Ecuador acude a las urnas entre el miedo y la incertidumbre

13 millones de ecuatorianos votarán este domingo en una primera vuelta marcada por el asesinato de uno de los candidatos presidenciales durante la campaña

Soldados descargan paquetes electorales en un centro de votación en Quito, Ecuador, el 19 de agosto de 2023.Vídeo: EPV

Hasta hace tres meses nadie contaba con unas elecciones generales en Ecuador este año. La convocatoria anticipada que anunció el presidente Guillermo Lasso en mayo tomó por sorpresa a todo el país, una sensación que no ha dejado de crecer con el paso de las semanas. Este domingo, 13 millones de ecuatorianos votarán en una primera vuelta marcada por el asesinato de uno de los candidatos presidenciales durante la campaña y la incertidumbre. Con un gran número de indecisos...

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Hasta hace tres meses nadie contaba con unas elecciones generales en Ecuador este año. La convocatoria anticipada que anunció el presidente Guillermo Lasso en mayo tomó por sorpresa a todo el país, una sensación que no ha dejado de crecer con el paso de las semanas. Este domingo, 13 millones de ecuatorianos votarán en una primera vuelta marcada por el asesinato de uno de los candidatos presidenciales durante la campaña y la incertidumbre. Con un gran número de indecisos, el resultado es difícil de predecir, aunque lo más probable es que el próximo presidente se decida en una segunda vuelta que se celebraría el próximo 15 de octubre. Para no perderse en esta jornada electoral atípica, estos son algunos puntos clave que definirán la elección.

El asesinato de Villavicencio

La grave crisis de seguridad que atraviesa Ecuador mostró su mayor potencial en esta campaña electoral. El asesinato del candidato Fernando Villavicencio, a la salida de un mitin en Quito, la capital, congeló a todo el país. Si ni siquiera un aspirante presidencial estaba a salvo, ¿quién lo está? Villavicencio basaba su programa en la lucha frontal contra la corrupción y el narcotráfico y había denunciado públicamente amenazas en su contra del crimen organizado, pero nada evitó que unos sicarios tirotearan su coche a 10 días de las elecciones. Las autoridades detuvieron a seis colombianos relacionados con el ataque, aunque la investigación aún no ha arrojado certezas sobre su muerte. Tampoco se trata del primer asesinato de un político, el pasado 23 de julio fue asesinado el recién elegido alcalde de Manta, la tercera ciudad más grande del país.

Un hombre enciende una vela alrededor de una foto del candidato asesinado Fernando Villavicencio. Foto: AP Photo/Dolores Ochoa | Vídeo: EPV


Las encuestas

Un día antes del magnicidio, se publicaron las últimas encuestas, por lo que es imposible predecir si el asesinato ha podido mover la intención de voto. Hasta entonces, todos los sondeos situaban en cabeza a la candidata del correísmo Luisa González, aunque lejos de una victoria en primera vuelta. Las dudas se multiplicaban sobre el segundo aspirante a jugarse la Presidencia en octubre. Las encuestas oficiosas que mueven los partidos bajo cuerda estos días, en los que la ley impide su publicación, colocan más cerca del segundo puesto a Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Lenín Moreno (2017-2021), y a Jan Topic, el llamado Bukele ecuatoriano. Los dos apuestan por políticas de mano dura, al estilo del presidente salvadoreño, para acabar con el crimen organizado y la inseguridad, que ya es la mayor preocupación de los ecuatorianos.

El poder de los indecisos

Cualquier candidato podría dar la sorpresa, como el indigenista Yaku Pérez o Daniel Noboa, de 35 años e hijo del empresario y cinco veces candidato a la presidencia Álvaro Noboa. Las últimas mediciones contaban con hasta un 40% de indecisos, con capacidad suficiente para hacer que pase cualquier cosa en los resultados. ¿Existirá un efecto Villavicencio? El candidato asesinado no tenía muchas opciones de pasar a segunda vuelta, pero puede que con su muerte se hayan movido votos hacia su movimiento, que ahora lidera su amigo y periodista, Christian Zurita. En la papeleta de este domingo seguirá apareciendo el nombre y la cara de Villavicencio.

La posible vuelta del correísmo

Seguidores de Luisa González participan durante su cierre de campaña en Quito. José Jácome (EFE)

No existe un exiliado más presente en su país que Rafael Correa en Ecuador. El expresidente vive desde 2017 en Bruselas y no ha puesto un pie en Ecuador porque sería encarcelado por la condena por cohecho en su contra, pero para los electores es como si su nombre figurara en la papeleta de este domingo. “Yo voto por Correa” es la manera que tiene la gente de decir que votará por Luisa González, la candidata del movimiento que maneja el exvicepresidente desde Bélgica. Cuando Lasso anunció la disolución de la Asamblea y la convocatoria de las elecciones anticipadas, el correísmo venía de celebrar su mayor victoria de los últimos años en las elecciones municipales y regionales. El mismo Correa reconoció que la decisión de Lasso le tomó por sorpresa porque sentía que le estaba ofreciendo el triunfo en bandeja.

Lasso, el desaparecido

El presidente le dijo a EL PAÍS el día después de su anuncio que había escogido “gobernar seis meses en el purgatorio en lugar de dos años en el infierno”. Hasta entonces, nunca en la historia de Ecuador un presidente había invocado un artículo de la Constitución que bajo el nombre de muerte cruzada permite disolver la Asamblea y adelantar las elecciones. De hecho, el próximo presidente solo gobernará hasta acabar el mandato actual, es decir, 18 meses. Lasso tomó esa decisión para evitar el juicio político al que era sometido por el Parlamento por presunta corrupción y, aunque jugó durante unas semanas con su posible candidatura, dio un paso al lado y ni siquiera su partido presentó candidato a la carrera electoral.

Inseguridad y miedo

Los ecuatorianos reconocen que tienen miedo. Nunca antes había vivido una situación de violencia como la actual, que se ha agudizado en los últimos tres años. Los sicariatos, las matanzas carcelarias, los desmembramientos y las balaceras ya son habituales en un país que hasta ahora se había considerado tranquilo. Los carteles de la droga mexicanos y colombianos han convertido Ecuador de país de tránsito a centro de operaciones, desatando una violencia que a algunos empieza a recordarles a la Colombia de los años 80. El asesinato de Villavicencio, además, conecta el crimen organizado con la política. En lo que va de 2023, se han registrado 4.574 muertes violentas, mientras que 2022 cerró con la cifra más alta en la historia, con 4.600, el doble que en 2021. Al ritmo actual, para finales de este año podría alcanzar una tasa de criminalidad de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que colocaría a Ecuador entre los países más violentos del mundo.

Soldados registran mochilas de estudiantes en Guayaquil, Ecuador.Martin Mejia (AP)

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