La UE vigila con cautela la rebelión de Wagner en Rusia y consulta con el G-7
Bruselas ha intensificado los contactos con sus aliados, especialmente el G-7. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha hablado con varios líderes europeos durante la jornada acerca de lo que Londres calificó como “el mayor desafío contra el Estado ruso en tiempos recientes”
La rebelión del grupo paramilitar Wagner contra el mando militar ruso y el Gobierno de Vladímir Putin, por el momento aparentemente apaciguada tras el anuncio de retirada de Yevgueni Prigozhin, está siendo seguida con la máxima preocupación y cautela por Europa y sus aliados, que durante todo el sábado multiplicaron sus contactos para concertar su respuesta ante unos acontecimientos aún plagados de incertidumb...
La rebelión del grupo paramilitar Wagner contra el mando militar ruso y el Gobierno de Vladímir Putin, por el momento aparentemente apaciguada tras el anuncio de retirada de Yevgueni Prigozhin, está siendo seguida con la máxima preocupación y cautela por Europa y sus aliados, que durante todo el sábado multiplicaron sus contactos para concertar su respuesta ante unos acontecimientos aún plagados de incertidumbres, pero en todo caso muy graves. Los ministros de Asuntos Exteriores del G-7, el grupo de países más industrializados del mundo, celebraron una reunión telemática para “intercambiar” opiniones sobre el avance de las tropas mercenarias de Prigozhin. Desde Camp David, el presidente estadounidense, Joe Biden, encadenaba mientras tanto llamadas con su homólogo francés, Emmanuel Macron, con el canciller alemán, Olaf Scholz, y con el primer ministro británico, Rishi Sunak, según informó la Casa Blanca.
Desde el primer momento de la crisis, las instituciones europeas fueron categóricas en dos puntos: uno, que lo que está sucediendo es “claramente un asunto interno ruso”, según declararon tanto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como los portavoces de la Comisión Europea y de la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola. Y dos, que el “apoyo inquebrantable” a Ucrania se mantiene de manera unánime, algo subrayado también por Washington.
Tanto Bruselas como diversas capitales europeas, desde Berlín a París o Roma, aseguraron durante la jornada que estaban “siguiendo de cerca los acontecimientos en Rusia”. Fuentes del Gobierno español también dijeron seguir “con mucha atención” lo que ocurre en el interior del país. Pero aunque los contactos entre los Veintisiete y sus aliados son constantes —el Elíseo informó de que Macron, además de con Biden, también había hablado con Scholz, Sunak y con el presidente polaco, Andrzej Duda—, las declaraciones públicas fueron mayoritariamente lacónicas, una muestra de la cautela con la que se siguen unos acontecimientos que podrían marcar un punto de inflexión en Rusia y la guerra que lanzó hace ya casi año y medio contra Ucrania. Así lo señaló a primera hora el Ministerio de Defensa británico, antes del anuncio de retirada, para quien lo ocurrido ha supuesto “el mayor desafío contra el Estado ruso en tiempos recientes”.
El alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, mantuvo este sábado una conversación telefónica con los ministros de Exteriores del G-7 para “intercambiar puntos de vista sobre la situación en Rusia”. Tras la cita telemática, un portavoz del Departamento de Estado estadounidense dijo que el jefe de la diplomacia, Antony Blinken, “reiteró que el apoyo a Ucrania no va a cambiar” y que Washington mantendrá una “coordinación estrecha” con sus aliados y socios “a medida que la situación sigue evolucionando” en Rusia.
En el marco de la UE, Borrell activó, además, el centro de respuesta a las crisis, el órgano del que dispone el servicio diplomático europeo para situaciones que afectan a la seguridad del club comunitario. Varias capitales también convocaron a sus equipos de crisis, entre ellas Berlín. Tanto Estonia como Letonia anunciaron el “refuerzo” de sus fronteras con Rusia, aunque aseguraban que no había por el momento una “amenaza directa” a sus países. Más allá de los contactos con los demás socios comunitarios, la primera ministra estonia, Kaja Kallas, explicó que también estaba en estrecha “coordinación” con sus vecinos Finlandia, Letonia y Lituania.
Aunque “la situación es seria”, como subrayó el ministro sueco de Exteriores, Tobias Billstrom, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de la UE, ayer no había planes para celebrar físicamente una reunión de urgencia a nivel europeo. Los ministros de Exteriores están citados de todos modos este lunes en Luxemburgo y los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se reunirán en Bruselas a finales de la semana, en el último Consejo Europeo bajo batuta sueca, antes de que España asuma la presidencia de la UE en julio.
Diálogo entre aliados
Según la Casa Blanca, Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, fueron informados este sábado por su equipo de seguridad nacional sobre los “últimos acontecimientos” en Rusia. La OTAN también está “monitorizando la situación”, dijo la portavoz de la Alianza Atlántica, Oana Lungescu.
En declaraciones a la cadena BBC, el primer ministro británico, Rishi Sunak, evitó contestar a una pregunta sobre si lo sucedido se podía considerar un “golpe” contra Putin y se limitó a pedir responsabilidad a todas las partes. El gabinete de crisis del Gobierno del Reino Unido, COBRA, que concentra a los departamentos ministeriales de Estado y los servicios de seguridad e inteligencia, se reunió este sábado.
También la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, convocó a sus ministros de Exteriores y Defensa, Antonio Tajani y Guido Crosetto, y a los subsecretarios del Gabinete del primer ministro, Alfredo Mantovano y Giovanbattista Fazzolari. Los principales responsables italianos “están analizando el escenario, en contacto permanente con los aliados de la OTAN y la UE”, según Roma. En Berlín, el equipo de crisis también fue convocado en el Ministerio de Exteriores bajo la dirección del secretario de Estado, Andreas Michaelis, dijo a EL PAÍS un portavoz de este departamento.
Precaución para ciudadanos europeos en Rusia
La crisis ha provocado también una mayor inquietud por los ciudadanos europeos en suelo ruso. Tajani afirmó que por el momento no hay preocupación por los italianos que viven en Rusia, pero explicó que se les ha “aconsejado ser cautelosos”.
El Ministerio de Exteriores alemán endureció sus advertencias de viaje a Rusia. El texto actualizado en su página web recomienda, “debido a los acontecimientos actuales”, evitar las regiones administrativas fronterizas con Ucrania “y en particular la ciudad de Rostov y sus alrededores”. “En Moscú, deben evitarse en la medida de lo posible las instalaciones gubernamentales, especialmente las militares. El centro de la ciudad debe evitarse hasta nuevo aviso”, continúa la recomendación que ofrece el Ministerio de Exteriores alemán.
La República Checa también emitió una advertencia de viaje similar a través de un comunicado del ministro de Asuntos Exteriores, Jan Lipavsky: “Con respecto a la invasión militar en curso de Ucrania y la posible amenaza de erosión de la situación de seguridad en el país, especialmente para los ciudadanos de los países de la UE y la OTAN, nuestra fuerte advertencia contra los viajes a la Federación de Rusia sigue en pie”.
También el Ministerio británico de Exteriores había advertido a los viajeros de que la inestabilidad desencadenada el viernes con la revuelta de Wagner podría extenderse.
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