‘Fortaleza Vilnius’: baterías Patriot y miles de soldados para proteger a los líderes en la cumbre de la OTAN
Unos 4.000 militares y 1.500 policías se vuelcan en la seguridad del encuentro que reúne desde este martes a mandatarios de alrededor de 40 países
La cumbre anual de la OTAN se celebra en circunstancias geopolíticas —la mayor conflagración bélica en Europa desde 1945— y en un emplazamiento geográfico —Vilnius, capital de Lituania, a pocas decenas de kilómetros de Bielorrusia y menos de 200 de Rusia— muy especiales. De forma acorde, extraordinarias son las medidas de seguridad adoptadas para proteger la reunión, que está previsto que congregue a unos 40 ...
La cumbre anual de la OTAN se celebra en circunstancias geopolíticas —la mayor conflagración bélica en Europa desde 1945— y en un emplazamiento geográfico —Vilnius, capital de Lituania, a pocas decenas de kilómetros de Bielorrusia y menos de 200 de Rusia— muy especiales. De forma acorde, extraordinarias son las medidas de seguridad adoptadas para proteger la reunión, que está previsto que congregue a unos 40 jefes de Estado y de Gobierno (los 31 aliados, más otros invitados como Suecia, Ucrania o varias democracias asiáticas).
Al aterrizar este lunes en el aeropuerto de Vilnius resultaba muy evidente el despliegue. Al lado de la pista se pueden ver baterías de sistemas de defensa antiaérea Patriot de las Fuerzas Armadas alemanas, algunas apuntadas hacia el enclave ruso de Kaliningrado, otras en dirección Bielorrusia/Rusia. Una bandera dejaba clara la titularidad de estos equipos militares de largo alcance.
Pero esta no es la única aportación especial de los aliados a la seguridad de la cumbre. España ha facilitado unidades de defensa antiaérea Nasams, de medio alcance; Francia, piezas de artillería Caesar; varios aliados han proporcionado aviones de combate; Londres y París, defensa antidrones; Berlín y Varsovia, fuerzas operativas especiales helitransportadas; está operativa la fuerza conjunta de la OTAN (task-force) contra riesgos químicos, biológicos, nucleares; un total de 16 aliados ha enviado un millar de soldados que se sumarán a los 3.000 militares del país báltico activados para la ocasión, según las autoridades lituanas.
Lituania, por supuesto, está recurriendo al máximo de sus posibilidades. Entre otras cosas, ha triplicado las actividades de control fronterizo. En 2021, miles de migrantes procedentes sobre todo de Oriente Próximo llegaron a la frontera con Bielorrusia, en un episodio que Occidente considera fue un deliberado intento de desestabilización perpetrado por Minsk. Bielorrusia niega las acusaciones.
Como ocurre en otras grandes cumbres, el centro de la ciudad está repleto de fuerzas de seguridad y con cortes de tráfico. Las autoridades lituanas informan de que unos 1.500 policías están operativos para la cita. Pero la dimensión militar de las labores de protección es excepcional, acorde con el desafío que está tan cerca, una Bielorrusia dispuesta a acoger armas nucleares rusas y mercenarios de Wagner, y una espiral de conflictividad que puede tener múltiples derivadas, no solo en sentido convencional, sino también híbrido.
Las autoridades lituanas —y de los otros países bálticos, Letonia y Estonia— esperan que este refuerzo puntual represente un nuevo paso en el camino de grandes despliegues permanentes de los aliados que refuercen sus frágiles defensas. En ese sentido, Alemania declaró en junio su disposición a trasladar de forma permanente 4.000 soldados a Lituania, para lo cual se procede ahora a habilitar las instalaciones necesarias.
Desde la invasión rusa de Ucrania, la OTAN ha reforzado mucho las llamadas defensas avanzadas en el flanco este, aunque se trata sustancialmente de despliegues rotatorios en los que participan muchos aliados.
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