Tenemos un problema de financiación de la industria de defensa”, ha señalado la primera ministra Estonia, Kaja Kallas. “Hemos propuesto los eurobonos, pero si eso no funciona propondremos otra cosa”, ha remarcado.
Hay otras fórmulas sobre la mesa, como cambiar la política crediticia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para permitir financiar empresas de armamento, aunque de momento los líderes plantean más bien ampliar la definición de bienes de doble uso —militar y civil, como drones, radares y ciertos materiales— para agrandar el espectro de financiación. O usar para armar a Ucrania los beneficios que están generando los activos rusos inmovilizados por las sanciones en la UE y que podrían suponer unos 3.000 millones de euros. Se estima que Rusia gastará el 6% de su PIB en defensa este año, mientras que el gasto medio en la UE sigue situándose por debajo del objetivo fijado por la OTAN del 2% del PIB. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha reclamado este jueves el uso de esos beneficios caídos del cielo. “Rusia debe sentir el coste real de la guerra y la necesidad de una paz justa”, ha dicho el líder ucranio en una videoconferencia ante los líderes de la UE.
La UE ha prometido mantener el apoyo a Ucrania, aunque cada vez es más complicado dar pasos históricos en ese sostén. La guerra se alarga y la futura ampliación hacia el este, con Kiev como candidato, ya ha causado algunas fricciones en los países vecinos, como Polonia. Allí, los agricultores protestan desde hace meses por los productos ucranios que entran sin arancel en la UE desde el inicio de la invasión. Aseguran que les están perjudicando. Los Veintisiete también tratarán las protestas agrícolas, que han marcado la agenda en varios Estados miembros, y las medidas de protección del mercado europeo. Polonia y Francia reclaman poner más restricciones a más productos ucranios —hace meses se impusieron salvaguardas a un grupo de productos hacia los países vecinos— que podrían suponer una pérdida de unos 1.200 millones de euros para Ucrania. Alemania en cambio ha advertido de las consecuencias de esas restricciones y sobre cualquier paso que pueda dañar a Ucrania.
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