El trumpista Jim Jordan avisa de que el Congreso de EE UU no podrá aprobar ayuda a Israel sin ‘speaker’

El candidato a presidir la Cámara de Representantes se niega a retirarse tras dos derrotas y seguirá presentándose a nuevas rondas

El congresista Jim Jordan, durante la rueda de prensa de este viernes en el Capitolio.JONATHAN ERNST (REUTERS)

La Cámara de Representantes de Estados Unidos es incapaz de elegir a un nuevo presidente 17 días después de destituir a Kevin McCarthy, lo que la mantiene paralizada. El candidato trumpista, Jim Jordan, ha dado una corta rueda de prensa este viernes a primera hora en el Capitolio de Washington en la que ha urgido a sus compañeros a elegirle. Jordan ha advertido de que el Congreso no puede aprobar la ayuda a Ucrania e Israel que planea ...

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La Cámara de Representantes de Estados Unidos es incapaz de elegir a un nuevo presidente 17 días después de destituir a Kevin McCarthy, lo que la mantiene paralizada. El candidato trumpista, Jim Jordan, ha dado una corta rueda de prensa este viernes a primera hora en el Capitolio de Washington en la que ha urgido a sus compañeros a elegirle. Jordan ha advertido de que el Congreso no puede aprobar la ayuda a Ucrania e Israel que planea pedir el presidente Joe Biden ni tampoco las leyes para evitar un cierre parcial de la Administración sin elegir antes a un nuevo speaker.

Jordan ha comparecido en mangas de camisa, como acostumbra. Ha empezado su intervención con una perorata sobre cómo Estados Unidos progresó desde el primer vuelo de los hermanos Wright hasta la llegada a la Luna. En su intervención ha dejado claro que no contempla la solución de dar poderes al presidente interino de la Cámara, Patrick McHenry, sino que piensa someterse a las votaciones que sean precisas hasta resultar elegido. “Ha habido múltiples rondas de votaciones para presidente antes. Todos lo sabemos. Solo sé que necesitamos un speaker lo antes posible para poder trabajar para el pueblo americano”, ha indicado.

Los republicanos querían evitar el espectáculo de enero pasado, cuando hicieron falta 15 votaciones para elegir a Kevin McCarthy ante la resistencia del ala dura del partido. Organizaron una votación dentro del grupo parlamentario en la que el ganador fue Steve Scalise. El extremista Jordan, cofundador del Freedom Caucus (Grupo de la Libertad), que agrupa a los más radicales del partido, quedó segundo. Sin embargo, se negó a cerrar filas y pedir el apoyo a su rival tras resultar derrotado, como es lo habitual en esos procesos. Los republicanos del ala dura dejaron claro que impedirían el nombramiento de Scalise, que tiró la toalla antes incluso de someterse al pleno.

Jordan tomó el relevo, pero ahora un grupo de republicanos moderados le paga con su misma moneda. Perdió una votación en el pleno de la Cámara de Representantes el martes y otra el miércoles. El jueves, prefirió evitar una tercera derrota. Jordan y sus partidarios esperaban que los moderados diesen su brazo a torcer, pero las presiones ejercidas sobre ellos han resultado contraproducentes y han decidido plantarse. El ambiente en el grupo republicano es de un enfrentamiento abierto y algunos de los congresistas disidentes han denunciado llamadas amenazantes contra ellos y sus familiares.

En la primera votación, le dieron la espalda 20 republicanos y en la segunda, fueron 22 los que le negaron el voto. El jueves en el Capitolio se señalaba que si se votaba por tercera vez la candidatura de Jordan, podría haber aún más deserciones en sus filas. Jordan se ha estado reuniendo con los republicanos que le han negado el apoyo para volver a intentarlo y para este viernes está prevista una nueva votación. “Sigo siendo candidato a la presidencia de la Cámara de Representantes y pienso ir al hemiciclo, conseguir los votos y ganar esta elección”, ha dicho Jordan.

“Tenemos un trabajo importante que hacer”, ha dicho en su rueda de prensa. “Tenemos que ayudar a Israel. Tenemos que poner en marcha el proceso de presupuestos para que los elementos clave de nuestro gobierno se financien y se financien de la manera correcta, en particular nuestras fuerzas armadas. Tenemos que volver al trabajo de nuestros comités. Y, francamente, tenemos que continuar el trabajo de supervisión que creo que es tan importante. En resumen, tenemos que ponernos a trabajar para el pueblo estadounidense. Necesitamos hacer lo que le dijimos que íbamos a hacer cuando nos eligieron y nos pusieron en el cargo y, francamente, no podemos hacerlo si la Cámara no está abierta. Y no podemos abrir la casa hasta que tengamos speaker”, ha argumentado.

La Cámara de Representantes se encuentra paralizada en un momento clave para la política exterior y la interior. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planea pedir al Congreso un paquete de unos 100.000 millones de dólares para ayuda a Israel, Ucrania y Taiwán y para la frontera con México que necesita la aprobación del Senado, de mayoría demócrata, y de la Cámara, bajo control republicano, donde puede encontrar mayores resistencias.

En el frente interno, el Congreso no ha aprobado aún ninguna de las 12 leyes presupuestarias que sirven para financiar la actividad del Gobierno. La prórroga presupuestaria acordada en el último momento hace unas semanas expira el 17 de noviembre. Parra entonces será necesario que estén aprobadas las leyes (lo que no parece fácil, pues son complejas y requieren una tramitación larga) o que se acuerde una nueva prórroga.

Ante el bloqueo en la elección de speaker, republicanos y demócratas moderados mantenían conversaciones para reconocer al presidente interino, Patrick McHenry, los poderes para gobernar la Cámara de forma temporal, lo que habría permitido retomar la actividad legislativa. Jordan avaló esa propuesta este jueves por la mañana, pero dio marcha atrás horas después ante el rechazo a esa solución por parte del ala dura de su partido, que interpretaban que implicaba entregar a los demócratas el control de la Cámara.

McHenry es una persona de la confianza de Kevin McCarthy, el presidente destituido. A raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, el Congreso decidió que hacía falta un mecanismo de sucesión que evitase un vacío de poder en un momento de crisis. Desde entonces, los presidentes de la Cámara de Representantes entregan una lista al secretario de la Cámara con los designados para ocupar el puesto en caso de quedar vacante, como ocurrió tras la destitución de McCarthy. McHenry era el primero de esa lista.

Hasta ahora nunca había sido necesario recurrir a esa solución y hay diferentes interpretaciones sobre los poderes que tiene el presidente interino. Cuando comienza la legislatura, la elección del speaker es la primera prioridad, antes incluso de que los representantes juren su cargo y no se puede aprobar ninguna ley ni iniciativa hasta que se elige al líder de la Cámara. Para este supuesto, no hay precedentes y sí diversas interpretaciones jurídicas: desde los que creen que la actividad queda bloqueada como al comienzo de la legislatura a quienes sostienen que, aunque temporal, el presidente interino puede ejercer sus poderes. Para evitar dudas, la Cámara se planteaba habilitarle expresamente.

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