DeSantis cambia su equipo de campaña para intentar remontar en los sondeos de las primarias republicanas
El gobernador de Florida se sitúa a gran distancia del favorito, el expresidente Donald Trump
Los problemas no cesan en la campaña del candidato presidencial republicano Ron DeSantis. Al menos, por ahora. El gobernador de Florida continúa en las encuestas a una distancia sideral del favorito en su partido, el expresidente Donald Trump, y no termina de encontrar una vía para arañar distancias. Ya había tenido que reestructurar su equipo en julio ―solo dos meses después de su lanzamiento―, y aho...
Los problemas no cesan en la campaña del candidato presidencial republicano Ron DeSantis. Al menos, por ahora. El gobernador de Florida continúa en las encuestas a una distancia sideral del favorito en su partido, el expresidente Donald Trump, y no termina de encontrar una vía para arañar distancias. Ya había tenido que reestructurar su equipo en julio ―solo dos meses después de su lanzamiento―, y ahora vuelve a hacerlo: ha sustituido a su jefa de campaña, Generra Peck, por el que hasta ahora era su jefe de gabinete como gobernador, James Uthmeier.
Peck había sido blanco de críticas en algunos círculos cercanos a la campaña al responsabilizarla de las dificultades de su candidato para remontar en los sondeos. Pero no abandonará el equipo: la gestión económica, logística y de personal quedará en manos de su sustituto; ella ocupará el puesto de responsable de estrategia.
“James Uthmeier ha sido uno de los principales asesores del gobernador DeSantis desde hace años y se le necesita donde más importa: colaborando mano a mano con Generra Peck y el resto del equipo para colocar al gobernador en la mejor posición posible para ganar estas primarias y derrotar a Joe Biden”, el presidente estadounidense, en las elecciones de noviembre de 2024, indica un comunicado de la campaña del político de Florida.
DeSantis se había lanzado al ruedo electoral en mayo tras meses de rumores y en medio de una gran expectación. Los grandes gurús políticos le auguraban un papel de favorito en las primarias de su partido. El razonamiento era que Trump, la gran estrella republicana, podría acusar los golpes de los casos judiciales relacionados con su mandato a los que se enfrenta, desde acusaciones de violar la ley de espionaje a conspirar para alterar el resultado electoral en 2020. Y el gobernador de Florida lucía todas las credenciales para hacerle sombra: un programa muy conservador del gusto de los votantes republicanos más duros, una historia personal impecable, juventud y una familia de las que parece sacada de un anuncio de televisión.
Pero no ha sido así. Lejos de perder puntos, el expresidente se ha ido afianzando en las encuestas con cada imputación. Y DeSantis no termina de conectar con el público republicano fuera de Florida. Para los críticos de Trump, no termina de ser más que una copia más joven del antiguo inquilino de la Casa Blanca. Los partidarios del exmandatario ya optan por la versión original.
El resultado es que la campaña ha consumido una enorme cantidad de dinero, pero las encuestas siguen siendo tozudas: la media de las principales encuestas que calcula la página Real Clear Politics arroja casi cuarenta puntos de distancia entre los dos aspirantes. Una intención de voto del 53% para Trump, un mero 15% para DeSantis.
Según los documentos de la Comisión Electoral Federal, citados por la cadena ABC, la campaña del gobernador se lanzó a contratar colaboradores al debutar. En la primera etapa de recaudación de fondos participaron 92 trabajadores. En las primeras seis semanas consumió ocho millones de dólares. Una cantidad que, según la emisora de televisión, el propio equipo del candidato decidió que había sido excesiva.
El relevo en la campaña llega cuando De Santis intenta dar un giro a su estrategia. A las críticas que le describen como un político distante quiere responder con eventos más reducidos y de trato más personal, para tratar de mostrarse cercano a los votantes. También ha tratado de marcar distancias con Trump, al que había evitado criticar desde su entrada en el ruedo electoral.
Pero esta semana ha desmentido con claridad por primera vez las afirmaciones de Trump de que fue él quien ganó las elecciones de 2020 y que hubo fraude electoral. “Por supuesto que perdió”, afirmaba en una entrevista para la cadena NBC. “Joe Biden es el presidente”.
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