Flamenco y cena andalusí con dos estrellas en la Alhambra: la agenda paralela de la cumbre de Granada
La cita se celebra entre medidas de seguridad extremas, con un operativo de más de 9.000 personas y misiles tierra-aire desplegados alrededor de la ciudad andaluza
A las 11.12 minutos, justo en el mismo momento en que Volodímir Zelenski descendía en la puerta del Palacio de Congresos de Granada de un Mercedes SUV blindado rodeado de miembros de los GEO, uniformados de camuflaje urbano y fuertemente armados, se iniciaba la cumbre paralela diseñada por la Presidencia del Gobierno para los y las acompañantes de los 50 mandatarios asistentes a la reunión de la Comunidad Política Euro...
A las 11.12 minutos, justo en el mismo momento en que Volodímir Zelenski descendía en la puerta del Palacio de Congresos de Granada de un Mercedes SUV blindado rodeado de miembros de los GEO, uniformados de camuflaje urbano y fuertemente armados, se iniciaba la cumbre paralela diseñada por la Presidencia del Gobierno para los y las acompañantes de los 50 mandatarios asistentes a la reunión de la Comunidad Política Europea. Si la agenda política de esta reunión (y el Consejo Europeo informal de este viernes) ha sido calculada hasta el mínimo detalle en sus aspectos organizativos y logísticos durante más de un año por la oficina de coordinación para la presidencia española de la Unión Europea —dependiente de la Presidencia del Gobierno y que encabeza la diplomática Aurora Mejía— y su contendido diplomático por el Ministerio de Asuntos Exteriores —su titular, José Manuel Albares es presidente del comité organizador—, le ha tocado a la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno la construcción de un programa de actividades. Según su responsable desde marzo, Judith González Pedraz, tiene un espíritu inclusivo, de género y orientado principalmente a la muestra de la diversidad e integración cultural de Granada a lo largo de los siglos.
La agenda bis de la cumbre cuenta con elementos gastronómicos —uno de los aspectos que más se han cuidado en la presidencia española, donde en cada reunión informal de ministros de la UE, desde Sevilla a Vigo o Gran Canaria, se han puesto en valor los platos de los cocineros con estrella Michelin de cada comunidad por deseo de Pedro Sánchez— y de artes escénicas (habrá un espectáculo de cante flamenco con raíces granadinas a cargo de Marina Heredia y otro de zambra, palo flamenco que remite a las danzas moriscas). También, actividades culturales —con la charla debate en inglés con el filólogo granadino Alberto Egea sobre las primeras viajeras europeas en España en los siglos XVIII y XIX— y otras meramente turísticas, como un recorrido por el barrio del Albaicín, la visita al Carmen de los Mártires y sus jardines, la Alhambra o los miradores que la rodean. Y combinando cultura, tradición y diversidad, una visita a la Madraza de Granada, fundada en el siglo XIV, la primera universidad de al-Ándalus, en la que se mezclaba el saber científico y literario de la época.
Entre el desinterés general de los granadinos, llegaban al acorazado Palacio de Congresos la primera ministra italiana, Giorgia Meloni (traje de un blanco inmaculado y zapatos de altísimo tacón), y el presidente francés, Emmanuel Macron, traje de tres piezas gris perla, con el general Fabien Mandon, jefe del Estado mayor presidencial, cargando con sus numerosos bultos. El servicio de acreditaciones de las cumbres confirmaba a EL PAÍS que se habían registrado más de 2.000 periodistas y 5.000 asistentes, de los que 600 formaban parte del séquito de los mandatarios. Una prueba de fuego para los servicios de seguridad españoles nunca vista desde la cumbre de la OTAN en junio de 2022 en Madrid, a la que asistió Joe Biden. En esta, además de los cerca de 50 mandatarios, la presencia de Zelenski añade un problema más de seguridad, hasta el punto de que, en torno a la ciudad, se han desplegado misiles tierra-aire del Ejército de Tierra, además de drones y sistemas antidrones del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.
Este miércoles, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, puso en marcha el Centro de Coordinación (Cecor) instalado en un extremo del Palacio de Congresos, una sala diáfana cubierta de pantallas, donde una treintena de operadores del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, la Policía Local, el Ejército del Aire, Protección Civil, AENA y los distintos equipos de emergencia dirigen todo un operativo en el que están integradas hasta 9.000 personas, de las que más de 5.000 son miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Bajo la dirección del comisario José Antonio Rodríguez, director general de Coordinación y Estudios del Ministerio del Interior (en el centro de la sala, discreto, con corbata y sin chaqueta), aquí se recibe toda la información de todas las fuentes de inteligencia, se recogen imágenes en tiempo real de las cámaras y medios aéreos y de las señales GPS de los vehículos de cada mandatario. Según fuentes de Interior, “el 30 de septiembre se inició la fase de alerta con el despliegue de un plan específico de seguridad, y el 3 de octubre la fase crítica”.
La protección de los mandatarios y sus acompañantes corre a cargo de forma directa de los hombres y las mujeres de la Unidad de Protección de Autoridades del Cuerpo Nacional de Policía, vestidos de traje oscuro. La comisaria principal, María Marcos Salvador, directora general de seguridad de Presidencia del Gobierno ―la superpolicía encargada del presidente, su familia, y de las personas e instalaciones que decida el director del Gabinete de La Moncloa, Óscar López―, explica cómo, al ser invitados del presidente, esas personas están bajo el paraguas de seguridad de La Moncloa, que ha diseñado sus recorridos, así como el diseño de seguridad de los lugares que van a visitar los y las acompañantes de los y las mandatarias. En la Alhambra, donde los Reyes darán la bienvenida a los jefes de Estado y de Gobierno, la dirección de la seguridad se compartirá entre el Departamento de Seguridad de La Moncloa y el de la Casa de su Majestad el Rey, que dirige el general de la Guardia Civil Miguel Ángel Herráiz.
La cumbre paralela, con degustación de recetas de tradición culinaria andalusí a cargo de los chefs Paco Morales, Fernando Arjona y Javier Feixas, culminó con la caravana de mandatarios en la Alhambra, para una visita privada al conjunto. Después, el espectáculo flamenco de Marina Heredia, desde donde irán al Parador de Granada para una cena de gala. El chef elegido es Morales, del restaurante cordobés Noor, especializado en la recuperación de las especialidades de al-Ándalus. Como regalo para los invitados, un fular diseñado para la presidencia española. El mismo para todos. “El presidente no quería que hubiera corbatas para ellos y pañuelos para ellas, le parecía muy antiguo”, explica una fuente de la organización.
Las autoridades asistentes a la cumbre, para que la digestión les permitiera seguir trabajando por la tarde, comieron a mediodía tapas —otra de las señas de identidad de la ciudad―. Entre los platillos que se sirvieron, el remojón granadino (una ensalada a base de naranja y bacalao), gamba blanca de Motril y el cordero segureño típico de la zona. El menú fue acompañado de vinos andaluces. De postre, tocino de cielo.
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