Ortega da un golpe a todas las municipalidades gobernadas por la oposición en Nicaragua
El Gobierno sandinista toma por la fuerza cinco alcaldías gobernadas por el partido Ciudadanos por la Libertad y defenestra a sus ediles en bastiones históricamente opositores
Cuatro banderas sandinistas fueron izadas la mañana de este lunes de forma simultánea en cuatro alcaldías de Nicaragua, luego de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo dio un golpe de facto con policías armados a estos gobiernos locales ubicados en el norte del país, en una zona históricamente opositora. El oficialismo se tomó las sillas de los ediles en El Almendro, Murra, Yalí y El Cuá en un acto que sepulta por completo la autonomía municipal en este país centroamericano y termina de...
Cuatro banderas sandinistas fueron izadas la mañana de este lunes de forma simultánea en cuatro alcaldías de Nicaragua, luego de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo dio un golpe de facto con policías armados a estos gobiernos locales ubicados en el norte del país, en una zona históricamente opositora. El oficialismo se tomó las sillas de los ediles en El Almendro, Murra, Yalí y El Cuá en un acto que sepulta por completo la autonomía municipal en este país centroamericano y termina de consolidar un modelo de partido único, opinan analistas consultados por EL PAÍS. Por la noche aún se mantenía el sitio en las alcaldías intervenidas.
Las cuatro alcaldías eran gobernadas hasta este lunes por el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), agrupación que en agosto de 2021 fue ilegalizada por el Poder Electoral, en medio de la escalada represiva desatada por la pareja presidencial que condujo a su perpetuación en el poder, tras arrestar a todos los precandidatos presidenciales de oposición y toda voz crítica.
El Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (Inifom) argumentó ante los alcaldes que fueron defenestrados porque “el partido CxL no tiene personería jurídica”. De inmediato, el Inifom nombró nuevas autoridades sandinistas en las municipalidades quienes, arropadas por policías, izaron las banderas rojinegras ante la estupefacción de los ciudadanos de estos municipios que forman parte de lo que se considera el antiguo corredor de la Contra, la guerrilla armada que en la década del ochenta y bajo el auspicio de Ronald Reagan combatió a la Revolución Sandinista.
“La ocupación policial de los locales y la destitución ilegal de los alcaldes electos bajo la bandera de Ciudadanos por la Libertad es un gravísimo ataque contra la voluntad popular y la autonomía municipal”, dice a EL PAÍS Kitty Monterrey, presidenta de CxL exiliada en Costa Rica. “Los alcaldes y concejales electos legítimamente en 2017 en la casilla de CxL no son funcionarios de un partido, son autoridades municipales electas por sus ciudadanos y así lo han demostrado durante su gestión”. Estas municipalidades han sido gobernadas mayoritariamente por la oposición al sandinismo y, pese a los fraudes electorales y el control sobre el Poder Electoral, Ortega nunca pudo hacerse con ellas, hasta ahora que lo consigue manu militari.
Silvio Prado, experto en municipalismo y sociólogo, tildó de “leguleyada” el argumento dado por Inifom. “Es absurdo, porque un partido no es una empresa privada. Cuando un partido va a las elecciones, si obtiene determinada cantidad de votos, son un mandato para quienes representan. Entonces, cuando se eligen autoridades, el mandato no se extingue con la cancelación de la persona jurídica. No hay ninguna causal en la ley de partidos políticos, la Ley Electoral de Nicaragua, que diga que el mandato de los electos se extingue por haber perdido la personalidad jurídica”.
Entregan poder para evitar violencia
En medio de un contexto represivo, los alcaldes defenestrados entregaron las municipalidades para evitar violencia o ser apresados. Aunque el miedo cunde entre ellos y prefieren no hablar con periodistas para evitar represalias, fuentes locales aseguran a EL PAÍS que “los verdaderos golpistas” son Ortega y Murillo, en referencia a la propaganda oficial que insiste que en 2018, tras las masivas protestas sociales, fueron víctima de un “intento de golpe de Estado”.
“Es un golpe de Estado a nivel local”, dice un funcionario de la alcaldía de Pantasma, la primera tomada por el Gobierno este sábado. De modo que las cinco alcaldías gobernadas por CxL han sufrido el golpe Ortega-Murillo. Nicaragua cuenta con 152 municipios, de los cuales sólo 18 eran gobernados por partidos políticos no sandinistas. De esos 18, cinco eran de CxL pero ahora pasan a ser oficialistas y el Gobierno domina más del 90% de los municipios.
La toma de estas alcaldías ocurre a sólo cuatro meses de las elecciones municipales previstas para noviembre. Sin embargo, hasta esta fecha, el Poder Electoral no ha convocado al proceso que es criticado por carecer de garantías de transparencia y competitividad. “Con estos actos el régimen está confirmando que no tiene ningún interés en rehabilitar la vía electoral y ni siquiera de guardar las apariencias de legalidad en las próximas votaciones municipales”, resaltó Monterrey. “Restituir el respeto a la voluntad popular mediante elecciones libres sigue siendo fundamental para que Nicaragua salga de esta profunda crisis y los nicaragüenses no vamos a dejar de demandarlo”.
El municipalista advierte que la toma de estas alcaldías no solo dinamita por completo la autonomía municipal en Nicaragua, que durante años fue torpedeada por el Gobierno reduciendo las transferencias municipales como castigo a las sedes opositoras, saqueo de oficinas y hostigamiento policial, sino que “consolida el modelo de partido único”.
“En noviembre van a realizar elecciones locales, pero votaciones como ellos quieren”, explica Prado a EL PAÍS. “Elecciones con modalidades de partido único, como en Cuba; el único partido con posibilidades de ganar es el Frente Sandinista y no perderán ninguna de las plazas. De modo que se aseguran tener la libertad de, así como hicieron en las elecciones pasadas, repartir migajas a los partidos colaboracionistas, darle a estos partidos alguna alcaldía menor”.
Pero también, acota Prado, es un mensaje de parte de los Ortega-Murillo hacia funcionarios y sandinistas sobre la escalada totalitaria que impulsan, de que la pareja presidencial “puede hacer lo que quiera”. “En síntesis, lo que le están diciendo (Ortega y Murillo) es que les interesa la voluntad de los electores y desmonta uno de los últimos resquicios del estatus de ciudadano: que es el elegir y ser electo”, agrega Prado.
Los alcaldes que han sufrido el golpe son Óscar Gadea (Pantasma); Isidro Irías (El Cuá), Noel Moreno (Yalí), Francisco Luis Herrera (Murra) y Reynaldo Galeano (El Almendro). “Hoy las banderas del partido de gobierno se han izadas en estas alcaldías en un acto más de irrespeto a la ciudadanía y a la institucionalidad”, lamenta la presidenta de CxL, que desde Costa Rica recibe reportes de las sedes rodeadas por policías de las tropas especiales.
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