Blinken y Bárcena plantean un grupo de trabajo sobre el “muro flotante” en la frontera del río Bravo

Los jefes de las diplomacias de EE UU y México abordaron este jueves asuntos migratorios y la lucha contra el fentanilo

El secretario de Estado de EE UU Antony Blinken y la secretaria de Relaciones Internacionales de México Alicia Bárcena en su comparecencia conjunta tras su reunión de este juevesJIM LO SCALZO (EFE)

La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, y el secretario de Estado, Antony Blinken, plantearon este jueves en Washington desarrollar un grupo de trabajo para tratar sobre las boyas con sierras que Texas ha colocado a lo largo de la frontera en las aguas del río Bravo (río G...

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La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, y el secretario de Estado, Antony Blinken, plantearon este jueves en Washington desarrollar un grupo de trabajo para tratar sobre las boyas con sierras que Texas ha colocado a lo largo de la frontera en las aguas del río Bravo (río Grande en Estados Unidos) y que México denuncia que han causado la muerte de al menos dos inmigrantes que intentaban cruzarla.

La eliminación del “muro flotante” es una de las grandes prioridades de México en la relación bilateral desde que el gobernador de Texas, Gregg Abbott, ordenó el mes pasado la colocación de las boyas en un intento de detener el paso irregular de migrantes y de reforzar la seguridad fronteriza. El Departamento de Justicia ha interpuesto una demanda para obligar al estado a retirar esos artefactos; el gobierno mexicano ha emitido dos notas diplomáticas de queja sobre las boyas.

La demanda “nos es de mucha ayuda” en una “situación muy delicada”, ha asegurado Bárcena en una rueda de prensa tras su reunión con Blinken en el Departamento de Estado en Washington. Era la primera entre ambos desde el nombramiento de la diplomática para relevar a Marcelo Ebrard en junio.

“Creo que vamos a encontrar una solución”, ha apuntado la secretaria. “Me voy con un prospecto de mucha esperanza de que vamos a crear posiblemente un grupo de trabajo” que determinará qué pasos dar una vez que los tribunales estadounidenses se pronuncien sobre la demanda, algo que se espera que ocurra en septiembre.

Por su parte, Blinken defendió el haber llevado el asunto a los tribunales: “Debemos dejar que el proceso judicial siga su curso. Esta es la forma apropiada de proceder para un país que cumple con el Estado de derecho”.

México alega que la colocación de las boyas, que se encuentran según este gobierno en su mayor parte del lado mexicano de la frontera, viola el Tratado de Aguas de 1944. Una alambrada de púas y un movimiento de tierras en un islote entre la ciudad mexicana de Piedras Negras y la estadounidense Eagle Pass viola el tratado de Límites de 1970 y puede provocar obstrucciones en el cauce del río, que sufre crecidas en temporadas de lluvias.

Durante su visita a Washington, la canciller se ha reunido, además de Blinken, con el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, con los que ha abordado asuntos migratorios, económicos y de seguridad y han acordado reforzar la colaboración para la lucha contra el fentanilo, la droga sintética causante de la mayor parte de muertes por sobredosis en Estados Unidos y que producen los carteles mexicanos.

Washington denuncia que los cárteles producen la droga en laboratorios clandestinos de México. El presidente del país vecino, Andrés Manuel López Obrador, niega que la sustancia sintética se fabrique en su nación.

Las autoridades mexicanas trabajan en la construcción de una “estrategia de control de precursores químicos y protección de la salud”, en la que participa la Secretaría de Marina, la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, ha puntualizado la diplomática.

El Gobierno de López Obrador ya trabaja en “monitorear, rastrear y localizar en tiempo real las sustancias químicas reguladas”, los precursores sintéticos de la droga que entran en el país de manera legal para su uso en sectores como el farmacéutico o el cosmético. También busca “monitorear, rastrear y localizar en tiempo real las sustancias químicas reguladas que entran a México, así como generar una base de datos de los sujetos, sustancias, cantidades y actividades reguladas que se llevan a cabo con ellas para garantizar un rastreo legal”.

“El objetivo es que solo haya dos puntos de entrada legal, uno en el Pacífico y otro en el Atlántico”, declaró.

La detección de los precursores que entran ilegalmente en el país para su uso clandestino es más complicada. Según explicó, entre otras cosas, esas sustancias llegan a México en envíos pequeños, que hacen más difícil su detección. El país ha instalado laboratorios especializados en los puertos y aeropuertos de entrada en los que se pueden detectar hasta 72 precursores químicos distintos. También se está probando un sistema digital de rastreo.

La visita de Bárcena a Washington ha coincidido con el asesinato en Ecuador del candidato presidencial, que había denunciado amenazas de los cárteles mexicanos. El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, reveló que ha pedido asistencia al FBI estadounidense y asegura que la oficina policial federal enviará un equipo. Blinken no quiso confirmar la noticia. Bárcena, por su parte, expresó su “profunda preocupación por el suceso” y reiteró la disposición de su Gobierno a apoyar a Ecuador en lo que solicite. La alta funcionaria ha sostenido que no hay ninguna evidencia de la implicación de los grupos delictivos de su país en el homicidio de Fernando Villavicencio.

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