Leslie Van Houten, integrante del clan Manson, abandona la prisión tras 53 años
La seguidora del criminal ha sido trasladada a una residencia de transición en California después de haber cumplido su condena por dos asesinatos cometidos en 1969
Leslie Van Houten acaricia la libertad. La integrante de la familia Manson ha obtenido este martes la libertad condicional después de haber cumplido una pena de 53 años en una prisión de California por el asesinato de dos personas, ocurrido en 1969. Van Houten, de 73 años, ha abandonado la cárcel esta madrugada y ha sido trasladada a una residencia de transición, una morada que le permitirá preparar durante el próximo año su regreso a la sociedad.
La autoridad penitenciaria lleva años recomendan...
Leslie Van Houten acaricia la libertad. La integrante de la familia Manson ha obtenido este martes la libertad condicional después de haber cumplido una pena de 53 años en una prisión de California por el asesinato de dos personas, ocurrido en 1969. Van Houten, de 73 años, ha abandonado la cárcel esta madrugada y ha sido trasladada a una residencia de transición, una morada que le permitirá preparar durante el próximo año su regreso a la sociedad.
La autoridad penitenciaria lleva años recomendando la libertad condicional para Van Houten, quien tenía 19 años cuando el grupo de hippies liderado por Charles Manson cometió los crímenes. Pero esta había sido impedida por los gobernadores del Estado, quienes siempre tienen la última palabra. El gobernador de California, Gavin Newsom, la había vetado en tres ocasiones, como también lo hizo su antecesor, el también demócrata Jerry Brown, en 2018. La semana pasada, Newsom dijo que no acataría un fallo de un tribunal de apelaciones que ordenaba la liberación de la homicida. Al hacerlo se veía obligado a elevar el caso al Tribunal Supremo de California. “El gobernador está decepcionado por la decisión de la Corte, pero no buscará ejercer acción penal porque es improbable que una apelación sea exitosa”, aseguró finalmente el portavoz del gobernador.
Charles Manson, quien murió de causas naturales en 2017, y cuatro seguidores de su secta fueron condenados a muerte en 1971 por los crímenes atroces que escandalizaron al mundo. Las penas fueron conmutadas a cadenas perpetuas al año siguiente por un fallo judicial. Van Houten participó en el asesinato del empresario Leno LaBianca y su esposa Rosemary, cometido en agosto de aquel año en el barrio angelino de Los Feliz.
Durante el ataque, Van Houten cubrió la cabeza de la mujer con una funda de almohada mientras sus cómplices la apuñalaron. Cuando el cuerpo estaba en el suelo, la apuñaló al menos 14 veces más para asegurarse de que estuviera muerta. Los seguidores del clan usaron después la sangre de la pareja para escribir mensajes en los muros de la residencia, ubicada al noreste de la ciudad. Van Houten no estuvo presente la noche anterior en el homicidio de Sharon Tate y otras cuatro personas en la casa del cineasta Roman Polanski en Benedict Canyon.
Van Houten, originaria de Monrovia, una localidad al este de Los Ángeles, solo completó en libertad el instituto. El divorcio de sus padres supuso una desgracia para ella y se enganchó al mundo de las drogas. A los 14 años comenzó a consumir ácido lisérgico, LSD. A los 17 se quedó embarazada y tuvo un aborto. A inicios de 1968 encontró una nueva familia en el rancho Spahn, que fue el centro de operaciones del clan Manson.
El Departamento de Prisiones recomendó la libertad condicional de Van Houten en más de cinco ocasiones desde 2016. En total, la reclusa fue evaluada por las autoridades carcelarias más de 20 veces. A excepción de un suceso ocurrido en 1981 de “intercambio verbal con otras mujeres”, su conducta en la prisión de Chino ha sido intachable. Detrás de los barrotes, continuó sus estudios con una licenciatura y otros títulos de posgrado. Los jueces del tribunal de apelaciones que estudiaron el caso también valoraron sus décadas de terapia, sus actividades de autoayuda y las horas de reflexión que Van Houten dedicó a sus actos a lo largo de cinco décadas. Su abogado, Rich Pfeiffer, presume que su clienta tiene el mejor récord por buena conducta entre toda la población carcelaria del Estado.
Lo más importante para la junta encargada de estudiar y otorgar el tercer grado penitenciario era que se había arrepentido de sus crímenes. “Hay pruebas sólidas de su rehabilitación y ninguna evidencia de que represente un peligro actual”, dijo el gobernador Brown en 2018. Pero “más de 50 años después de que fueran cometidos estos terribles asesinatos, las familias de las víctimas siguen sintiendo el impacto”, aseguró el gobernador Newsom en su comunicado de la semana pasada.
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