Inmigración y cambio climático: las preocupaciones que más movilizan a los europeos
De cara a las elecciones a la Eurocámara, los electores ya no solo votan por ideología, sino por los asuntos que más les inquietan, según un estudio
La lucha entre el nacionalpopulismo y el europeísmo fue la piedra angular de las elecciones al Parlamento Europeo en 2019, con el Brexit y el triunfo de Donald Trump en EE UU como antesala. Cuatro años después, a seis meses de los comicios para elegir la Eurocámara, los votantes ya no solo se movilizan por su ideología ni por su sentimiento hacia la Unión Europea, sino por sus preocupaciones. En concreto, los ciudadanos votarán en función de cinco cuestiones: la inmigración, el cambio climático, la crisis econó...
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La lucha entre el nacionalpopulismo y el europeísmo fue la piedra angular de las elecciones al Parlamento Europeo en 2019, con el Brexit y el triunfo de Donald Trump en EE UU como antesala. Cuatro años después, a seis meses de los comicios para elegir la Eurocámara, los votantes ya no solo se movilizan por su ideología ni por su sentimiento hacia la Unión Europea, sino por sus preocupaciones. En concreto, los ciudadanos votarán en función de cinco cuestiones: la inmigración, el cambio climático, la crisis económica, la guerra en Ucrania y la covid-19.
Así lo revela un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), basado en una encuesta a más de 15.000 personas en nueve países de la UE, además de Reino Unido y Suiza. Según este sondeo, países como España y Rumanía consideran que la pandemia de la covid-19 es el asunto que más ha cambiado su manera de ver el futuro, mientras que para Francia y Dinamarca, el cambio climático es el de mayor impacto. Alemania, por su parte, es el único país de la UE en el que la inmigración es el tema que más preocupa a la ciudadanía.
Según la investigación, liderada por los politólogos Ivan Krastev y Mark Leonard, los principales temas ―“tribus” las denomina el estudio en referencia a los votantes que se ven interesados por esa categoría―, que definirán las elecciones al Parlamento Europeo, previstas a celebrarse a inicios de junio, serán la inmigración y el cambio climático. El precedente más reciente que sugiere esta tendencia son los comicios generales de Países Bajos, que dieron la victoria al Partido por la Libertad (PVV), de Geert Wilders, con su discurso antiinmigración e islamófobo. El segundo lugar lo obtuvo la coalición de socialdemócratas y ecologistas, liderada por Frans Timmermans, exvicepresidente de la Comisión Europea.
“La tribu del clima es la más favorable a la UE. La naturaleza de la crisis climática exige una amplia cooperación internacional. Por su parte, los miembros de la tribu de la migración tienden a ser más escépticos respecto a la UE y son más propensos a votar a partidos de derechas o de extrema derecha. Muchos de ellos dicen preferir un líder que defienda la independencia de su país antes que uno que participe en la cooperación internacional”, argumentan los autores. Durante la campaña europea, continúan, “veremos dos rebeliones contra la extinción: una que teme la extinción de la vida humana y otra que teme la desaparición de su nación e identidad cultural”.
Alemania, gobernada por una coalición de socialistas, ecologistas y liberales, ve a la inmigración como su mayor preocupación. No es insólito entonces, según el estudio, que la formación de ultraderecha Alternativa para Alemania, que llegó a planear con neonazis la expulsión de millones de migrantes, sea segunda en intención de voto, solo detrás de la democristiana CDU.
Sin embargo, el partido del canciller socialdemócrata Olaf Scholz se encuentra entre las primeras 10 formaciones de la UE que más apoyo tienen entre los que se preocupan por la inmigración. Lidera esa lista la formación francesa de ultraderecha Reconquista, de Éric Zemmour, aunque en su país es Reagrupamiento Nacional (RN), de Marine Le Pen, la que más rédito obtiene del asunto. Mientras, en España se encuentra Vox, con menor relevancia, y en Italia, Hermanos de Italia, al frente del Gobierno.
Los datos del ECFR demuestran que la preocupación por la inmigración resuena entre los electores europeos de mayor edad: el 16% de los mayores de 70 años la consideran el principal problema, frente a solo el 9 % del grupo de 18 a 29 años. Los veteranos también son más euroescépticos: cinco de cada 10 cree que la UE se desmoronará en las próximas dos décadas.
Ni izquierda ni derecha
En el polo opuesto, los más alarmados por el cambio climático tienden a votar a la izquierda virtualmente en todos los países. Destacan los ecologistas Partido Verde en Francia y en Alemania, así como la Francia Insumisa y el Partido Socialista de Francia. En España, el PSOE adelanta a Sumar en los apoyos de la “tribu” del cambio climático, conformada principalmente por los jóvenes. Un 24 % del grupo entre 18 y 29 años considera que el cambio climático es el problema más importante, por delante de la crisis económica mundial (22 %) y la pandemia de la covid-19 (19 %).
“La división entre izquierda y derecha es menos útil que antes para predecir el comportamiento electoral, entre otras cosas porque, en numerosos países, los partidos de ambos lados del espectro político convergen en muchas cuestiones clave, desde la inmigración al gasto social”, explican los autores sobre este fenómeno. El caso se repite también en Dinamarca, donde gobiernan los socialdemócratas con mano dura para los migrantes y con una de las políticas de asilo más restrictivas de toda la Unión Europea. O en Francia con Emmanuel Macron, al frente del centrista Renacimiento, que recientemente ha aprobado una ley migratoria que salió adelante con los votos de la extrema derecha de Le Pen y que provocó una crisis de Gobierno.
Impacto geográfico
El estudio precisa que las preocupaciones no se confinan a las fronteras nacionales, sino que se reparten en mayor o menor medida en todos los países de la UE. Sin embargo, la geografía sí afecta al alcance de las mismas. Los ciudadanos italianos y portugueses, entre los más afectados por la crisis de 2008 y su resaca, señalan a las turbulencias económicas mundiales como la principal cuestión que ha cambiado su forma de pensar sobre el futuro. El caso se replica en España o Rumania, donde es el segundo asunto que más inquieta.
Por su parte, la guerra de Rusia en Ucrania, que cumplirá dos años a finales de febrero, ya está dejando de ser una prioridad para los ciudadanos de múltiples países. En Francia, Italia y España, apenas el 7% cree que es un asunto de preocupación. La respuesta de estos países ―al Oeste― contrasta por completo con la respuesta de otros ubicados en el flanco oriental como Estonia, Polonia o Dinamarca. El impacto del conflicto, según el estudio, “parece estar dejando de ser una crisis existencial para toda Europa para convertirse en una crisis exclusiva de Kiev y sus vecinos inmediatos”.
Los próximos meses serán determinantes, ante la advertencia de las fuerzas proeuropeas en la Eurocámara ante el notable avance de la ultraderecha en todo el continente de cara a los comicios de junio. Los pronósticos de diciembre dan al euroescéptico grupo ID (Identidad y Democracia, donde se incluyen Reagrupamiento Nacional o AfD) la tercera posición en el Parlamento, solo por detrás de populares y socialdemócratas, mientras que liberales y verdes perderían parte de sus escaños.
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