Al menos tres muertos y más de 200 heridos en un nuevo terremoto de magnitud 6,4 en Turquía

El temblor, cuyo epicentro se situó en la provincia turca de Hatay a 20 kilómetros de la frontera con Siria, derrumbó edificios dañados por los seísmos de hace dos semanas

Miembros de los equipos sanitarios colocan una máscara de oxígeno a una anciana, después del terremoto de este 20 de febrero en la provincia turca de Hatay. Foto: CLODAGH KILCOYNE (REUTERS) | Vídeo: EPV

Un nuevo terremoto de magnitud 6,4 golpeó este lunes la provincia de Hatay, una de las más devastadas por los terremotos de Kahramanmaras de hace dos semanas. El Observatorio Kandilli de la Universidad del Bósforo sitúa el epicentro en la comarca de Samandag —en la costa del Mediterráneo y a 20 kilómetros de la frontera con Siria— y a una profundidad de 7,7 kilómetros, si bien el Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo asegura que fue más s...

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Un nuevo terremoto de magnitud 6,4 golpeó este lunes la provincia de Hatay, una de las más devastadas por los terremotos de Kahramanmaras de hace dos semanas. El Observatorio Kandilli de la Universidad del Bósforo sitúa el epicentro en la comarca de Samandag —en la costa del Mediterráneo y a 20 kilómetros de la frontera con Siria— y a una profundidad de 7,7 kilómetros, si bien el Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo asegura que fue más superficial, a tan solo 2 kilómetros. De momento, se ha informado de al menos tres muertos y 213 heridos en este nuevo temblor, que se produjo a las 20:04 hora local (18:04 en la España peninsular) y fue seguido de fuertes réplicas en la misma zona a los pocos minutos. Varios representantes oficiales han confirmado que un número indeterminado de edificios han resultado destruidos y que hay personas atrapadas bajo los escombros.

“El primer terremoto ha durado mucho, aquí se ha sentido mucho. Hay edificios destruidos y hemos recibido información de que hay personas atrapadas bajo los escombros”, afirmó el alcalde metropolitano de Hatay, Lütfü Savas, en declaraciones en directo para el canal Habertürk, y explicó que podría tratarse de personas que estaban tratando de sacar sus pertenencias de edificios dañados. El primer edil informó también de que un puente del centro de Antioquía —la capital provincial— ha resultado dañado.

Tres horas después de registrarse el terremoto, el ministro de Interior, Süleyman Soylu, explicó que los servicios de emergencia recibieron “44 notificaciones” para actuar, en la mayoría de ellas para intervenciones sin gravedad, aunque en tres casos todavía se trabaja para rescatar de entre los cascotes a un total de 6 personas. Soylu añadió que tres personas han fallecido en diversos puntos de la provincia de Hatay y que 213 han resultado heridas. El titular de Interior pidió a la población que no entre en ningún edificio dañado, puesto que en los últimos días muchísima gente ha intentado recuperar sus pertenencias e incluso organizar mudanzas con ayudas de grúas y sin esperar a que los inspectores declarasen si los daños sufridos eran o no estructurales. Poco antes, el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, llamó a la población a la calma: “No hay por qué entrar en pánico, todos nuestros equipos están sobre el terreno y ayudarán allí donde se requiera”.

Al sentir el terremoto se produjeron escenas de pánico y multitud de personas se echaron a las calles. La cadena CNN-Türk informó de que un gran número ambulancias, equipos de rescate y vehículos militares se dirigieron a toda velocidad al centro de Antioquía, donde había trabajos de búsqueda de supervivientes del anterior seísmo, así como de desescombro y demolición de edificios dañados. De hecho, la misma cadena mostró un edificio que se había inclinado peligrosamente tras este nuevo temblor y avisó de que había personas atrapadas bajo los escombros. En las redes sociales se publicó un vídeo en el que se mostraba a soldados trasladando a heridos desde una zona de escombros.

Refik Eryilmaz, alcalde de Samandag, relató a Habertürk que la zona se ha quedado sin electricidad —la había recuperado en los últimos días— y que se han producido derrumbes tanto en la capital comarcal como en pueblos. Desde el distrito vecino, Defne, su alcalde, Ibrahim Güzel, hizo una petición de ayuda a través de una llamada a la misma cadena alegando que el terremoto había sido muy “serio” y se había sentido en la zona más que el de dos semanas atrás: “No sé cuántos edificios se han derrumbado porque no hay luz y tenemos problemas con las comunicaciones. Pero estamos recibiendo notificaciones y oímos gritos de auxilio”.

En Alejandreta, otra de las grandes ciudades de la provincia de Hatay, los enfermos fueron desalojados de un hospital público, según mostraron varios canales. En las afueras de esta ciudad se halla el hospital de campaña desplegado por la Cooperación española, donde ya se ha recibido a nuevos pacientes con ataques de pánico.

AFAD, la agencia de gestión de emergencias del Gobierno turco, advirtió del riesgo de que se elevase el nivel del mar “hasta 50 centímetros” y pidió a la población mantenerse lejos de las zonas de playa. Con todo, la alerta de tsunami fue retirada al cabo de una hora y media tras constatar que no se habían producido movimientos inusuales en el mar.

Varias personas que se hallaban en la zona explicaron a este diario que el terremoto se sintió “con mucha fuerza”. El periodista Mehmet Akif Ersoy, que en esos momentos preparaba una emisión en directo para la cadena Habertürk junto a otros dos compañeros, explicó que el temblor derribó las cámaras y que los tres tuvieron que agarrarse para tratar de mantenerse en pie.

En Siria, no se ha informado de víctimas, ni en la parte afectada que controlan los rebeldes (en la que el terremoto del pasado día 6 mató a 4.525 personas, según Naciones Unidas) ni en la que está en manos del Gobierno de Bachar El Asad, en la que perdieron la vida 1.414, según las autoridades, informa Antonio Pita.

La Defensa Civil Siria, la organización de rescate más conocida como Cascos Blancos que opera en las zonas rebeldes, ha informado de que la nueva réplica ha afectado a numerosas localidades en el noroeste de Siria, el feudo opositor. No obstante, los daños parecen notablemente menores. Los Cascos Blancos, formados por 3.000 voluntarios, solo han dado cuenta del derrumbe de dos edificios deshabitados y el minarete de una mezquita en Jindires, la ciudad del país más castigada por el primer seísmo, que dejó cientos de muertos y calles enteras llenas de escombros. La réplica ha derribado más bien muros y terrazas, y los hospitalizados lo son principalmente por cascotes o por haber saltado desde la ventana presas del pánico al sentir el temblor, precisan en su cuenta de Twitter. La agencia oficial siria, SANA, no ha informado de heridos.

El movimiento también se sintió en Jordania, Israel, Palestina y Egipto y en numerosas provincias del sur de Turquía, afectadas por los terremotos del 6 de febrero y donde muchos edificios están dañados y en espera de demolición. Esos seísmos, de magnitud 7,8, causaron la muerte a casi 45.000 personas en Turquía y Siria.

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