Biden tacha a Trump de “amenaza” para la democracia a dos meses de las legislativas
El presidente se dirige a los votantes para movilizarlos en “la batalla por el alma de la nación”
Un discurso televisado en horario de máxima audiencia es algo que los presidentes de Estados Unidos no hacen con frecuencia. Aunque a veces bajan el listón, para dirigirse a la nación suelen elegir momentos muy especiales y razones poderosas. La guerra del Golfo, la caída de Sadam Hussein, los atentados del 11 de septiembre, el huracán Katrina, la pandemia del coronavirus y la crisis financiera están entre ellos. Este jueves, Joe Biden ha añadido a la lista otro motivo: el riesgo de que la democracia sucumba en Estados Unidos por culpa de Donald Trump.
“Durante mucho tiempo, nos hemos c...
Un discurso televisado en horario de máxima audiencia es algo que los presidentes de Estados Unidos no hacen con frecuencia. Aunque a veces bajan el listón, para dirigirse a la nación suelen elegir momentos muy especiales y razones poderosas. La guerra del Golfo, la caída de Sadam Hussein, los atentados del 11 de septiembre, el huracán Katrina, la pandemia del coronavirus y la crisis financiera están entre ellos. Este jueves, Joe Biden ha añadido a la lista otro motivo: el riesgo de que la democracia sucumba en Estados Unidos por culpa de Donald Trump.
“Durante mucho tiempo, nos hemos convencido de que la democracia estadounidense está garantizada. Pero no lo está. Tenemos que defenderla. Protegerla. Defenderla. Todos y cada uno de nosotros”, ha asegurado Biden en tono solemne en un discurso de 24 minutos. “Donald Trump y los republicanos MAGA [siglas del Make America Great Again, el lema de Trump] representan el extremismo que amenaza los fundamentos mismos de nuestra República”, ha dicho, mencionando expresamente al expresidente. Biden suele referirse a él como su “predecesor” o “el anterior presidente”. “Quiero ser claro”, ha dicho tras citarle por primera vez.
El presidente ha escogido un sitio simbólico (“el lugar donde todo empezó”, ha dicho), el Parque Histórico Nacional de la Independencia, en Filadelfia, en el centro de la ciudad para su discurso sobre “la batalla por el alma de la nación”, una batalla que se juega en las próximas elecciones legislativas, ha dicho. De fondo, iluminado de rojo y azul, el Independence Hall, donde se firmó en 1776 la Declaración de Independencia y en 1787, la Constitución de Estados Unidos. A su izquierda, la agrietada Campana de la Libertad, reclamo de ese pequeño parque temático de la democracia que visitan miles de turistas.
En la democracia de Estados Unidos, Biden ve una grieta como la de la campana y ha señalado directamente a los trumpistas extremos: “Las fuerzas del MAGA están decididas a llevar a este país hacia atrás. Hacia una América donde no hay derecho a elegir, ni derecho a la privacidad, ni derecho a la anticoncepción, ni derecho a casarse con quien uno ama”, ha dicho tras aclarar que no se refiere “a todos los republicanos, ni siquiera a la mayoría de los republicanos”. “Pero no hay duda de que el Partido Republicano hoy está dominado, impulsado e intimidado por Donald Trump y los republicanos MAGA. Y eso es una amenaza para este país”, ha añadido.
Biden ha arremetido contra el negacionismo electoral, la negativa de Trump a aceptar su derrota en las presidenciales de 2020 con el bulo de que se las habían robado, a lo que ha llamado “teorías de la conspiración”. “No puedes amar a tu país solo cuando ganas”, le ha reprochado a Trump. El presidente ha repetido una y otra vez el lema histórico “nosotros, el pueblo” en el que se basan los valores de la democracia estadounidense.
En el exterior del parque se han oído algunas sirenas policiales. Partidarios de Trump han acudido a protestar contra Biden con el lema que usan como un soez insulto encubierto: “Let’s go Brandon” (Vamos, Brandon) o directamente, la versión original: “Fuck Joe Biden” (Que te jodan, Joe Biden). Mientras la gente les abucheaba, Biden ha dicho: “Tienen derecho a estar indignados. Esto es una democracia”.
Algo de polémica
La intervención de Biden es algo polémica por el contexto en que se produce, a poco más de dos meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato, en las que se renueva toda la Cámara de Representantes y algo más de un tercio del Senado. Y por no estar dirigida contra un ataque o una amenaza exterior, sino contra el partido de la oposición y su líder de facto, Donald Trump. Además, aunque Filadelfia sea la capital de la Independencia de Estados Unidos, también es la ciudad más poblada de Pensilvania, uno de los Estados más disputados en esas elecciones.
Biden muestra con ello que está decidido a utilizar los resortes de la Casa Blanca a su alcance para influir en el resultado electoral del 8 de noviembre desde su posición institucional. En solo una semana visita tres veces Pensilvania y ya en la primera ocasión tuvo un discurso contra el trumpismo en tono de campaña en Wilkes-Barre. El lunes repite en Pittsburgh, capital industrial de Pensilvania, aprovechando el día del Trabajo, en el que también se desplazará a Wisconsin, otro Estado en disputa.
Así pues, más que el propio contenido de su discurso de este viernes, lo relevante es su envoltorio solemne. En un acto de partido del jueves de la semana pasada en Maryland, ya dijo: “Los republicanos MAGA no solo amenazan nuestros derechos personales y nuestra seguridad económica. Son una amenaza para nuestra propia democracia. Se niegan a aceptar la voluntad del pueblo. Abrazan la violencia política”. En otro, ese mismo día, tildó de “semifascismo” la ideología de los trumpistas extremos. Y el martes, en Wilkes Barre, en un discurso presidencial, atacó también a los republicanos: “Por el alma de Dios, ¿de qué lado están ustedes? No pueden decir que defienden la ley y el orden y llamar patriotas a los que asaltaron el Capitolio”, dijo.
Un discurso como el de este jueves es un paso más en esa dirección. Los demócratas están remontando en las encuestas gracias a algunos logros propios, pero también a que Trump, con el registro de Mar-a-Lago, haya vuelto a estar en el foco y encendido aún más una retórica guerracivilista y de violencia política en parte del Partido Republicano. “La violencia política nunca es apropiada. Punto”, ha dicho Biden en su discurso.
El líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha acusado a Biden de “dividir, degradar y menospreciar a sus compatriotas”. “Cuando el presidente hable esta noche en el Independence Hall, las primeras líneas que salgan de su boca [deberían] ser para disculparse por calumniar a decenas de millones de estadounidenses como fascistas”, ha dicho antes del discurso de Biden en una comparecencia.
Los republicanos querían que las elecciones fueran un referéndum sobre Biden y se prometían una victoria arrolladora, pero se han encontrado con que pueden acabar siendo un referéndum sobre Trump, o una reedición del enfrentamiento presidencial de 2020. Biden sabe que eso le favorece, especialmente entre los votantes independientes, menos identificados con cualquiera de los partidos y que pueden inclinar el resultado. “Voten, voten, voten”, ha insistido pese a tratarse de un discurso presidencial, llamando a no permanecer impasibles ante “el ataque continuo a la democracia”. Biden, católico practicante, ha presumido también de sus logros legislativos, pero no ha mencionado la palabra aborto, que muchos demócratas ven como un movilizador para sus votantes.
La cuestión es hasta qué punto es apropiado poner la Casa Blanca de esa manera al servicio de su estrategia electoral. Para Marc Thiessen, que escribía los discursos de George W. Bush, no lo es: “Que el presidente en ejercicio se apropie de la institución de un discurso presidencial en horario de máxima audiencia —que ha sido empleado por sus predecesores para consolarnos en la tragedia, anunciar acciones militares y defender iniciativas políticas de gran importancia— y lo utilice para ataques partidistas no es un uso legítimo de dicho foro. Sencillamente, no hay excusa para que las cadenas den a Biden tiempo de emisión gratuito para este discurso, y mucho menos para que lo hagan sin dar a los republicanos el mismo tiempo para responder. Si Biden quiere emitir un anuncio de campaña en horario de máxima audiencia atacando a los republicanos, debería tener que pagar por ello”, escribía este jueves en un artículo en The Washington Post.
Lo cierto es que ninguna de las tres grandes cadenas ha retransmitido el discurso. NBC emitía Ley & Orden; la CBS, El pequeño Sheldon, y ABC, un concurso. Por supuesto, la conservadora Fox News, pese a tratarse de un canal de noticias, ha hecho como si no existiese mientras Biden intervenía. Solo la CNN y algunos otros canales menores han dado el discurso en directo.
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