Tamara Adrián: “Soy la primera transexual en la historia que se presenta oficialmente a una elección presidencial”

La exdiputada, una reconocida activista en defensa de los derechos humanos, asegura que el suyo no es un proyecto LGBT, sino nacional

La exdiputada venezolana Tamara Adrián habla durante una rueda de prensa en Caracas (Venezuela), el 13 de abril de 2023.Foto: MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE) | Vídeo: EPV

Una reconocida activista en defensa de los derechos humanos, de los principios constitucionales y de las minorías sexuales en el país, electa en el 2015 como la primera diputada transexual de América Latina se apresta ahora a lanzar su candidatura presidencial para la elección primaria que organizan las facciones de la oposición venezolana para octubre de este año, de cara a los comicios generales de 2024, y en medio del conocido deterioro institucional del país. Tamara Adrián asegura ser “la primera transexual en la historia que se ha presentado oficialmente para una elección presidencial”....

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Una reconocida activista en defensa de los derechos humanos, de los principios constitucionales y de las minorías sexuales en el país, electa en el 2015 como la primera diputada transexual de América Latina se apresta ahora a lanzar su candidatura presidencial para la elección primaria que organizan las facciones de la oposición venezolana para octubre de este año, de cara a los comicios generales de 2024, y en medio del conocido deterioro institucional del país. Tamara Adrián asegura ser “la primera transexual en la historia que se ha presentado oficialmente para una elección presidencial”.

Cercana en lo político a Leopoldo López, hasta hace muy poco uno de los cuadros principales de Voluntad Popular, Adrián esta vez ha presentado su aspiración con un movimiento electoral propio, Unidos por la Dignidad, grupo de electores en el cual, según ella misma confiesa, se está discutiendo en este momento si permanecer en Voluntad Popular con algún perfil autónomo, o continuar por cuenta propia con su mensaje político propio, más centrado en la agenda de los derechos humanos y las reivindicaciones sociales.

Adrián no niega, por el contrario, el enorme poder simbólico que, por sí mismo, tiene su candidatura, independientemente del aparato político que será necesario construir y de los votos que habrá que acarrear. Pero aclara que su plataforma “no es un proyecto LGBT”, y no está fundamentado exclusivamente en intereses sectoriales. Muchísimo menos frente al cuadro general de la nación.

“Me propongo trabajar para hacer posible en el país una efectiva transición a la democracia”, manifiesta. “Un proyecto que obligatoriamente tiene que ser progresivo, como el propio vocablo lo indica, en el cual tiene que estar planteada una negociación con las circunstancias. Organizar una coalición social y política que sea lo más amplia posible, y que saque de su vocabulario cotidiano expresiones como “salir de Maduro”, o “salir del régimen.”

Al diferenciarse del enfoque que, respecto a estos temas, tienen sus compañeros de Voluntad Popular, la dirigente opositora hace el énfasis en la necesaria adopción de una estrategia progresiva para el rescate del estado de derecho en Venezuela, que ofrezca garantías políticas al status quo, y toma distancia de cualquier proyecto totalizador, que se proponga la deposición del actual régimen para hacer posible el advenimiento de uno nuevo.

Respecto a los fracasos de la oposición, Adrián propone a sus colegas la consolidación de un espacio político distinto al actual, que sea colaborativo y no competitivo, que permita la realineación de fuerzas y la dosificación correcta de los objetivos. Los contenidos de su programa político y de gobierno son: “apertura política y económica, derechos humanos, amnistía, libertades públicas totales, asistencia social, inversión productiva.” También, por supuesto, derechos y amparo legal para las minorías sexuales y legalización definitiva del matrimonio homosexual.

Los pocos avances que tiene la legislación venezolana en esta materia –con partidarios y detractores, tanto en el chavismo como en la oposición- son consecuencia, de acuerdo a la candidata, “del machismo militarista de la mayoría de la clase dirigente oficialista, y además a los compromisos del PSUV con algunas iglesias evangélicas que han pedido al ejecutivo retardar esta agenda.”

“Tenemos enormes retos. Este será un proceso muy complejo. Juan Guaidó ha hecho un enorme esfuerzo, le han montado bulos, le han endilgado responsabilidades que no tiene. Lo increíble es que no se defiende. Estamos en una nueva etapa, y pienso que mi papel es hablarle a los ni-ni (aquel sector electorado que no está ni con el chavismo ni con la oposición, en este momento mayoritario en las encuestas), construir de nuevo una mayoría que abra la ruta del camino democrático. Pero tenemos que ser realistas. Nos toca luchar para lograr unos comicios apenas medianamente limpios. Para comenzar, llegar a la Presidencia de la República no supone necesariamente el fin del régimen político actual.”

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