Biden busca en Polonia reforzar el apoyo de los aliados a Ucrania

El presidente de EE UU subrayará el respaldo de su país a Kiev “durante el tiempo que haga falta” en un discurso en Varsovia

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Ucrania, Volodímir Zelenski, el lunes en Kiev. Foto: EVAN VUCCI (AP) | Vídeo: EPV

Demostrar un apoyo “inquebrantable” y duradero a Ucrania, y evitar que otros países caigan en la tentación de flaquear y reducir sus aportaciones. Es la gran misión de Joe Biden en uno de los viajes más importantes de su mandato: una gira europea para marcar el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, que ha incluido ...

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Demostrar un apoyo “inquebrantable” y duradero a Ucrania, y evitar que otros países caigan en la tentación de flaquear y reducir sus aportaciones. Es la gran misión de Joe Biden en uno de los viajes más importantes de su mandato: una gira europea para marcar el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, que ha incluido una visita por sorpresa a Kiev y que este martes lo sitúa en Varsovia. Allí, el presidente estadounidense proclamará en un discurso la “unidad occidental” en el respaldo al Gobierno de Volodímir Zelenski contra la “agresión rusa”.

El momento es fundamental. Washington considera que la guerra está a punto de entrar en una nueva fase: Rusia, que ha aprovechado los meses de invierno para rearmarse y reclutar nuevas tropas, ha comenzado ya en algunos puntos la gran ofensiva que pronosticaban los expertos militares. Estados Unidos trata de redoblar su asistencia militar y galvanizar a otros gobiernos para que Kiev cuente con el armamento necesario para mantener su dura resistencia y, posiblemente, presentar su propia contraofensiva.

La visita de Biden es la segunda en menos de un año a Polonia: se desplazó allí en marzo pasado. El doble viaje pone de relieve el papel fundamental de este país fronterizo con Ucrania y Rusia, donde Estados Unidos mantiene cerca de 11.000 soldados y ha prometido establecer un cuartel general para responder a la amenaza rusa. La localidad de Rzeszów y su aeropuerto se han convertido en un paso clave para las cadenas de envío de asistencia bélica a Kiev. El Ejecutivo polaco es un firme defensor de la entrega de armamento al Gobierno de Zelenski y, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, Biden tratará en su reunión de este martes con el presidente polaco, Andrzej Duda, sobre “los esfuerzos colectivos para apoyar a Ucrania y reforzar la capacidad disuasoria de la OTAN”.

Según el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, los dos presidentes podrían abordar la posibilidad de aumentar la presencia militar de Estados Unidos en Polonia. “Estamos en el proceso de debate con la Administración del presidente Biden para hacer de su presencia [de las tropas] algo más permanente y para aumentarla”, declaraba el domingo en el programa Face the Nation de la cadena de televisión estadounidense CBS. Morawiecki alabó el envío estadounidense a su país de nuevos sistemas antimisiles Patriot “y otras armas y municiones muy modernas, porque esto hasta cierto punto sustituye la presencia de soldados, pero por supuesto las dos cosas van juntas”.

Biden se reunirá también antes de partir de regreso a Estados Unidos, el miércoles, con los miembros del grupo conocido como Bucarest 9, países antaño en la órbita soviética y hoy integrantes de la OTAN: Polonia, Bulgaria, la República Checa, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania y Rumania.

Estos países, más próximos geográficamente a Rusia y con una historia difícil de relaciones con Moscú, apoyan en general una respuesta militar a la invasión rusa de Ucrania con más rotundidad que otras naciones europeas.

Washington ya anunciaba la semana pasada 2.500 millones de dólares (unos 2.340 millones de euros) más en asistencia de defensa a Ucrania, lo que eleva a cerca de 30.000 millones la ayuda militar al Gobierno de Zelenski en los últimos 12 meses. El lunes, durante su visita relámpago de seis horas a Kiev, Biden ha prometido cerca de 500 millones de dólares más, que se destinarán a la compra de misiles antitanque y radares, entre otros equipos.

Con Zelenski, Biden mantuvo “una detallada conversación sobre los tipos de pasos que se van a necesitar en las próximas semanas y meses por parte de Estados Unidos y los socios internacionales en el G-7, la OTAN y otros lugares para garantizar que Ucrania tiene lo que necesita para mantener el nivel de esfuerzo” visto “a lo largo del año pasado, y aún más”, explicaba el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, este martes. Sullivan fue uno de los pocos funcionarios que acompañó al presidente estadounidense en su desplazamiento a Kiev.

Pero algunos aliados parecen más cautelosos. Alemania solo accedió a entregar sus tanques Leopard en enero, tras meses de resistencia. Dentro de Estados Unidos, la opinión pública, que hace un año respaldaba sin reservas la asistencia a Kiev, empieza a ser menos firme. Menos de la mitad de los ciudadanos, un 48%, apoya el envío de armas, frente al 60% de mayo de 2022, según una encuesta publicada por la agencia Associated Press la semana pasada. Algunos legisladores de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se han declarado partidarios de un control más estricto de la asistencia que se entrega a la antigua república soviética. Aunque representan una minoría dentro de su propio partido, su oposición dificulta el visto bueno a nuevas partidas de ayuda al Gobierno de Zelenski.

El mensaje de Biden este martes en los jardines del antiguo palacio real de Varsovia estará dirigido tanto a los aliados internacionales como a su público interno. “Dejará claro que Estados Unidos seguirá apoyando a Ucrania, como le han oído decir muchas veces, todo el tiempo que haga falta”, apuntaba Kirby en declaraciones a la prensa antes del comienzo del viaje.

El marco para ese discurso ―y su momento exacto― está cuidadosamente pensado. En esos mismos jardines, Biden declaraba en marzo del año pasado que el “carnicero” Putin no podía “permanecer en el poder”. Y al tiempo que hable, lo estará haciendo también el presidente ruso, que se dirigirá a su pueblo para pronunciar su discurso sobre el estado de la nación.

El viaje de Biden forma parte de una amplia ofensiva diplomática de Estados Unidos para apuntalar el apoyo de sus socios a la guerra en Ucrania. Este fin de semana, la vicepresidenta, Kamala Harris, acusaba a Rusia de cometer crímenes de guerra, durante su participación en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El 3 de marzo, Biden recibirá en la Casa Blanca al canciller alemán, Olaf Scholz, para una conversación que tendrá el conflicto como protagonista absoluto.

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