El alcalde de Varsovia: “Espero que el PP no decida coaligarse con Vox. Es peligroso”

Rafal Trzaskowski, de la familia política del Partido Popular Europeo, alerta de los riesgos de gobernar con la ultraderecha y sostiene que Polonia “todavía es una democracia”, aunque “sitiada”

El alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, este martes en Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI

Rafal Trzaskowski (Varsovia, 51 años) gobierna una suerte de isla liberal en el océano ultraconservador polaco. Todo es cuestión de escalas. Al alcalde de Varsovia, el partido nacionalpopulista Ley y Justicia le tacha de izquierdista, según cuenta él mismo, pero la formación de la que es vicepresidente, Plataforma Cívica, pertenece a la familia conservadora del Partido Popular Europeo (PPE). Dos días después de las elecciones municipales y regionales que señalan un giro a la derecha de la sociedad española y un aug...

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Rafal Trzaskowski (Varsovia, 51 años) gobierna una suerte de isla liberal en el océano ultraconservador polaco. Todo es cuestión de escalas. Al alcalde de Varsovia, el partido nacionalpopulista Ley y Justicia le tacha de izquierdista, según cuenta él mismo, pero la formación de la que es vicepresidente, Plataforma Cívica, pertenece a la familia conservadora del Partido Popular Europeo (PPE). Dos días después de las elecciones municipales y regionales que señalan un giro a la derecha de la sociedad española y un auge de los ultras de Vox, Trzaskowski advierte a sus “amigos” del PP sobre el peligro de coaligarse con los populistas, que en su país, asegura, tienen “sitiada” a la democracia.

Antes de recibir este martes en Barcelona el premio a la Construcción Europea del Cercle d’Economia de manos del rey Felipe VI, por su gestión en la acogida de refugiados ucranios y su defensa de los valores europeos, el dirigente lamenta, en conversación con EL PAÍS, lo que considera una falta de liderazgo en Europa. En su opinión, hace falta una UE más fuerte para hacer frente a crisis como la guerra en Ucrania. “Más Europa no significa tragarse ciegamente todo tipo de decisiones”, advierte, sin embargo.

Pregunta. El domingo pasado, España se convirtió en el último país europeo en girar hacia la derecha, con un fuerte crecimiento de la ultraderecha. ¿Estamos ante un cambio de ciclo?

Respuesta. Desafortunadamente, los populistas están por todas partes. Cuando el PiS [el partido Ley y Justicia] llegó al Gobierno de Polonia, le decía a todo el mundo que no se trata solo de un fenómeno húngaro o polaco, sino que las fuerzas populistas están debilitando la democracia. Recuerdo la incredulidad de mis amigos estadounidenses. Después de Trump, entienden perfectamente lo que digo. Es completamente distinto que los partidos demócratas de centroderecha, como el Partido Popular, ganen las elecciones, a que decidan entrar en coaliciones con Vox, porque esto puede promover el pensamiento populista en Europa a gran escala.

P. En el Partido Popular Europeo, su familia política en Europa, se observa esa tendencia a acercarse cada vez más a la extrema derecha.

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R. No en todas partes. En Polonia, definitivamente no. Los populistas me tachan de liberal y de izquierdista loco, y sigo en el PPE. Pero sí, a veces vemos que, especialmente a nivel local, los partidos del centro político piensan en formar coaliciones pragmáticas con la derecha. Pero puedo decirles que no va a terminar bien, porque significa que nosotros, los partidos democráticos del PPE, estamos legitimando a los populistas y no deberíamos hacer eso.

P. ¿Es un mensaje para el Partido Popular?

R. Yo tengo muchos amigos en el Partido Popular, muchos de ellos alcaldes, como el de Madrid. Así que cruzo los dedos por ellos, pero espero que no se vean obligados o no tomen la decisión de coaligarse con Vox. Es peligroso. Es delicado dar consejos políticos a los amigos, pero me gustaría hacer esa advertencia.

P. El domingo pasado vimos también lo difícil que lo tiene la oposición para ganar frente a regímenes establecidos como en Turquía. Lo habíamos visto también en Hungría. ¿Teme que Polonia siga esa senda?

R. Polonia todavía es una democracia, aunque una democracia sitiada. Yo participé en las últimas elecciones presidenciales y fueron democráticas, pero no justas. El Gobierno gasta millones en propaganda, mientras nosotros tenemos presupuestos limitados por ley. Ahora el Gobierno está utilizando todos los instrumentos del Estado a su alcance para complicarnos la vida. Lo vimos con la decisión de ayer [por el lunes] de crear una comisión especial para explorar los vínculos con Rusia, que sugiere que Donald Tusk los mantuvo cuando fue primer ministro. Es un escándalo. Parece una caza de brujas bolchevique de los años treinta del siglo pasado. Y por supuesto, es inconstitucional. Resumiendo, no creo que haya fraude electoral sistemático, pero creo que, por desgracia, el proceso electoral está en peligro.

P. ¿Todavía hay forma de salvarlo?

R. Si ganamos las elecciones de forma convincente, el partido populista no podrá impugnarlas.

Rafal Trzaskowski posa tras la entrevista en Barcelona, este martes. MASSIMILIANO MINOCRI

P. Ha recibido este martes el premio a la Construcción Europea. ¿Cuál es su visión de Europa?

R. Nos enfrentamos a tantas crisis que algunas personas, especialmente los populistas, tienen la tentación de cuestionar la integración europea. Necesitamos más Europa y una Europa más fuerte. No en un sentido doctrinal de que deba ser más fuerte en todos los aspectos, sino que debe ser capaz de responder eficazmente a la mayoría de los problemas que tenemos ante nosotros, como la crisis de los refugiados, la crisis energética y, por supuesto, la guerra en el este.

P. Usted afirmó hace poco, cuando el presidente estadounidense Joe Biden estuvo en Varsovia por segunda vez, que a la UE le falta liderazgo. ¿Sigue opinando lo mismo?

R. Lo sigo pensando y lo lamento, porque necesitamos liderazgo y dirección europeos. No voy a analizar país por país, pero el liderazgo alemán se ha debilitado. Macron está bajo asedio. Tenemos elecciones anticipadas en España. Por otro lado, se crea un vacío que Polonia podría aspirar a ocupar para ser importante en Europa. Esta es nuestra oportunidad, pero no va a ocurrir con este Gobierno antieuropeo. Como europeos y como miembros de la Alianza Atlántica, no podemos permitirnos un eslabón débil democráticamente en nuestro flanco oriental. Polonia debería ser la democracia más fuerte, porque si no, Rusia lo usará contra nosotros.

P. ¿Y cómo debería ser este liderazgo europeo que echa de menos? Hemos visto a Macron defender que Europa necesita más autonomía frente a Estados Unidos.

R. Tenemos autonomía. Pero tenemos que estar en sincronía con Estados Unidos. Esta no una guerra en algún lugar del este. Esta es una guerra de civilizaciones, por la civilización en Europa y las relaciones con EE UU. O demostramos que somos fuertes y estamos unidos o demostraremos ser unos peleones incapaces de adoptar una posición común ante los acontecimientos geopolíticos más importantes de la década o incluso del siglo. Todos los dictadores chiflados del mundo están pendientes de nuestro comportamiento. Es inmensamente importante que permanezcamos unidos. Y ese es el tipo de liderazgo que necesitamos. Siempre hablamos de valores y todo el mundo asiente con la cabeza. Pero los ucranios están muriendo por esos valores, por la democracia, por la soberanía, por la subsidiariedad.

P. ¿Cree que Europa puede ser más eficiente en momentos como este si las decisiones se toman por mayoría cualificada y no por unanimidad?

R. He escrito un doctorado sobre ello y sonrío porque la mayoría de las decisiones se toman ya por mayoría cualificada. ¿Qué queda? Las que tienen que ver con la aceptación de nuevos Estados miembros, la reforma de los tratados, las perspectivas presupuestarias plurianuales y la política exterior y de seguridad común. No me puedo imaginar que en esos cuatro puntos alguien quiera que se vote por mayoría cualificada. ¿Se imagina tener una estrategia sobre Rusia con el veto de dos o tres países en desacuerdo?

P. ¿Y si es solo uno, como Hungría?

R. Se aprieta. Hungría no ha bloqueado nada todavía porque hay una presión increíble. Y honestamente, si nos tomamos en serio la soberanía y el fortalecimiento de Europa, no podemos ser dogmáticos. Creo que Olaf Scholz lo está siendo y no estoy de acuerdo. No funcionará políticamente. Más Europa no significa tragarse ciegamente todo tipo de decisiones.

P. Se ha dicho que el centro de gravedad de Europa se ha desplazado a Polonia. ¿Está de acuerdo?

R. Polonia es un Estado miembro indispensable a la hora de resolver el problema ucranio, independientemente del Gobierno. Así que en cierto sentido, sí. Imagínese qué papel podría llegar a desempeñar si tuviera un Gobierno europeo democrático. El PiS siempre habla sobre la soberanía, la promoción de los intereses polacos. ¿Y qué hacen en la Unión Europea? Simplemente, se oponen a todo y no contribuyen. Nosotros [el antiguo Ejecutivo de Plataforma Cívica] discutíamos, proponíamos cosas. Éramos socios difíciles, pero constructivos.

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