Trump, el candidato más acusado de la historia
Un partido sensato vería que alguien con cuatro juicios pendientes en 2024 no debería ir a las elecciones, pero los republicanos están atemorizados ante sus propios votantes
Se acaba de dar a conocer el cuarto escrito de acusación contra Donald Trump en lo que llevamos de año, formulado en esta ocasión por la Fiscalía de Atlanta tras la investigación de un gran jurado en relación con el intento de subvertir el resultado electoral de las elecciones presidenciales en Georgia en 2020.
El escrito que se ha hecho público contiene 41 cargos distintos contra 19 personas, abarcando no solo al expresidente Trump, sino tambi...
Se acaba de dar a conocer el cuarto escrito de acusación contra Donald Trump en lo que llevamos de año, formulado en esta ocasión por la Fiscalía de Atlanta tras la investigación de un gran jurado en relación con el intento de subvertir el resultado electoral de las elecciones presidenciales en Georgia en 2020.
El escrito que se ha hecho público contiene 41 cargos distintos contra 19 personas, abarcando no solo al expresidente Trump, sino también a su exjefe de gabinete Mark Meadows y a buena parte de su equipo legal, incluidos Rudy Giuliani, John Eastman y Sydney Powell.
La acusación principal la constituye la violación de la ley estatal de Georgia contra el crimen organizado, que supone en torno al 60% del texto. El resto de los cargos (por falsificación de documentos, declaraciones y escritos falsos, incitación a la violación de su juramento por funcionario público, etc) derivan del primero.
El escrito resume las actuaciones de los acusados para conseguir que la legislatura de Georgia, los funcionarios estatales encargados del escrutinio, los funcionarios del Departamento de Justicia y el vicepresidente de Estados Unidos rechazaran los resultados electorales legítimos, la creación de documentos “alternativos”, los intentos de intimidación a funcionarios y el robo de datos informáticos.
La fiscal de Atlanta recoge de manera exhaustiva, en 161 apartados distintos, todas las conductas que, a su juicio, formaron parte de la conspiración criminal para alterar los resultados electorales en Georgia. No hay grandes novedades respecto de las informaciones que se han ido publicando en los últimos dos años, pero siempre resulta chocante ver ordenado cronológicamente todo lo que el expresidente y sus coconspiradores llevaron a cabo entre noviembre de 2020 y enero de 2021 para intentar anular el recuento legítimo.
Se trató de una acción coordinada, con múltiples ramificaciones y nulo respeto por la legalidad, lo que resulta tanto más llamativo si tenemos en cuenta que buena parte de los acusados son abogados.
¿Cuál de las cuatro acusaciones tiene mayor potencial para acabar con una condena? Por lo que hemos visto hasta el momento, la acusación federal en Nueva York contra Trump por fraude en la administración de su grupo empresarial es probablemente la más endeble y la que tiene menos visos de prosperar.
Por su parte, en el caso de los documentos secretos retenidos ilícitamente por Donald Trump tras su salida de la Presidencia en su residencia de Mar-a-Lago se da una paradoja: desde el punto de vista probatorio, posiblemente sea el supuesto en el que las perspectivas del exmandatario sean más preocupantes. Sin embargo, el hecho de que la juez federal asignada al caso mostrara ya señales de su parcialidad frente al presidente que la nombró cuando se produjo la entrada y registro en la propiedad de Trump puede hacer concebir ciertas esperanzas a este de que el caso acabe en agua de borrajas.
La acusación ante un tribunal federal de Washington en relación con el intento de subversión del proceso electoral de las presidenciales de 2020 presenta la situación opuesta: el material probatorio es probablemente menos contundente que en el supuesto anterior, dado que se basa más en evidencias testificales que documentales, pero en cambio Trump ha tenido la mala fortuna de que la juez federal asignada al asunto ha juzgado ya a varios de los asaltantes al Capitolio el 6 de enero de 2021 y les ha impuesto condenas muy severas.
Por último, la acusación desvelada en Atlanta presenta una particularidad muy importante respecto de las tres anteriores: nos hallamos ante un procedimiento estatal y no federal, lo que supondría, en caso de condena, que incluso si Trump ganara las elecciones en noviembre del año que viene, no podría autoperdonarse por los delitos por los que hubiera sido condenado en este procedimiento, dado que el poder del perdón presidencial abarca únicamente el ámbito de los delitos federales
Llegados a este punto, un partido político sensato se daría cuenta de que un exmandatario con cuatro acusaciones y juicios pendientes de celebrarse en 2024 no es el candidato adecuado para las presidenciales de ese mismo año. Pero el Partido Republicano, atemorizado ante la reacción de sus propios votantes en caso de que intentara abandonar a Trump, ha decidido alegar contra toda evidencia que las actuaciones de los tribunales en cuatro Estados distintos son fruto de una conspiración gubernamental contra el expresidente y no, como parece cada vez más probable, el resultado de la notoria falta de respeto de este por la ley y la Constitución y su incapacidad de aceptar el resultado de unas elecciones democráticas que perdió en 2020.
En menos de dos semanas se iniciarán los debates para las primarias republicanas y todo parece indicar que, salvo excepciones exóticas como Chris Christie o Mike Pence, los candidatos competirán en realidad por el privilegio de ser nominados a la vicepresidencia, allanando el camino para una coronación trumpista.
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