El expresidente de Taiwán Ma Ying-jeou realizará la primera visita de un mandatario de la isla a China
El viaje del exdirigente del Kuomintang, que defiende un mayor acercamiento al gigante asiático, se anuncia en plena escalada entre Washington y Pekín
El expresidente de Taiwán Ma Ying-jeou (2008-2016) visitará China este mes, según ha comunicado su oficina este domingo. Será la primera vez que un mandatario o exmandatario taiwanés realiza un viaje a China desde 1949, cuando la isla y el continente se divorciaron. El viaje de Ma ocurre en plena escalada de tensiones entre China y Estados Unidos, de las que Taiwán, con 23 millones de habitantes y que no cuenta con el recono...
El expresidente de Taiwán Ma Ying-jeou (2008-2016) visitará China este mes, según ha comunicado su oficina este domingo. Será la primera vez que un mandatario o exmandatario taiwanés realiza un viaje a China desde 1949, cuando la isla y el continente se divorciaron. El viaje de Ma ocurre en plena escalada de tensiones entre China y Estados Unidos, de las que Taiwán, con 23 millones de habitantes y que no cuenta con el reconocimiento como Estado por parte de la inmensa mayoría de la comunidad internacional, es parte indisoluble. Pekín busca la “reunificación”, un objetivo que ha definido como irrenunciable y, aunque mantiene que quiere lograrlo por la vía diplomática, no descarta el recurso de la fuerza. EE UU, por su parte, está comprometido con la defensa de la soberanía de la isla y, aunque no confirma si se implicaría en caso de agresión, provee de armas al Gobierno de Taipéi.
De hecho, tras el viaje de Nancy Pelosi a la isla ―en agosto de 2022, cuando aún ejercía de presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unido y que marcó un punto de inflexión en las relaciones―; Washington ha impulsado la venta de armamento a Taiwán. Además, ha aumentado el número de asesores militares estadounidenses desplegados en la isla, según The Wall Street Journal. Por su parte, Taipéi ha alargado el servicio militar obligatorio, de cuatro meses a un año, y estudia multiplicar los envíos de tropas a Estados Unidos para entrenar junto a soldados estadounidenses.
Ma forma parte del partido conservador Kuomintang (KMT), que defiende un mayor acercamiento a China. Es la misma formación de Chiang Kai-shek, derrotado por Mao Zedong tras la guerra civil china, y que, tras refugiarse con los rescoldos de su Ejecutivo en la isla de Formosa, instauró una dictadura en Taiwán. El exdirigente ya marcó un hito al reunirse con Xi Jinping en Singapur, a finales de 2015. Poco después, en enero de 2016, el Partido Democrático Progresista (PDP), con un discurso más independentista, ganó las elecciones y consiguió la mayoría absoluta en el Yuan legislativo, el Parlamento taiwanés.
Desde entonces, ejerce la presidencia Tsai Ing-wen, que cumple mandato en enero de 2024, cuando hay elecciones de nuevo. La política rechaza las pretensiones soberanas chinas y defiende que solo los taiwaneses pueden elegir su futuro. China ha rechazado en varias ocasiones conversar con Tsai, al considerarla “separatista”.
La visita de Ma está planificada del 27 de marzo al 7 de abril, según ha informado su oficina de comunicación, y acudirá a las ciudades de Nanjing, Wuhan, Changsha, Chongqing y Shanghái. No han confirmado si se celebrarán reuniones con el presidente chino o con líderes políticos. Sí que han anunciado que se verá con estudiantes y también que hará un recorrido por lugares conmemorativos de la II Guerra Mundial, el conflicto de China con Japón, así como aquellos relacionados con la Revolución China de 1911 (la Revolución de Xinhai), que derrocó al la última dinastía imperial y estableció la república.
Desde que se relajasen las restricciones de viaje por la covid entre la isla y China, el KMT ha dado señales de acercamiento con Pekín. Justamente, el mes pasado, el vicepresidente del partido, Andrew Hsia, estuvo en la capital china y se vio con Wang Huning, miembro del Comité Permanente del Partido Comunista de China. “Va a rendir honores”, criticó la visita el PDP, que también acusó a los conservadores de “vender la isla”. Por su parte, el KMT considera que hay que mantener la comunicación con China abierta, especialmente en estos momentos de tensión.
Las relaciones de Washington con Pekín se encuentran actualmente en uno de sus peores momentos históricos, con una desconfianza creciente, roces y falta de comunicación. Aunque analistas y expertos descartan en el corto y medio plazo un conflicto militar que implique a las dos potencias; también afirman que el riesgo existe y que va al alza. El mayor temor es una escalada accidental. Taiwán podría ser el escenario.
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